INTERNACIONAL EEUU

Trump nombra 'zar' para las deportaciones a un arquitecto de la separación familiar y de adjunto a su jefa de gabinete a un halcón contra la inmigración

Coloca de embajadora en la ONU a Elise Stefanik, aliada cercana en el Congreso sin ninguna experiencia en Política Exterior

El Mundo, Pablo R. SuanzesCorresponsal Washington Corresponsal Washington, 12-11-2024

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha escogido al veterano Tom Homan, que ha servido bajo seis presidentes y fue el responsable del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en el primer mandato del millonario, para que sea su “zar fronterizo”. Es quizás el nombramiento más esperado y previsible. La sintonía entre ambos es conocida, Trump había dicho en reiteradas ocasiones que era su favorito y conoce el dosier. Muy bien, de hecho. En 2016 y 2017 fue uno de los arquitectos de la infausta separación familiar, un procedimiento que alejó a más de 5.000 niños de sus familiares antes de ser interrumpido.

A pesar de que el cargo no está todavía definido, carga con un simbolismo fuerte, ya que durante toda la campaña los republicanos cargaron contra Kamala Harris usando la expresión, diciendo que era la “zar” y por tanto responsable del descontrol que denunciaban, las entradas de ilegales y los crímenes cometidos por todo el país. Homan será responsable de la frontera con México, la de Canadá, pero sobre todo de las deportaciones masivas que Trump lleva meses anunciando y festejando. “Conozco a Tom desde hace mucho tiempo, y no hay nadie mejor para vigilar y controlar nuestras fronteras. Asimismo, se encargará de todas las deportaciones de extranjeros Ilegales de vuelta a su país de origen. Enhorabuena a Tom. No me cabe duda de que hará un trabajo fantástico y largamente esperado”, anunció Trump en Truth Social, la red social de la que es propietario.

El escogido no ha tardado mucho en dejar claro que la estrategia será agresiva, contra los inmigrantes ilegales pero también contra las “ciudades santuario”, que son las que oficialmente limitan al mínimo la cooperación con las autoridades federales de inmigración para impedir detenciones y deportaciones. “Una sugerencia: si no nos van a ayudar, quítense del camino porque lo vamos a hacer igualmente. Si no podemos obtener ayuda en la ciudad de Nueva York, tal vez tengamos que duplicar el número de agentes que enviemos a la ciudad de Nueva York. Vamos a hacer el trabajo. Las ciudades santuario son santuarios para criminales”, ha dicho este lunes Homan en un programa de la cadena Fox.
El nuevo zar siempre ha defendido las políticas del primer mandato, a pesar de que según datos de abril de este año, más de 1.000 menores no habían podido reunirse con sus familias todavía. “Cuando actuemos, lo haremos de manera humana. Estas personas estarán bien atendidas”, ha dicho ante las cámaras. Su tesis, defendida en los últimos meses, es que será un proceso “selectivo, enfocado”, no barridos indiscriminados en barrios inmigrantes y transportes a campos de internamiento antes de la expulsión.

Sin embargo, las organizaciones que trabajan con migrantes creen que las perspectivas de algo muy personalizado son pocas. Sobre todo tras saber que Trump ha colocado Stephen Miller como jefe de gabinete adjunto en la Casa Blanca y ‘número 2’ de Susie Wiles. Miller, de 39 años, fue asesor principal de Trump y responsable de discursos durante el primer mandato del republicano. Y fue responsable de dar forma a la idea de la separación de los niños migrantes de sus familias, que sólo duró un año tras las numerosas denuncias e investigaciones, así como de la prohibición de viajes desde países predominantemente musulmanes.

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Él movió los hilos, convenció a la responsable de Seguridad Interior para que la medida saliera adelante e hizo votar a mano alzada a algunos de los principales asesores del presidente en las reuniones en las que presionaba para que todos los que cruzaban la frontera fueran separados de sus hijos mientras eran juzgados. De cara al nuevo ciclo, ha prometido que esta vez será mejor y más rápido. “Para aquellos apasionados por blindar nuestro sistema de inmigración… los primeros 100 días de la administración Trump serán pura felicidad, seguidos por otros cuatro años de la acción más contundente imaginable”, dijo hace poco en una entrevista con Axios.
Mientras siguen las reuniones en su residencia de Mar-a-lago para diseñar el próximo Gobierno, Trump también anunció el domingo la elección de la congresista republicana Elise Stefanik para el puesto de embajadora de Estados Unidos ante la ONU. Stefanik, aliada cercana y entusiasta, no tiene ninguna experiencia diplomática, en política exterior o de seguridad, y lo único que ha dicho de Naciones Unidas en su carrera es que es una “organización antisemita” y que el Gobierno de EEUU debería estudiar una “reevaluación completa” de la financiación si la Autoridad Palestina sigue presionando para revocar la membresía de Israel.

Ese puesto de embajadora tiene un estatus especial desde los años 50, cuando Eisenhower convirtió al responsable en miembro del Gobierno. Los presidentes republicanos en las últimas décadas, como los dos Bush, se lo quitaron, pero los demócratas lo devolvieron. Trump escogió en su primer mandato a Nikky Haley, que después ha tenido un papel protagonista en la política nacional. Desafiando al líder en las últimas primarias y siendo marginada en la derrota hasta que pidió perdón. Este fin de semana, Trump escribió específicamente que ni ella ni el que fuera su secretario de Estado, Mike Pompeo, tendrá cargo ahora.

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