"Casi un 20% de la población navarra es de origen migrante, y sus hijos forman parte del futuro de la Comunidad Foral"

Más de 250 profesionales participan en las jornadas ‘Infancia migrada y/o racializada: Creciendo entre culturas”, organizada por la Dirección General de Políticas Migratorias

Diario de Noticias, Igor Sarasola, 14-11-2024

El Colegio Oficial de Médicos de Navarra ha acogido este miércoles las jornadas “Infancia migrada y/o racializada: Creciendo entre culturas”, de la mano de la Dirección general de Políticas Migratorias del Gobierno de Navarra. En unas jornadas que duran del 13 al 14 de noviembre, en su primera fecha, ha albergado la ponencia de distintas personas que trabajan día a día contra la discriminación y exclusión de las personas migrantes, y también de las propias personas que vienen de otros países y representan culturas diferentes.

La vicepresidenta tercera y consejera de Vivienda, Juventud y Políticas Migratorias del Gobierno de Navarra, Begoña Alfaro, abrió la jornada señalando que “más del 18% de la población es de origen migrante, entre la que hay niños y niñas que forman parte de nuestro presente y esperemos que también de nuestro futuro, y que nos aportan nuevas lenguas, nuevas experiencias de vida, nuevas culturas y, en definitiva, una riqueza maravillosa que debemos cuidar".

En la primera mesa titulada “Infancia y crianzas desde las claves culturales: Magreb, Colombia, Europa del este y África”, personas de estas partes del mundo relataron cuál es la concepción de la infancia y el criado de los niños y niñas en su cultura, costumbres y tradiciones. Habiba El Baz describió la familia en el Magreb, concretamente en Marruecos. “La figura masculina son el padre y el abuelo, la autoridad principal. La madre, emplea el rol de educación, pero tiene un segundo papel. Hay dos modelos educativos: autoritario estricto y educación sin normas. Hay diferencias entre educar niños y niñas. Históricamente ha estado dividida por género, aunque ha mejorado, sigue habiendo estas diferencias. Por ejemplo, el acceso a la formación, los niños son los que tienen una educación con más preparación. Las niñas, su educación, se centran más en labores de casa. Esta brecha se ha comenzado a romper en las grandes urbes”.

George Myangi representó a la comunidad de África Subsahariana. “Cuando hablamos de infancia, hablamos desde los 0 años hasta ser adulto. Tenemos varios modelos, influenciadas por otras culturas. La áfrica subsahariana tiene muchas culturas, muchas tradiciones y lenguas. La clase social, donde naces y demás es importante. La infancia no es una etapa, es un proceso para nosotros. La escuela informal, la que se transmite oralmente y la que enseña las costumbres de nuestros pueblos tiene una importancia vital en nuestro crecimiento”.

En referencia al pueblo iberoamericano, Paola García aseguró que “debemos hacer una enseñanza de sentimientos y emociones”. “Hace unos años no lloraban los hombres aquí, nosotros estamos en ese proceso. Se necesita un seguimiento, explicar bien la información. A veces no es suficiente, no porque no nos manejemos en la misma lengua, sino porque es difícil. Cuando compartimos el mismo camino, nos escuchan más. La conexión inicial se logra cuando tu referente es un igual, lo ves como un igual. Si ves distancia, no conectas”, subrayó García.

Valeria Florea, natural de Moldavia, cerró la primera mesa de la mañana del miércoles con su ponencia acerca de la infancia en la Europa de Este. “Tenemos mucha influencia de la Unión Soviética. Es importante que los niños y niñas entiendan que hay normas. Se quita el pañal pronto y se enseña a comer solos. Se les enseña a lavarse las manos mucho. La higiene es algo muy importante. Es una educación dirigida a la independencia”, relató. “Esta educación empieza con los modales, saber saludar, pedir, agradecer, no interrumpir, despedir… es una educación formal. Se prepara a los niñps para ser independientes y enfrentarse a la sociedad”, finalizó la moldava.

En una segunda mesa titulada “Mesa de experiencias: buenas prácticas en acogida y convivencia”, personas y agrupaciones de Navarra expusieron el trabajo que han venido haciendo estos últimos años para romper estas desigualdades, y favorecer la convivencia y la inclusión.

Begoña Cestau, del programa Anitzartean que promueve la inclusión en la Sakana, afirmó que “el 8% de población de Sakana es población migrada”. “Buscamos convivencia, interculturalidad, abrir vías de inclusión, dar acogidas dignas y dar pasos hacia delante. Hace falta, para ello, metodología: crear redes en servicios comarcales y externos, hacer llegar la voz de la ciudadanía, procesos participativos mixtos… Queremos que la gente de fuera se sienta parte de nuestros pueblos”, señaló Cestau.

Miriam Pascual, de la coordinadora de ONGs de desarrollo en Navarra, apuntó su discurso hacia la falta de necesidad de “señalar las diferencias, y centrarnos en loas necesidades comunes que tenemos todos los humanos que vivimos en comunidad, vengamos de donde vengamos. El deseo de ellos es estar integrados, de no ser el raro. De sentirse integrado, de estar en la misma vida y de sentir que pertenecen al pueblo, a la escuela, a la gente”, afirmó.

Amaia Ruíz Marcolain y Anto Berdonces trabajan para que sus pueblos acogan a los migrantes de manera “amable”. Amaia forma parte de la docencia de la escuela rural de Pitillas, y Anto es parte del Ayuntamiento de Fitero. Las poblaciones migrantes de ambas localidades han crecido mucho, incluso en Fitero “el 70% de los escolarizados son migrantes”. Ambas entidades trabajan con talleres, seguimientos o prácticas de convivencia para conseguir los objetivos marcados que van desde “la mejora de la convivencia, inclusión, equidad y convivencia” hasta el “enriquecimiento personal y cultural”.

Esta segunda mesa la cerró la Apyme de Buztintxuri “Buztinkolore” que busca afianzar y preservar la convivencia entre diferentes culturas en el barrio pamplonés. Fatiha Sahraoui y Beatriz Sola hablaron como habitantes de Buztintxuri, con familia e hijos. “Vimos la necesidad de preguntar a la gente qué se necesita”, afirmó Sola. “Con las actividades organizadas, he reafirmado que Buztintxuri es mi segunda casa, y que me siento parte de toda la gente que nació aquí”, subrayó Saharoui.

Desde “Buztinkolore”, realizan desayunos interactivos donde conocerse, promueven la cultura local con el Olentzero, Korrika, y visitas históricas, y realizan traducciones y talleres para la participación y unión de todas las nacionalidades que conviven en el barrio.

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