Herramientas de la región para retener el talento profesional
Iniciativas para aprovechar la formación de los retornados o financiar emprendimientos locales contribuyen a crear oportunidades para progresar
El País, , 13-11-2024Migración, educación y empleo son tres ámbitos con enormes conexiones entre sí. En un mundo en el que las migraciones se multiplican a escala global, los retos de educar en este contexto se hacen aún más evidentes. A ello se suma la consiguiente falta de oportunidades de acceso al mercado laboral de la población migrante. A mayor cualificación, crecen las posibilidades de migrar e ingresar mejores salarios que en los países de procedencia. No obstante, la migración de personas cualificadas afecta de manera negativa al capital humano de los lugares de origen, al menos en el corto plazo. En contrapartida, los hogares que reciben remesas suelen invertir más en educación. Estas fueron algunas de las cuestiones que se abordaron en la segunda mesa de diálogo de la II Reunión de Alto Nivel del Programa Iberoamericano OEI-Georgetown, celebrada la semana pasada en Madrid.
El investigador del Real Instituto Elcano, Carlos Malamud, explicó cómo en los últimos años ha cambiado el perfil de los inmigrantes iberoamericanos que se asientan en España y Portugal. Si hasta hace un par de décadas la mayoría de ellos procedían de los estratos sociales medios o bajos, hoy llegan de los estratos más altos de la sociedad. Malamud apeló a “aprovechar el capital que pueden aportar los migrantes que retornan a sus países de origen”, porque la formación y los conocimientos que han adquirido esas personas en los destinos que les han acogido “es un gran activo” que puede favorecer el desarrollo económico. Desde la aparición del hombre en la Tierra, recordó este historiador, han existido procesos migratorios. Y en muchas ocasiones, el hecho de emprender esos viajes es una “decisión individual sin manos invisibles detrás”, que puede estar motivado por multitud de factores. En cualquier caso, admitió el ponente, se deben ofrecer en todo momento “sistemas educativos potentes” que permitan una correcta formación de los ciudadanos.
Mientras, el director de la OEI en Argentina y responsable de la Cátedra de Integración Iberoamericana, Luis Scasso, admitió que es urgente romper con la historia del sistema educativo fraccionado por niveles, que impide que un alumno pueda continuar con determinados estudios si no alcanza un mínimo exigido. El invitado lamentó que en Latinoamérica, el 50% de chicos y chicas que entran en el sistema educativo no terminan la educación secundaria. “Esto tiene implicaciones importantes en una sociedad que cambia a toda velocidad. ¿Qué hacemos con ellos? ¿Cómo los integramos en nuestro sistema?”, se preguntó. Al fin y al cabo, el mercado laboral se construye también desde la escuela. La tecnología explica que, por primera vez en la historia, los cambios sean tan veloces que sus consecuencias afecten a una misma generación. Ningún ámbito de la vida se libra de sus efectos, tampoco la educación, insistió Scasso. De hecho, gracias a las herramientas tecnológicas ya es posible estudiar desde los lugares más remotos sin necesidad de desplazarse a ningún otro espacio, por lo que es posible retener población y evitar fenómenos migratorios.
Acción, pero con cautelas
Por su parte, la secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina de la Santa Sede, Emilce Cuda, advirtió que la educación no consiste solo en enfocar a una persona hacia el mercado laboral. “Estamos demasiado centrados en educar para conseguir un trabajo estable, y eso tiene consecuencias”, apuntó. En Asia, por ejemplo, se ha multiplicado la tasa de suicidio juvenil, en gran medida por la presión que padecen los trabajadores jóvenes en sus empleos. Cuda recordó que en su encíclica Laudato si, el papa Francisco denuncia que la causa de la actual crisis ecológica socioambiental se debe “a un sistema productivo que mata”. Porque el desempleo estructural no es solo causa de la inmigración, sino que los migrantes son víctimas de este sistema productivo.
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La teóloga apuntó que los desplazamientos que traerá consigo el cambio climático van a ser imparables a lo largo del siglo XXI. Al fin y al cabo, es algo que ya ha empezado a suceder. En el Vaticano, abordar el fenómeno de la migración es una prioridad. Pero más que de inmigración, en la Santa Sede prefieren hablar “de integración”. “Eso implica domar el todo del problema, y no solo afrontarlo a través de políticas asistenciales”, reflexionó. Algo similar ocurre con la palabra educación. “Nosotros hablamos de conversión. Es necesaria una conversión cultural para comprender y estar cerca de los migrantes”, dijo. En ese sentido, Cuda lamentó que “solo se llame migrante al pobre”, y que el término no se aplique a todas las personas por igual.
En este debate, la vicepresidenta de CAF, el banco de desarrollo de América Latina y el Caribe, María Soledad Barrera, destacó el papel que desempeña la entidad financiera para impulsar y fomentar las políticas públicas. La estrategia de CAF, que colabora con la OEI desde 2010, pasa por apoyar a las comunidades locales, ya que son estos territorios los que reciben el impacto más directo del éxodo migratorio. Al vaciarse de población, estas zonas padecen importantes carencias de servicios e infraestructuras, lo que todavía agrava más el problema. “Colaboramos de cerca con los alcaldes y las autoridades municipales para, desde la base, diseñar y establecer consensos en políticas públicas que estén articuladas y puedan subir hacia arriba”, expuso Barrera. La economista reconoció, por último, que es necesario repensar cómo se comunican los asuntos relacionados con la migración, para que este fenómeno no se perciba como algo negativo por la mayoría de la sociedad.
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