El debate migratorio en Europa
La frontera del Bidasoa se cierra
El Gobierno de Macron refuerza una vez más los controles selectivos en la zona
La Vanguardia, , 04-11-2024La fisonomía del entorno fronterizo del Bidasoa ha cambiado en los últimos años. Alrededor de 4.000 personas siguen cruzando a diario la frontera para ir a trabajar, especialmente rumbo a localidades como Irún o San Sebastián, sin que su rutina laboral se vea perturbada. El paso fronterizo en dirección Francia, rumbo a la Europa continental, sin embargo, se ha convertido en una zona conflictiva. El Gobierno galo ha endurecido los controles y la zona ha recobrado el cariz de paso fronterizo, aunque, eso sí, de manera selectiva.
El Ejecutivo de Emmanuel Macron, además, ha anunciado que a partir de este viernes y hasta el próximo 30 de abril “reforzará” los controles en la muga , aludiendo a la lucha antiterrorista y la voluntad de combatir las “redes criminales”. La decisión, no obstante, no se entiende sin atender al contexto sociopolítico francés –y europeo-, con la inmigración instalada en el centro del debate político y un porcentaje elevado de la población en posiciones de abierto rechazo a la llegada de migrantes.
En los últimos cuatro años hasta nueve personas han fallecido en la zona, la mayoría ahogados en el río
Coincidiendo con la entrada en vigor de este endurecimiento de los controles fronterizos en pleno espacio Schengen, una manifestación de EH Bildu y EH Bai, su marca en Iparralde (el País Vasco francés), denunciaba ayer que estos controles “vulneran el derecho a la libre circulación” y generan una situación de “máximo riesgo” para los migrantes.
Este último argumento se refiere a las situaciones de peligro que, como consecuencia del cierre selectivo de la frontera, se han generado en los pocos metros que separan, a través del río Bidasoa, Irún y, ya en territorio francés, Hendaya. En los últimos cuatro años nueve personas han fallecido en este entorno, cinco de ellas ahogadas al tratar de cruzar a nado, aunque también se ha registrado el suicidio junto al río de un migrante subsahariano y tres jóvenes fueron arrollados por un tren poco después de cruzar la muga .
El Bidasoa se ha convertido en una zona de tránsito para miles de migrantes subsaharianos que se dirigen a la Europa continental, fundamentalmente a Francia y Bélgica, sus grandes referencias culturales, y el paso se ha vuelto problemático en un contexto de cierre de fronteras interiores en la Unión Europea, con Alemania como ejemplo paradigmático,
Desde la red de acogida de Irún, Harrera Sarea , Oihana Galardi vincula estrictamente este cierre de fronteras con el contexto político francés. “Vemos cómo cada seis meses se alarga el estado de alarma, aludiendo en cada momento a una razón. En mayo se aludía a los Juegos Olímpicos, y ahora a otras cuestiones. En todo caso, hay que señalar que estos controles en pleno espacio Schengen se realizan de cara a la galería, para responder al contexto político francés y al giro a la derecha del Gobierno. Se quiere hacer ver que se hace algo ante esa parte de la sociedad que pide control, y precisamente, se pone el foco en los migrantes que llegan a través de las costas. Sin embargo, los migrantes siguen pasando igualmente, aunque asumiendo mucho mayor riesgo, y hay que subrayar que quienes vienen por el sur del continente representan un porcentaje mínimo: la mayor parte de los migrantes irregulares en Europa han llegado en avión”.
El Gobierno vasco se ha quejado repetidamente de este cierre de fronteras dentro del espacio europeo y ha llegado a denunciar que Francia “realiza controles racistas y selectivos”. El Ejecutivo de Imanol Pradales cuenta con un plan de contingencia para atender en varios albergues a los migrantes. En marzo de 2021 lo llegó a desplegar hasta su última fase, implicando a varios municipios fronterizos. Aquel año se llegaron a atender a 8.115 personas en estos recursos, aunque en 2023 la cifra se redujo a 3.317 personas y en el presente año se prevé que se vaya a superar esa cifra, pero sin llegar a los niveles máximos.
Al otro lado de la frontera, Jean René Etchegaray, alcalde de Bayona y presidente de la Comunidad de Aglomeración del Pays Basque, que reúne a los 158 municipios de la zona vascofrancesa, también ha cuestionado repetidamente estos controles, que han propiciado la aparición de mafias en la zona. Pero París pone el foco mucho más allá del Bidasoa: entre un 70% y un 75% de los franceses, según la encuesta, señala que en su país hay “demasiados migrantes”. Y parece poco probable que la situación vaya a cambiar en la zona fronteriza.
La muga del Bidasoa, que en los años 60 y 70 vio como morían ahogados decenas de inmigrantes portugueses, españoles y africanos –más de un centenar en el año 1973– y que a comienzos del presente siglo llegó a ser una frontera imperceptible, renace en un contexto de repliegue ante la preocupación social por la cuestión migratoria y política por el auge de la extrema derecha.
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