Grupos de café en Irun, un espacio de apoyo y empoderamiento para trabajadoras del hogar
Cada miércoles por la tarde un grupo de mujeres que trabajan en el sector de los cuidados se reúne en Txokogorri para compartir vivencias, hablar sobre todo tipo de temas y, sobre todo, para generar vínculos y relaciones de amistad Ania M. Seisdedos
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 11-11-2024Cada miércoles por la tarde la sociedad gastronómica Txokogorri de la calle Peña de Irun se convierte en un refugio para un grupo de trabajadoras del hogar que han hallado en las reuniones de café organizadas por SOS Racismo un espacio de desconexión y hermanamiento. En sus encuentros, estas mujeres comparten preocupaciones, ideas y consejos en torno a sus inquietudes, tanto laborales como personales.
La idea de estos grupos de café nació a partir de la asesoría legal que SOS Racismo ofrece en Gipuzkoa, un servicio en el que se identificaron las principales inquietudes y necesidades de las trabajadoras del hogar: el desconocimiento de sus derechos laborales, las largas jornadas de trabajo, la escasa conexión con otras personas y la necesidad de sentir apoyo y pertenencia. Así, en Irun, Donostia, Errenteria y Tolosa, se pusieron en marcha estas reuniones, que se han convertido en un importante punto de conexión para mujeres tanto autóctonas, como migrantes, que viven lejos de sus familias y hogares.
El grupo de café de Irun está integrado actualmente por una treintena de trabajadoras del hogar, principalmente internas, si bien también se suman a ellas algunas personas ajenas al oficio. “Es un espacio abierto al que pueden venir a expresarse libremente de cualquier tema, ya sea laboral o personal o de cualquier otro índole. Hablamos de menopausia, de sexología, de trabajo…”, explica Marling Castillo, de SOS Racismo, que actúa como dinamizadora de estos encuentros. “Dependiendo del país del que vengan, muchas trabajadoras no se atreven a hablar de algunos temas. Pero poco a poco se van abriendo, y no somos nosotras las que sacamos los temas, sino que los proponen ellas”, añade.
De esta forma, las mujeres que se reúnen los miércoles han ido estableciendo vínculos que van más allá de sus encuentros semanales. “Muchas han hecho piña y hacen otros planes, quedan los fines de semana”, cuenta la dinamizadora.
Además de ser un espacio de esparcimiento, el grupo también se ha convertido en una red de apoyo laboral. “Este sigue siendo un colectivo vulnerable y de excesos, en cuanto a que las jornadas laborales no se respetan, principalmente para las trabajadoras internas”, afirma Castillo. “Se habla de cuarenta horas, en los contratos siempre se recoge así, pero en realidad las jornadas son mucho más largas, y los sueldos se limitan al salario mínimo y esas horas de más no se recompensan ni económicamente, ni con descanso”.
La dinamizadora de los encuentros considera que estas situaciones se producen a menudo por falta de información. “Las trabajadoras desconocen sus derechos y obligaciones, y las familias a veces pecan por inocentes, porque en muchas agencias de contratación les desinforman”. Informar es, precisamente, el objetivo principal del servicio de asesoría laboral de SOS Racismo, si bien las reuniones de los miércoles también sirven a menudo para esclarecer dudas. De esta forma, la dinámica grupal ha favorecido que muchas mujeres se empoderen y comiencen a reclamar sus derechos.
En este sentido, Miriam Briones, una de las participantes habituales, que ha trabajado durante años sin conocer todos sus derechos, se siente agradecida: “He encontrado buenas amigas y buenas asesoras, que me ayudan muchísimo”, reconoce.
Diversidad y riqueza cultural
La diversidad y riqueza cultural de los grupos de café, a los que acuden mujeres autóctonas, latinoamericanas, de Costa de Marfil e incluso de Mongolia, no solo les permite conocer otras costumbres y tradiciones, sino también abrir sus horizontes a nuevas maneras de vivir y entender la vida. “Aquí nos encontramos a nosotras mismas, como somos, conversando sobre nuestra realidad, y hay mucha camaradería. A veces la vida no es fácil, y creo que aquí de alguna forma nos manifestamos y se nos escucha, y escuchamos al resto, así que estoy muy agradecida,” expresa Marcela Cora, una de las asistentes habituales.
A falta de un espacio municipal para poder hacerlo, las mujeres se reúnen en la sociedad Txokogorri de la calle Peña, junto a Kabigorri Ateneoa.
A falta de un espacio municipal para poder hacerlo, las mujeres se reúnen en la sociedad Txokogorri de la calle Peña, junto a Kabigorri Ateneoa. A.M.S.
En la misma línea, Azucena Rodríguez explica que el grupo de café les permite desconectar de la rutina. “También ha venido gente profesional a impartirnos charlas, y eso está muy bien. Pero principalmente es un espacio para nosotras, para autocuidarnos. Compartimos nuestras penas, nuestras alegrías, conocemos otras culturas, otras vivencias… Siempre estamos invitando a otras compañeras y siempre todas van a ser bienvenidas”, asegura.
Otros proyectos de SOS Racismo
Más allá de los grupos de café, el área de trabajo de hogar de SOS Racismo impulsa otras iniciativas que buscan mejorar la calidad de vida de las trabajadoras. Uno de los proyectos principales es ‘Zabaltzen’, que pretende promover la autoorganización de las trabajadoras. A partir de una serie de talleres, el objetivo es que puedan decidir cómo y de qué manera se van a organizar. Para ello, desde la entidad han estado en contacto con sindicatos de Paraguay, Chile, Perú y Argentina, para conocer cómo iniciaron ellas esa autoorganización. “En Latinoamérica la gestión autoorganizativa con mujeres tiene una larga experiencia, y nosotras queremos coger esa experiencia y ver cómo podemos implementarla en la realidad de aquí”, cuenta Castillo.
Otro proyecto clave es ‘Lan duina, zaintza duina’, que aspira a crear una oficina pública de asesoramiento y seguimiento para trabajadoras y empleadores. En colaboración con la Universidad de Deusto, la Universidad del País Vasco y la Agencia Comarcal de Oarsoaldea, la idea es que ambas partes se sensibilicen sobre la importancia de dignificar el trabajo del hogar y respetar las condiciones laborales. “El objetivo es crear esa oficina y que sea replicable en otras comarcas o municipios”.
La labor de asesoría de SOS Racismo ha permitido, por tanto, que muchas trabajadoras, antes invisibles y desinformadas, encuentren el conocimiento y el valor necesarios para hacer valer sus derechos. Sin embargo, mientras la realidad continúe siendo compleja en un sector que muchas veces opera al margen de la regulación y la protección laboral, los grupos de café seguirán siendo para estas mujeres un refugio, un espacio en el que desconectar de la rutina, compartir preocupaciones y alegrías, y vencer la soledad a la que a menudo les somete su trabajo.
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