Inflación, política migratoria y crisis: la venganza de la América oculta en las elecciones de EEUU
La batalla entre Trump y Harris no se ha movido en ‘grandes temas’ como las libertades democráticas o los valores de EEUU, sino en la economía del día a día o la brecha de un país polarizado
Diario de Noticias, , 11-11-2024La vuelta de Trump al poder puede ser una sorpresa para el resto del mundo, pero no para los estadounidenses. La óptica europea, a veces contaminada por una hipócrita e injusta superioridad moral, nos hace pensar que nadie puede volver a elegir a un presidente así.
Pero la América real está muy lejos de esos diagnósticos. La economía, la inmigración, la brecha social o los problemas internos de los demócratas han sido las claves.
Lo cuentan para este periódico dos navarros que conocen muy bien EEUU: Mikel Reparaz Extramiana, excorresponsal entre 2013 y 2018 y actual jefe de Internacional de EiTB que este mismo mes publicará la edición en euskera de su libro Las grietas de América (Península), que se titulará Amerikako arrakalak (Alberdania); y Alejandra Arredondo, colombiana que estudió en la Universidad de Navarra y lleva seis años como corresponsal de Efe, ahora desde San Antonio (Texas).
Las dos Américas: de los blancos conservadores a lo que sale por la tele
Cuenta Reparaz, natural de Arbizu, que Europa sufre una especie de miopía con respecto a la situación real de EEUU. La realidad del país permanece oculta porque el paradigma informativo sobre el país norteamericano lo fijan los medios de la costa este, abiertamente demócratas. “Pero la América real, la que sigue siendo mayoría, es una población blanca muy conservadora que está muy alejada de la vida que proyectan esos medios”.
Mikel Reparaz, periodista navarro que ahora trabaja como jefe de Internacional en EiTB.
Mikel Reparaz, periodista navarro que ahora trabaja como jefe de Internacional en EiTB. Jorge Muñoz
La economía: logros que no han llegado a la calle
Esa brecha social marca todo lo demás. Incluso en la economía, que ha tenido un peso brutal en el resultado de las elecciones. EEUU alcanzó el 9% en junio de 2022, la cifra más alta en cuatro décadas. Y eso ha calado mucho en el electorado.
“La percepción es que la vida se ha encarecido mucho y es mucho más difícil subsistir”, añade Reparaz. Y los demócratas se han equivocado a la hora de explicar la situación, como completa Arredondo: “Los demócratas han vendido los logros de una economía que en el aspecto más macro ha ido bien, pero que no ha llegado al ciudadano de a pie, que no estaba preocupado por los grandes temas como los riesgos para la democracia o los valores americanos, sino por la cesta de la compra”.
Para Kamala Harris, vicepresidenta de Biden, era imposible despegarse de esta gestión. “Así que mucha gente, incluso a la que Trump le genera rechazo, ha terminado votando republicano como respuesta a la gestión económica”, explica Reparaz.
El trumpismo, homologado
Porque hace mucho que “el trumpismo” es mainstream, está absolutamente asumido. “El partido republicano ya no existe, ahora es la corriente MAGA –Make America Great Again, el lema de Trump–”. Los perfiles más moderados hace mucho que se fueron a los demócratas, y con ellos no arrastraron a ningún votante. Trump, a diferencia de su victoria en 2016, ha ganado en voto popular. No es un detalle menor y evidencia que, efectivamente, el trumpismo es un elemento absolutamente homologado pese a que ha mantenido –y en algunos casos exacerbado– los rasgos racistas y de extrema derecha con los que nació. Incluso, como dice Alejandra, Trump ha puesto en el centro del debate las teorías del gran remplazo poblacional que antes eran minoritarias en internet”.
El papel de la inmigración
Esto solo es posible, a juicio de Reparaz, porque EEUU es una sociedad completamente dividida. Trump, simplemente, ha sabido alimentar la ola y surfearla. “Es un maestro de la comunicación política, sabe que el discurso del miedo mueve muchos votos, sobre todo en clases medias y bajas”, apunta. E incluso ha sabido ampliar el foco. Lo señala Alejandra. A diferencia de 2016, la actual campaña ha estado centrada en “demonizar a los migrantes, pero sobre todo a los recién llegados”.
La periodista Alejandra Arredondo, corresponsal de Efe en San Antonio (Texas)
La periodista Alejandra Arredondo, corresponsal de Efe en San Antonio (Texas) Cedida
Ese detalle ha servido para atraer a sus tesis a una bolsa de migrantes, sobre todo “latinos y de ascendencia asiática”, que lleva años en el país y que empieza a temer que los nuevos inmigrantes “van a poner en riesgo su bienestar”. Es una clave especialmente importante, opina por su lado Reparaz, porque EEUU tiene en el medio plazo un panorama demográfico que puede cambiar mayorías.
Tradicionalmente, el voto de los puertorriqueños –hay casi seis millones en EEUU, muchos en la costa este– es demócrata. El de los cubanos, muy presentes en Florida, siempre será rojo-republicano, porque muchos asocian las ideas demócratas con ideas más o menos socialistas. La nota significativa está con los mexicanos, muy presentes en los estados de frontera –Texas, Nuevo México, California…–.
Siempre han tenido una tendencia más demócrata. Pero su perfil religioso y la nueva inmigración centroamericana les está acercando a Trump. De nada han servido los esfuerzos demócratas de última hora, aporta Arredondo, de endurecer algo el discurso migratorio. Al final, nadie ha quedado satisfecho. Y los migrantes han preferido la rudeza de Trump que la ambigüedad de Harris.
Problemas demócratas
La guinda quizá haya sido la recta final de la carrera presidencial, desde que en julio Biden anunció que lo dejaba. “Era una obviedad que existía una preocupación creciente por la situación de Biden, cuya popularidad se había caído en los últimos dos años”, reflexiona Arredondo. En lugar de haber tomado una decisión mucho antes, los demócratas huyeron hacia adelante para dar un volantazo de última hora que, además, “impidió la celebración de unas primarias en condiciones”. Harris no contentó ni al partido ni al electorado, que no conoció un proyecto diferenciado del de la anterior etapa.
Todos estos elementos ayudan a entender una victoria que es todavía más grande por los resultados en el Congreso y el Senado, y que consuman la venganza de una América que está oculta para muchos en Europa, pero que existe y se ha hecho notar.
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