La inmigración clandestina es un auténtico drama, pero más aún cuando acaba en tragedia. Quienes huyen de un destino de miseria se juegan verdaderamente la vida por buscar algo mejor. Y muchos la pierden.

Así, esta madrugada se localizaron 14 cadáveres en las playas de Nouakchott, capital de Mauritania, después de que su cayuco, que había partido de Senegal, naufragara frente a las costas mauritanas, cuando se dirigían a las Canarias, según informaron fuentes de la Gendarmería mauritana a France Presse.

La barca naufragó en alta mar, por lo que las autoridades creen probable que «haya más cuerpos en el mar», por que continuarán las labores «pues en esas barcas suele haber entre 90 y 96 personas», afirmó un responsable policial.

Al menos, 321 más salvaron la vida. 179 personas fueron rescatadas por fuerzas mauritanas en dos cayucos que habían partido de Casamance, en el sur de Senegal. Una de las dos barcas, con 92 personas a bordo, acababa de naufragar cuando los servicios de socorro llegaron.

Mientras, en las costas españolas fueron 142 los inmigrantes que fueron interceptados ayer en un total de 10 embarcaciones cuando pretendían alcanzar el litoral. Ocho pateras que transportaban 71 personas fueron localizadas en aguas de Almería y trasladadas a distintos puertos de la provincia. Al puerto granadino de Motril llegó otas con 33 personas, todos varones y mayores de edad. Otros 38 viajaban en un cayuco y fueron rescatados a 90 millas al sur de la isla de Tenerife.