La victoria de Donald Trump sacudió ayer Europa como un terremoto. El vuelta a la Casa Blanca del líder republicano preocupa y mucho en Bruselas, donde temen un giro proteccionista de EE UU y las consecuencias que esta victoria puede tener en materia de seguridad. Sin embargo, no son pocos los políticos que han aplaudido el regreso de Trump. La ultraderecha y los populismos que crecieron al calor de la pandemia y de la guerra en Ucrania ven en el futuro presidente un aliado y un cambio de tendencia mundial.

El primero en felicitar al presidente electo fue el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, el eslabón ‘rebelde’ de la Unión Europea (UE), cercano a Putin y cuyo país ostenta actualmente la presidencia rotatoria del Consejo Europeo. «¡El mayor regreso en la historia política de EE UU! Felicidades al presidente Donald Trump por su enorme victoria. ¡Una victoria muy necesaria para el mundo!», escribió en su cuenta de X anteriormente Twitter.

Los movimientos populistas que han ganado terreno en Europa ven en esta victoria un cambio de tendencia mundial
Las felicitaciones no han llegado solo desde Hungría, sino también de los países con más peso dentro de la UE. La política francesa de ultraderecha Marine Le Pen deseó al mandatario «mucho éxito» en la Casa Blanca. «Los estadounidenses eligieron libremente a su presidente. Esta nueva era política que se abre debe contribuir al fortalecimiento de las relaciones bilaterales y a la búsqueda del diálogo y la cooperación constructiva en la escena internacional», destacó.

La debilidad del gobierno francés y el terreno ganado en las elecciones europeas de junio han dado alas a la formación de Le Pen. También a Alternativa para Alemania (Afd), que logró un resultado histórico en las elecciones regionales de Turingia y Sajonia. Su líder, Alice Weidel, deseó suerte al presidente Trump y «la bendición de Dios». «No fue Hollywood quien decidió estas elecciones, fue la población trabajadora estadounidense», destacó.

«La hora de los patriotas»
Hubo quien interpretó los resultados cosechados por los republicanos como un cambio de tendencia a nivel mundial. Fue el caso del líder de Vox, Santiago Abascal, quien celebró los resultados y aseguró que «es la hora de los patriotas. Es la hora de la libertad», dijo, en un mensaje publicado con una foto en la que se le puede ver con el presidente electo.

El ultraderechista holandés Greet Wilders también hizo suya la victoria de Trump y lo felicitó con un mensaje escrito en su totalidad en mayúsculas. «Los patriotas están ganando elecciones por todo el mundo. Los liberales de izquierdas no son capaces de dar a la gente lo que quieren: libertad, priorizar a su gente y a su nación y sobre todo no más inmigración ilegal», escribió. En Reino Unido, el líder y fundador del partido del Bréxit, Nigel Farage, destacó que Trump «es un amigo genuino de Reino Unido» y que su regreso a la Casa Blanca «es una enorme oportunidad para nuestro país».

La ultraderecha y los populismos aplauden la victoria electoral del republicano
Algo más comedida se mostró la primera ministra italiana Giorgia Meloni, faro de la ultraderecha europea y líder que ha ido ganando peso en la UE, marcando la agenda del bloque en materias como la política migratoria, con su iniciativa para crear centros de detención de migrantes fuera de Europa. «Mis más sinceras felicitaciones. Italia y EE UU son naciones ‘hermanas’, unidas por una alianza increíble, valores comunes y una amistad histórica. Estoy segura de que la fortaleceremos aún más. Buen trabajo, presidente», apuntó en sus redes sociales. El canciller federal austríaco, Karl Nehammer, por su parte, deseó seguir fortaleciendo la alianza de su país con EE UU para hacer frente a «desafíos globales»

Al otro lado del Atlántico, el presidente argentino Javier Milei se ofreció a colaborar con el nuevo presidente. «Ahora América es grande de nuevo», aseguró. Por su parte, el dirigente brasileño Jair Bolsonaro destacó el «resurgir de un verdadero guerrero, que ha sufrido una injustificada persecución judicial» y añadió que su vuelta a Washington «marca el triunfo de l pueblo sobre los designios arrogantes de las élites».