Segundo envío de migrantes y segundo fracaso para el plan Albania de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Los jueces de la sección de inmigración del Tribunal de Roma han anulado la permanencia de los siete migrantes cinco bangladesíes y dos egipcios mandados hace unos días desde el Mediterráneo Central al centro migratorio de Gjader, en Albania.

Estas siete personas ya han sido devueltas a Italia acompañados por la Guardia Costera transalpina y han desembarcado en el puerto de Brindisi, en el sur del país. A partir de ahora, seguirán la vía ordinaria y no exprés para solicitar protección internacional.

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El vicepresidente del Ejecutivo italiano, Matteo Salvini, señala con el dedo contra los jueces del país, asegurando que se trata de “una sentencia política contra los italianos”. El vicepresidente de Exteriores, Antonio Tajani, tacha la decisión de “inaceptable”, donde son los “magistrados quienes están imponiendo su línea” al Gobierno italiano.

Los magistrados, sin embargo, consideran que hay dificultades para aplicar correctamente el derecho porque están entrando en conflicto el ordenamiento jurídico italiano y el europeo; ya que el decreto de ‘países seguros’ del Gobierno transalpino es “incompatible con la Unión Europea”. Por esta razón, la Justicia italiana eleva la cuestión al Tribunal de Justicia de Luxemburgo (TJUE), para que se pronuncie al respecto. Se prevé que el Ministerio del Interior italiano, próximamente, dé a conocer su postura ante el TJUE.

El Ejecutivo de Giorgia Meloni, hace tres semanas, estableció por decreto que Bangladesh, Túnez y Egipto que representan el 40% de los flujos en el Canal de Sicilia son países seguros y por tanto sus nacionales pueden ser deportados y expulsados de forma exprés aplicando el protocolo firmado entre Italia y Albania. Una sentencia de principios de octubre del Tribunal de Luxemburgo, sin embargo, confirma que dichos países no pueden considerarse como países seguros ya que no todos sus ciudadanos son libres de sufrir persecuciones en la totalidad de dichos territorios.

De las dos deportaciones de migrantes a Albania de tan sólo 24 personas en total hasta ahora llevada a cabo por el Gobierno de la primera ministra italiana, la dos han sido anuladas por la justicia del país. Lo cual supone un importante fracaso para la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien, con su estrategia en Albania, está defendiendo personalmente ante el resto de la Unión Europea un modelo migratorio basado en el desvío de migrantes sin que ni siquiera pisen suelo italiano. Un plan que, atendiendo a informaciones publicadas en los medios del país, hasta ahora está costando más de 85.000 euros por migrante.