Opinión
Estados Unidos vota
Para ganar, a Trump le basta con movilizar a los suyos y añadir algunos apoyos más de un grupo muy pequeño de indecisos en tres o cuatro estados, Pensilvania, Míchigan, Wisconsin y Nevada
Diario Vasco, , 05-11-2024n el último vídeo de campaña Donald Trump dice por fin una verdad: «Estas son las elecciones más importantes de nuestra historia». Luego se adentra en una serie de inexactitudes, mentiras y exageraciones sobre lo mal que va la economía o la amenaza que suponen los inmigrantes. Es un resumen muy tosco de su mensaje del miedo, con el que es posible que vuelva a conquistar la Casa Blanca. En vez de ofrecer un futuro prometedor, se dispone a llevar a su país de nuevo a un pasado glorioso, un pasado que posiblemente nunca existió.
El candidato republicano no necesita el respaldo de una mayoría de ciudadanos gracias al arcano sistema de voto indirecto a través del Colegio Electoral. Para ganar, le basta con movilizar a los suyos y añadir algunos apoyos más de un grupo muy pequeño de indecisos en tres o cuatro estados, Pensilvania, Míchigan, Wisconsin y Nevada. Los hombres blancos sin estudios y los miembros de minorías raciales hartos de la ortodoxia multicultural demócrata pueden inclinar la balanza.
Henry Kissinger decía que el futuro no se adivina, sino que se intuye. Muchos analistas vaticinan para este martes, el mismo día de las elecciones, que después de unas semanas de recuentos (cada estado cuenta las papeletas de modo distinto), caos y confusión Trump conseguirá la victoria. Un dato importante es que desde 1952 el voto demócrata ha sido sobrestimado en las encuestas. Otro elemento revelador es que esta vez los republicanos han votado masivamente de forma anticipada, de modo presencial o por correo, en contra de lo que sucedía en comicios anteriores. Pero los augures pueden equivocarse, porque la diferencia de apoyos entre los dos rivales parece muy pequeña.
De lo que se puede estar seguro es que una segunda presidencia del magnate neoyorquino es muy mala noticia para la democracia en su país y, más aún, en el resto del mundo. Su desprecio a los pesos y contrapesos de la Constitución de 1787 y sus tendencias autoritarias crecientes nada como escuchar sus últimos discursos de campaña, tan sombríos y amenazantes darán alas a sus imitadores en no pocos países, empezando por los trumpistas europeos. Viktor Orbán, Robert Fico, Marine Le Pen, Alice Weidel, Nigel Farage, todos ellos esperan celebrar el nuevo triunfo de Trump y seguir sus pasos. Se sentirán más legitimados para cerrar el país a la influencia externa, tanto económica como de inmigrantes, y a concentrar poder en el Ejecutivo, debilitando a los jueces y a los medios de comunicación. Los rivales serán denigrados con teorías de la conspiración y denunciados como enemigos del pueblo, nada nuevo bajo el sol.
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