Las series españolas abrazan la diversidad, sí, pero en cristiano

'Detective Touré' se suma a la larga lista de series que ignoran o limitan las lenguas oficiales no-castellanas como 'Rapa', 'Patria' o 'La Mesías'

La Vanguardia, Pere Solà Gimferrer, 07-11-2024

En las dos últimas décadas, la conversación sobre la diversidad en el audiovisual ha sido una de las más candentes. Desde los castings ciegos de Anatomía de Grey, donde Shonda Rhimes contrataba actores sin tener ideas preconcebidas sobre la etnia de los personajes, a las campañas de odio contra actrices de color en los universos de Star Wars y Marvel. Desde la proliferación de historias que colocaban la minoría en el centro (Insecure y Veneno son dos de las propuestas más interesantes en este sentido) a la llegada de un entretenimiento accesible como Detective Touré, publicitada por parte de Rtve como “la primera ficción española con un protagonista negro”.

En la crítica de la apreciable Detective Touré como serie de televisión no pude pasar por alto esta dimensión social, tanto por el hecho en sí mismo como por lo llamativo de ver a la empresa pública sacando pecho. Pero esta exaltación de su buena labor social también obligaba a poner énfasis en la hipocresía de la diversidad que hay a nivel estatal. España y su televisión pública pueden estar preparadas para ver un diálogo tras otro protagonizados por un hombre inmigrante y no caucásico en Bilbao pero, según lo visto, todavía no puede procesar más de una conversación en euskera en 50 minutos.

En el Bilbao de ‘Detective Touré’, de momento, el euskera es una especie de código morse que debe ser descifrado
El privilegio de hablar unos segundos en euskera se lo llevó Unax Ugalde, cuyo personaje se encerró en el baño de un bar para tener una conversación confidencial. El uso de la lengua propia del País Vasco tenía un tratamiento que era la antítesis de la normalidad: se utilizaba para incrementar el misterio y el secretismo. Como Touré no podía entender lo que oía y su móvil no grababa la conversación con precisión, no podía llevar a cabo su nuevo trabajo como detective con la profesionalidad esperada. Vaya, que el euskera no existía en una simple conversación subtitulada entre amigas en el teatro sino como si fuera una especie de código morse que necesita ser descifrado de mala manera.

Ni tan siquiera entraré en el debate de si Touré podría saber euskera o no, si los vecinos del barrio de San Francisco tienen un mayor o menor uso de la lengua: esta clase de discurso sobre representación lingüística siempre se da para justificar la exclusión de las lenguas no-castellanas, las minorizadas por un sistema de mirada centralista y mesetaria. Es irónico que Detective Touré, adalid de la diversidad, entienda precisamente la lengua autóctona de forma enigmática y folklórica mientras sí que encuentra la empatía para abordar nuevas realidades con normalidad.

Carlos Cuevas y Miki Esparbé son Álex y Bruno, dos chicos que se conocen por un error telefónico.
‘Smiley’ era un paso adelante en la diversidad: una comedia romántica con una pareja gay. Eso sí, el catalán… minorizado. ANDREA RESMINI/NETFLIX
Detective Touré, en este sentido, solo es el enésimo ejemplo de una extensa tradición televisiva excluyente que solo en los últimos años nos ha permitido ignorar la lengua gallega en producciones como Neboa, El desorden que dejas, Rapa o Clanes; la catalana en Mira lo que has hecho, Hache, Mano de hierro, Todos mienten, Smiley, Vida perfecta, Respira o la fantástica La Mesías, que asumiendo el castellano como lengua central se permitía licencias anarco-lingüísticas para meter catalán; o, en el caso del euskera, hemos tenido Intimidad, Tú no eres especial o ese despropósito lingüístico que era Patria, donde había discusiones sobre la importancia de hablar vasco en castellano.

Como antes de la última década la ficción producida por canales estatales tenía la tradición de ignorar por completo la existencia de otras lenguas oficiales que no eran la castellana, parece que los canales y plataformas creen que meter ahora un par de frases en gallego, catalán o euskera es el gran avance. ¿No es la visibilidad, por pequeña que sea, un paso adelante? No necesariamente.

Aparte de la visión limitada y folklórica de su uso, las breves apariciones continúan reforzando una mirada filofranquista del catalán, del gallego y del vasco
Aparte de la cantidad de veces que estas inclusiones muestran una visión limitada y folklórica de su uso, las breves apariciones continúan reforzando una mirada filofranquista del catalán, del gallego y del vasco: algo que está allí pero que debe permanecer en los márgenes, alejado de cualquier espacio central y oficial. Se pueden oír de vez en cuando pero, eh, no te pases y habla en cristiano.

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