Trump tiene muy clara su agenda
Cuatro años en campaña hasta reconquistar el poder han servido para definir con precisión lo que hará su Administración
Diario Vasco, , 11-11-2024Día 1. Entre los comodines favoritos que utilizaba al hablar durante la campaña el próximo presidente de Estados Unidos destacaba todo lo que iba a hacer en su primera jornada en el Despacho Oval. Cuando acabe de jurar el cargo sobre la Biblia en la escalinata del Capitolio y desfile por la avenida Pensilvania para tomar posesión de la Casa Blanca, a Donald Trump le esperará sobre su mesa una ristra de órdenes ejecutivas y decretos listos para firmar.
Será un buen golpe de efecto. El magnate es un experto ilusionista que conoce bien el impacto de las apariencias. Poner su apellido en letras doradas sobre los edificios le dio un asiento en la mesa de los ricos y famosos, aunque en realidad no sea propietario de la mayoría de esos rascacielos. Levantarse del suelo con el puño en alto tras el atentado de Butler (Pensilvania) le convirtió en invencible. Y cumplir sus promesas de campaña en el ‘Día 1’ transmitirá una sensación de autenticidad que entusiasmará a sus seguidores.
Las encuestas han señalado reiteradamente que las principales preocupaciones de los votantes son la inflación y la inmigración. Trump redobló su diatriba en esos temas, aunque las estadísticas demuestran que ambas están controladas. Las primeras decisiones que tome estarán destinadas a cubrir esas ansiedades que él mismo ha generado. Lo más fácil para provocar un impacto inmediato será poner en la mira a los inmigrantes, su cabeza de turco favorita, a quienes asocia con todos los males.
Los haitianos de Springfield (Ohio), inmigrantes legales gracias a una protección temporal, pueden ir pensando que el nuevo Gobierno de Trump no les renovará el estatus, al cumplirse el periodo actual de dieciocho meses. No estarán solos. El jueves, durante una entrevista telefónica con Kristen Welker, que se emite este domingo en ‘Meet The Press’, el nuevo presidente electo confirmó que «la seguridad y protección de la frontera» serán su prioridad. Trump ha prometido lanzar «el mayor programa de deportaciones en la historia de EE UU», algo que el exdirector de la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), John Sandweg, considera inviable.
Por los servicios que prestan los inmigrantes en numerosos sectores de la sociedad, los economistas advierten de que deportar a millones de ellos tendría un costo enorme para el país, lo que no intimida a Trump: «Realmente no tenemos otra opción. Hay personas que han matado y asesinado, capos de la droga han destruido países… Ahora van a regresar a esos países, porque aquí no se van a quedar», promete en la entrevista. «No hay cantidad de dinero alguna que capture la magnitud de esto», añadió.
Inmigración
Invocará la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, que autoriza las deportaciones
Inflación
Abaratará los combustibles fósiles aumentando su producción
Durante un mitin que dio el mes pasado en Aurora (Colorado) indicó que invocará la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, que autoriza la deportación de cualquiera que no sea ciudadano en caso de guerra o invasión. Su plan es enviar «escuadrones de élite de ICE, patrullas fronterizas y agentes de las fuerzas del orden federales a arrestar y deportar a cada inmigrante ilegal pandillero, hasta que no quede ni uno solo en el país», prometió.
Entre las medidas más sonadas podría estar la de suspender el derecho a la ciudadanía para los hijos de inmigrantes indocumentados que nazcan en EE UU, pero detrás hay todo un batallón más, como prohibirles que reciban cualquier tipo de beneficios sociales, vetar a los viajeros de ciertos países, pausar la admisión de solicitudes de asilo, cancelar el programa de lotería de visados y la emisión de visados para familiares, entre otras. Las llamadas ciudades santuario, como Nueva York, Chicago o Los Ángeles, pueden despedirse de recibir ayudas federales, lo que agravará el agujero presupuestario que ya tienen debido a la llegada masiva de autobuses de inmigrantes enviados por Texas.
Para subsanar la inflación, que en realidad ya está controlada al 2,8%, Trump promete abaratar los combustibles fósiles aumentando su producción y detener «desde el primer día» de su mandato las turbinas eólicas «que matan ballenas», dijo en el Economic Club de Nueva York. Suspenderá la transición a los coches eléctricos, que en 2032 tendrían que suponer el 67% de todos los nuevos vehículos y expedirá nuevos permisos para perforaciones petrolíferas y gaseoductos.
En realidad, Estados Unidos ya extrae una cantidad récord de petróleo y gas, superando durante la presidencia de Biden los máximos históricos establecidos durante la de Trump en 2019. Es el mayor productor mundial, con un 40% más que Rusia. Para cumplir su palabra del «Drill, baby, Drill» (Perfora, cariño, perfora), previsiblemente abrirá una nueva frontera, la del Ártico, protegida por ser refugio de la vida salvaje, así como otros parques naturales y tierras indígenas del país.
Acuerdos climáticos
Es de esperar que suspenda la adhesión de EE UU a los Acuerdos Climáticos de París, como hiciese en 2017. Será una cuestión de orgullo, porque Biden ordenó pedir la readmisión en una de esas órdenes ejecutivas del primer día, como las que firmará Trump. El ‘think tank’ (centro de reflexión) creado hace cuatro años para implementar sus políticas del ‘America First’ dice tener preparadas trescientas de estas órdenes para que las firme.
Los países de la OTAN también pueden esperar que Trump redoble sus demandas de que dediquen el 2% de su PIB a inversión militar, bajo amenaza de no apoyarles en caso de una invasión rusa o incluso de retirar a Estados Unidos de la Alianza Atlántica. Por supuesto, Ucrania puede despedirse de ella. Su admisión ya no es negociable. Lo único que estará sobre la mesa es el futuro del territorio ocupado por Rusia, cuyo presidente, Vladímir Putin, se cuidó mucho de no estar entre los primeros setenta jefes de Estado que, según Trump, le felicitaron en los primeros dos días tras su victoria. Entre ellos si se incluyó Volodímir Zelenski, que aprovechó en septiembre su visita a la Asamblea General de la ONU para pedirle audiencia. A esta llamada de Estado se unió insólitamente el fundador de Tesla y propietario de Twitter, Elon Musk, que tras haber invertido más de cien de dólares en la elección de Trump tiene ahora un asiento permanente en su mesa. Trump también quiere que los aliados europeos compensen a Estados Unidos por la inversión militar que ha hecho en Ucrania.
OTAN
Redoblará a los miembros su demanda de que dediquen a gastos militares el 2% de su PIB
Otra guerra que promete acabar de inmediato es la de Gaza, previsiblemente dando luz verde a Israel para que «termine la faena», ha dicho. Benjamín Netanyahu fue el primer líder mundial en felicitarlo. Con la llegada de Trump al poder se libra de las presiones del Gobierno de Joe Biden para aceptar un alto al fuego y el cuestionamiento a sus tácticas militares que han dejado 43.000 muertos en un año. Desde mayo pasado está esperando el envío de 3.500 bombas que la Administración demócrata suspendió por temor a que las usara en la zona fronteriza de Rafah, a donde había relegado a los desplazados.
China es otro país que se prepara para la nueva era. El nuevo presidente de Estados Unidos ha prometido imponer aranceles de entre 10% y 20% a los bienes que entren por México y del 60% a los que lleguen del gigante asiático, además de restringir la inversión de infraestructura de Pekín en EE UU y construir un escudo antimisiles para protegerse de un ataque potencial de ese país.
Tratamiento psiquiátrico para que los ‘sintecho’ de las calles
En el tema social Trump ha prometido asimismo limpiar las ciudades de los ‘sintecho’, a los que quiere obligar a recibir tratamiento psiquiátrico en campamentos ubicados a las afueras o ser arrestados por «acampar públicamente».
Otro grupo que puede estar entre sus primeras decisiones es el de los transexuales, a los que ha prometido vetar de los deportes femeninos y eliminar sus tratamientos de cambio de género de los seguros semipúblicos como Medicare y Medicaid. Cualquier colegio en el que un profesor sugiera que un niño pueda estar atrapado en el cuerpo equivocado podría quedarse sin financiación.
Las mujeres deben prepararse para pagar por los anticonceptivos que los seguros privados estaban obligados a proporcionar desde la reforma sanitaria de Obama. Para julio de 2017, la Cámara de Representantes había intentado al menos setenta veces desmantelar la ley de Atención Sanitaria Asequible (ACA). Esta vez, al tener mayoría conservadora en el Senado no habrá nada que se lo impida.
El Senado será también el que facilite su legado más duradero, la confirmación de un centenar de fiscales federales y todas las vacantes judiciales a los tribunales de apelaciones que no pueda cubrir Biden en el corto periodo de pato cojo que le queda. Hasta esta semana hay 47 vacantes y 17 pendientes de confirmación, además de una veintena de jubilaciones anunciadas. La Conferencia Judicial va a recomendar también la creación de otras 66 plazas que tendría que aprobar el Congreso. Pero la guinda será si alguno de los jueces del Supremo fallece durante su mandato. Eso le daría la oportunidad de consolidar la mayoría conservadora para las generaciones venideras, ya que se trata de puestos vitalicios que marcarán a la sociedad estadounidense durante más tiempo de lo que nadie pueda recordar.
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