Ríete de los haitianos de Springfield (Ohio), que supuestamente se comen a la parrilla a las mascotas de los vecinos.

“Cuidado con vuestros perros”, avisó este martes un comentarista. “Kristi Noem está de regreso”, insistió.

La lealtad es la moneda que mejor funciona con Donald Trump y Noem, gobernadora de Dakota del Sur, una de las más fervorosastrumpistas.

Su fidelidad se remonta al primer mandato del hoy presidente electo cuando en plena pandemia, con récord de defunciones por la covid, ella se postuló “por la libertad” y se negó a imponer en su estado el uso de la mascarilla. Así se ganó el prestigió de referente nacional de la extrema derecha.

Si Trump ha logrado en las urnas el perdón de sus pecados capitales, ahora muestra su magnanimidad al elegir a Noem, la llamada “mataperros”, para el cargo de secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

Es uno de los “caramelos” del nuevo ejecutivo, que tiene por objetivo deportar masivamente a inmigrantes sin papeles de sellar la frontera frente a la invasión que viene de México, siempre según la doctrina del próximo presidente.

Noem, a la que se augura gran protagonismo, era una de las principales candidatas a vicepresidenta en el ticket del candidato republicano. Daba bien en el cartel electoral: mujer, joven (52 años), atractiva y dotada de eso que se considera “tener lo que hay que tener”.

Pero cayó en desgracia cuando el pasado abril se ganó el apodo de “mataperros”. Si algo une a los estadounidenses, además del dólar y la bandera de las barras y las estrellas, eso es el amor por su canes. Ese mote se convirtió en un lastre imposible.

Su fama no venía de una falsa elucubración racista como la que recayó por fines electorales sobre los haitianos, deshumanizando a esas personas y convirtiéndolas en amenaza. No, lo de Noem se debió a su propio afán de protagonismo y de demostrar que era una mujer de armas tomar.

Criada en un rancho del Medio Oeste estadounidense, ha estado familiarizada con las pistolas y los rifles desde niña. Ese era un punto a su favor en el mundo de los extremistas.

Pero entonces publicó sus memorias – Not going back – en las que confesó haber ejecutado de un disparo a sangre fría a Cricket , hembra de braco alemán de pelo duro, de 14 meses de edad y de conducta insoportable, siempre según la versión de su propietaria. Y eso jugó en su contra.

Quiso marcar distancias con los otros aspirantes a la vicepresidencia y el tiro le salió por la culata. Lo que la perjudicó no fue solo esa revelación, sino la crudeza con la que la justificó. Como explicó, la perra tenía una personalidad agresiva y carecía de aptitud para la caza. “Odiaba a esa perra”, señaló.

No hay mal que por bien no venga. Que tiemblen los indocumentados. Noem se unirá a un equipo en el que figuran Tom Homan, el que sera nuevo zar fronterizo, y Stephen Miller, próximo subdirector de gabinete en la Casa Blanca e ideólogo de la separación de familias en la frontera en el anterior mandato de Trump.

Noem persigue otro apodo.