Agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil han identificado a varias personas durante la visita de los Reyes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat Valenciana, Carloz Mazón, a Paiporta, epicentro de la catástrofe de la DANA. Fuentes policiales explican que a través del visionado de imágenes de la secuencia insólita —con gritos de “asesinos, asesinos” o “Sánchez hijo de puta”— y del rastreo en redes sociales se está verificando la posible infiltración de individuos de grupos ultras entre los vecinos de la localidad valenciana, que podrían ser investigados por un delito de atentado contra la autoridad. El director adjunto operativo (DAO) de la Guardia Civil, el teniente general Manuel Llamas, ha presenciado in situ cómo Sánchez ha sufrido una agresión tanto física como material, al romper los cristales del coche.

Las cúpulas policiales están “en shock” por el linchamiento que se ha vivido en Paiporta a primera hora de la tarde. La primera lectura que hacen es que la legítima indignación de los valencianos por la respuesta que se está dando a la crisis no está reñida con la oportunidad que han podido varios grupos ultras para caldear, más si cabe, el ambiente. “Es el caldo de cultivo perfecto para seguir deslegitimando las instituciones”, explica una fuente policial que ha presenciado cómo el presidente del Gobierno ha tenido que salir del municipio después de que su equipo haya activado el protocolo de seguridad por varios objetos lanzados contra él. Esta misma fuente sitúa a varios encapuchados camuflados entre los vecinos de Paiporta. El coche en el que fue evacuado Sánchez, puesto a su disposición por la Delegación del Gobierno, ha acabado con las lunas dañadas. Otro, de la misma comitiva, también ha terminado con los cristales rotos.

Fuentes próximas a la investigación aseguran que tienen constancia de cómo grupos ultras se comenzaron a organizar ayer, cuando se conoció la visita de los autoridades a las zonas afectadas por la DANA, a través de Telegram para acudir a las localidades, dando apariencia de realizar labores de ayuda voluntarias. En los momentos de máxima tensión vividos hoy, cuando el Rey se ha acercado a hablar con varias personas, estaba presente uno de los dirigentes de la asociación Revuelta —con una camiseta nazi de la División azul—. Esta asociación fue la misma que alentó durante semanas las protestas frente a la sede nacional de Ferraz, cuando el PSOE negoció la amnistía de los líderes independentistas.

Las imágenes también han captado a un joven con una camiseta negra con el lema ‘Sic Samper tyrannis’ (Así siempre con los tiranos), la frase que gritó desde el Teatro Ford, en Washington, el asesino de Abraham Lincoln. Un lema muy recurrente en la estética de grupos ultras como Democracia Nacional o España 2000. Uno de los cabecillas de la primera organización fue detenido, junto a otras tres ultras, por los altercados en Ferraz, en noviembre del pasado año. España 2000 se define como “un partido político de carácter social y patriota que defiende los derechos de los españoles ante las agresiones, que canaliza todo su trabajo en apoyar las justas reivindicaciones del español medio que es el gran olvidado en esta sociedad netamente mercantil”.

En otra de las imágenes se puede ver con el rey Felipe VI agarra el brazo de un hombre que lleva un tatuaje ligado a la grada ultra valenciana Mario Kempes. Un grupo ligado a la extrema derecha, que en una de las últimas polémicas en las que se vio envuelto fue la de los insultos racistas a Vinicius. Desde el canal Alt Right España, granero de bulos, también se ha promovido participar en los disturbios de Paiporta, pidiendo atacar directamente a las autoridades: “Guillotina” para Sánchez.

No se descartan detenidos en los próximos días, aunque las autoridades policiales son conscientes de que unos arrestos inminentes contribuirían a aumentar el clima insostenible de crispación. Ha sido el propio presidente del Gobierno, tras ser evacuado de Paiporta, quien ha delimitado a “algunos violentos absolutamente marginales” los que han agitado la bronca contra las autoridades, separándolo de la indignación popular por la gestión política de la catástrofe sin precedentes.

No obstante, fuentes gubernamentales que lo sucedido en Paiporta no es “causa única” del malestar social, sino “obra de la extrema derecha y de los grupos ultras”, que se han movilizado “su maquinaria” para intentar destruir a un Gobierno “elegido legítimamente” a través de instrumentos “que se alejan del marco de la legalidad”.