Después de una larga investigación, el documentalista David Baute llega a una conclusión. “A estas alturas ya no podemos ir con muchos paños calientes”, dice.

Baute es el director de la película de animación Mariposas negras (se presentó en Sitges y llega a los cines en España el 5 de diciembre), que es un grito desgarrador, sin edulcorantes, contra el impacto del cambio climático en las personas. Como sostiene Rubén Blades en su canción Inmigrantes , compuesta a petición del productor Edmon Roch, “el efecto climático no es un cuento”.

Este martes recibieron en Nueva York el aval de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el organismo empeñado en sensibilizar de este peligro ya más que real.

Hace doce años Baute arrancó su proyecto en busca de lugares donde se produjeran flujos migratorios por el impacto del calentamiento global. Eso le llevó a conocer, seguir y entrelazar las historias de tres mujeres, de las que solo han cambiado sus nombres reales: Valeria, en la isla caribeña de Saint Martin; Shaila, en la isla de Ghoramara, en el sur de la India; y Tanit, en Turkana (Kenia).

La película narra la historia de tres mujeres; Valeria, de la isla caribeña de Saint Martin, Shaila, en la isla Ghoramara (India) y Tanit, en Turkana (Kenia)
Capta como tuvieron que emigrar por el impacto del huracán Irma, las inundaciones a causa de la subida del mar y el deshielo del Himalaya, y la sequía y las guerras del agua en Kenia. Y como las tres sufrieron en su viaje de supervivencia el racismo de la burocracia (París), la esclavitud (Dubai) o la prostitución (Nairobi).

Vertical
David Baute i Edmon Roch, frente a la sede de las Naciones Unidas Eliana Álvarez Matínez
“Hablamos mucho del cambio climático y nos referimos más al asunto como una cuestión científica, pero nunca se le pone rostro humano y hoy es la mayor causa de migración en el mundo. Millones de desplazados a las que no se les reconoce el estatus de refugiados climáticos”, afirma el director.

“Es una mirada honesta que huye del tremendismo. La realidad es más grave de lo que mostramos. Es una mirada de documentalista”, tercia el productor. “El entretenimiento es contar historias y ofrecer conocimiento y concienciar”, añade.

Baute y Roch estuvieron en la sede central de la ONU porque se ha propuesto hacer de altavoz de su trabajo y convertirlo en un embajador. “Esto nos da recorrido y trascendencia”, aclara Roch.

Lee también
Asheville, de “paraíso climático” a epicentro de la destrucción y mortalidad del huracán ‘Helene’
Francesc Peirón
Horizontal
“Ha sido duro dejar atrás nuestros hogares, pero era lo mejor”: el exilio climático en Panamá
Andrés Actis
TOPSHOT – Indigenous Guna people board a motorboat to be moved from Carti Sugtupu island to the mainland in Guna Yala Comarca, on the Caribbean coast in Panama, on June 03, 2024. Panamanian authorities handed over the keys to their new homes on the mainland to some 300 families from Carti Sugtupu, aka Gardi Sugdub, a small Caribbean island affected by rising sea levels, who will become Panama’s first climate-displaced persons. (Photo by MARTIN BERNETTI / AFP)
Además de visitar al embajador español ante Naciones Unidas, Héctor Gómez, que elogió “esa línea de dar a conocer y sensibilizar”, la película se proyecto en el Instituto Cervantes bajo el auspicio de la agencia de refugiados de la ONU en la Gran Manzana.

En esta ocasión, Baute optó por hacer un largometraje de animación ante la imposibilidad de rodar las vidas de esas mujeres durante más de una década. El formato de la animación abre la vía a explicar todo sobre ellas –dispuso de fuentes sobre el terreno que le iban informando– sin disponer de sus imágenes.

“La animación me permitía contar todo lo que sucedía y también creemos que nos facilitaba llegar a un público mayor”, remarca. La película ha recibido buenas reseñas a su paso por festivales, remarcan Baute y Roch.

El título evoca a los estudios pioneros sobre cambio climático. Los científicos vieron que las mariposas modificaban sus pautas migratorias. Antes que nadie.