Las decisiones sobre inmigración que adoptó el viernes el Consejo de Ministros no han apaciguado los ánimos en la Comunidad Valenciana, Murcia y Madrid, cuyos gobernantes – del PP – insistieron ayer en las críticas vertidas esta semana. Aunque no hubo respuesta alguna por parte del Gobierno, que ya ha anunciado su propósito de convocar en los próximos días a los representantes autonómicos, sí se produjo una reacción en la Generalitat catalana: su consejera de Bienestar y Familia acusó al principal partido de la oposición de hacer «demagogia» con este asunto.

Las manifestaciones de los dirigentes de las tres comunidades siguen una línea similar. El presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, pidió al Gobierno central que cambie «la política de parches en inmigración», ya que «es la menos conveniente», y pidió «coordinación y responsabilidad». Además, afirmó que esta materia «no debe servir para mercadear políticamente» y que «hay que encontrar los mecanismos que nos lleven a un gran pacto de Estado». En la Comunidad Valenciana, el vicepresidente del Consell, Víctor Campos, argumentó que la política del Gobierno «está haciendo aguas por todas partes», se está revelando «absolutamente ineficaz» y ha convertido el país en un «coladero». Finalmente, el consejero madrileño de Inmigración, Carlos Clemente, acusó al Ejecutivo de «falta de transparencia e ineficacia» en el reparto de subsaharianos llegados a Canarias. Todos ellos recalcaron su deseo de reunirse con miembros del Gobierno.

La consejera catalana de Bienestar y Familia, la socialista Carme Figueras, criticó la actitud «irresponsable» del PP, ya que durante el Gobierno de Aznar los inmigrantes llegaban a Cataluña «con nocturnidad y alevosía». Figueras también se refirió a la afirmación de que las comunidades en manos de los populares son más solidarias: «Cataluña tiene el 23% de los inmigrantes que hay en España», recordó.

El Defensor del Menor de Madrid, Pedro Núñez Morgades, rechazó que se cambie la normativa actual sobre menores, ya que considera peligroso legislar «desde la emoción de las avalanchas y las situaciones extremas».