Los tres inmigrantes ilegales recluidos en un camarote de un barco atracado en el Puerto de Bilbao recibieron ayer la respuesta definitiva del Ministerio de Interior a su demanda de asilo político: el Gobierno denegó su solicitud al considerar que no cumplen los requisitos mínimos para hacerse acreedores de esta figura de protección.

Veinticuatro horas antes, la tarde del viernes, los tres jóvenes africanos habían decidido iniciar una huelga de hambre. Y uno de ellos decidió ayer, tras conocer la decisión, autolesionarse haciéndose un corte en una muñeca, por lo que fue trasladado a un centro hospitalario, aunque sus lesiones no revisten gravedad. Así, por razones humanitarias, en principio no se firmará una denegación de su petición con lo que no partirá mañana a bordo del barco que viajará a Rotterdam, donde sí irán los otros dos polizones.

«Están desolados porque consideran que es injusto que uno de sus compañeros haya podido salir del navío y ellos no», declaró el presidente de la Comisión de Ayuda al Refugiado para Euskadi, Javier Galparoso. Se refiere al polizón burundés cuya petición de asilo sí fue aceptada el jueves.