Lanzarote se ha convertido en el puerto de llegada de cerca de 2.000 personas migrantes durante estos primeros días de noviembre. Sin embargo, las plazas para atenderles son insuficientes, lo que ha hecho que el Cabildo lance una petición de ayuda urgente para poder dar una acogida digna a todos aquellos que han superado la mortífera ruta canaria y, ahora, quieren buscar un futuro esperanzador.

El gerente del Consorcio de Seguridad y Emergencias de la isla, Enrique Espinosa, remarca que todos los servicios están «tensionados». El Centro de Atención Temporal de Extranjeros de la isla, de apenas 300 plazas, ha superado su capacidad, lo que ha hecho que se acoja durante días a los migrantes en carpas instaladas por el Gobierno de Canarias en el puerto de Arrecife. Unas instalaciones que, en un primer momento, iban a ser destinadas para acoger a menores.

En estos momentos, Espinosa calcula que 200 personas han pasado en torno a dos días en las carpas (las derivaciones se realizan, como máximo, en 48 horas desde la llegada a puerto). Otros han sido trasladados a diferentes recursos de la isla y también a Tenerife y Gran Canaria. Con la red de acogida desbordada, el propio consorcio de emergencias facilitó literas para que estas personas pudieran descansar en una cama. «De lo contrario, habrían dormido al raso», denuncia Espinosa.

Las carpas están pensadas para acoger a migrantes de manera temporal, por lo que este martes se derivó a 250 personas que estaban alojadas allí a Gran Canaria en barco.

Entre los migrantes que han llegado también lo han hecho menores de edad, tanto acompañados por su familia como no. Precisamente, en la isla hay cuatro centros que dan acogida a menores migrantes, que suman 120 plazas. Durante estos días, comenta Espinosa, el número se elevó hasta 140, aunque los últimos que han llegado ya han sido trasladados a Tenerife y Gran Canaria.
Ante esta situación, el gerente apunta que se han tenido que desatender «las labores cotidianas» de los cuerpos de seguridad y sanitarios, por lo que piden, como lo han hecho desde hace años, un servicio que sea especial para atender a las personas que sobreviven a la ruta canaria. «Ahora mismo solo están parcheando el sistema, ellos ya saben lo que a va ocurrir, y no ponen medios, se limitan a ver qué pasa y es el Cabildo el que asume todo», señala Espinosa, que reclama al Estado y a la Unión Europea una especial atención al drama humanitario que vive el archipiélago, puesto que, ahora mismo «no dan abasto».

A pesar de que algunos efectivos de la Policía Nacional se trasladaron desde otros puntos del archipiélago hasta Lanzarote durante estos días, «estos llegan y se vuelven a ir». Además, al gerente del consorcio de emergencias de la isla le preocupa en particular las condiciones de la tripulación de Salvamento Marítimo, que trabajan «fuera de hora» y no pueden cumplir la ley de prevención de riesgos laborales.

También se necesita refuerzos en los servicios administrativos, que, como subraya Espinosa, «están haciendo un sobreesfuerzo» para poder tramitar un elevado volumen de documentación.

Y las previsiones tampoco dibujan un escenario más favorable. Como apuntó el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, este miércoles, está ocurriendo lo que el Ejecutivo «ya había advertido: en cuanto las condiciones de navegación mejoren, la situación de llegadas iba a ser masiva».

Desde Lanzarote lamentan que todo este drama humanitario se esté afrontando «desde la improvisación» y que no se trate con dignidad a personas que «muchas veces no sobreviven».

En la madrugada de este miércoles lograron llegar a buen puerto 68 personas, que fueron rescatadas por la Guardamar Polimnia a 77,8 kilómetros al este de Arrecife, según recoge la agencia Efe. Ocho de ellas eran mujeres y dos menores de edad.