La llegada de mis hijos es un sueño hecho realidad
Las Provincias, 27-08-2006Fabián y Adriana pudieron traer a su familia gracias a la reagrupación, un derecho de los extranjeros que residen en España de forma legal Emigrar a otro país en busca de una vida digna es un proceso largo y costoso y resulta aún más difícil cuando hay que dejar atrás a la familia y a los amigos. Es comprensible, por tanto, que las personas que residen en nuestro país intenten reunirse con los suyos lo antes posible.
Muchos inmigrantes pasan años sin ver a sus mujeres y a sus hijos. Se esfuerzan a diario para ahorrar dinero y establecerse en una vivienda confortable para cuando llegue el día que tanto esperan. Esta es la situación que atraviesa Fernando, venezolano de 24 años, que llegó a España en 2002. Estoy ahorrando cuanto puedo, por eso llevo cuatro años sin volver a mi país. Dejé a mi niña siendo un bebé y ahora está enorme.
Para traer a los familiares, hay que tramitar la reagrupación familiar, un derecho de los extranjeros que viven en España reconocido por la ley y que puede solicitarse cuando se haya residido durante un año y se posea la autorización para residir por lo menos un año más.
Edgar Constante es presidente de la Asociación de Ecuatorianos en Valencia. Según explica a LAS PROVINCIAS, todos quieren traer a sus familias, pero el problema son los requisitos exigidos.
Fabián y Adriana, un matrimonio ecuatoriano que reside en Valencia, tramitó la reagrupación hace cuatro años y ahora viven felizmente en España con sus tres hijos. Nosotros tuvimos mucha suerte y no nos costó demasiado porque ambos teníamos trabajo y los papeles en regla.
No obstante, fueron muchos los requisitos que tuvieron que cumplir para conseguirlo. La llegada de mis hijos fue un sueño hecho realidad, relata la mujer.
El de Daniel es un caso parecido, pero no ha tenido tanta suerte. Vive en Valencia desde 1991 y ha podido traerse a los suyos. Yo no hice reagrupación familiar porque si no mi familia aún estaría en Argentina. Su mujer y sus dos hijos llegaron en 1994 y ellos han podido regularizar su situación. Yo, en cambio, sigo sin tener los papeles en regla, reconocía.
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