EN LA RED
EN LA RED: Solidaridad con Canarias
El Mundo, 27-08-2006¿Está a favor de la dispersión de los inmigrantes por la Península? SI
Hace un mes sentimos un profundo orgullo al ver cómo nuestros compatriotas auxiliaban a las mujeres y hombres que llegaban a bordo de un cayuco a la playa tinerfeña de La Tejita. Su ejemplo es moralmente comparable al de toda la sociedad canaria. Su solidaridad y su responsabilidad no se diferencian de los valores que laten bajo el trabajo de las ONG, Gobierno, sindicatos, empresarios o formaciones políticas, que se han propuesto abordar la gestión del flujo migratorio como pide la inmensa mayoría de la ciudadanía, esto es, con altura de miras y sentido de Estado.
Llegará un día en que el Partido Popular siga el mismo camino que ya transitamos todos. Llegará. Porque se está agotando una forma de hacer política basada en el exceso y construida sobre una idea pobre de España. Las recientes protestas de los gobiernos autonómicos del PP son una muestra de ello, y por partida doble. En primer lugar, porque reflejan tanta ansiedad como poco rigor: critican un sistema para trasladar y distribuir a quienes llegaron irregularmente a nuestro país que fue diseñado y puesto en marcha en 2002 por el propio Mariano Rajoy cuando era ministro del Interior. Un sistema que se articuló por el desaguisado que provocó el propio PP canario cuando enviaba a la Península, sin procedimiento ni comunicación alguna, a quienes entonces deambulaban por las calles de las islas. En segundo lugar, porque ponen de manifiesto cómo un partido político puede ser muy nacionalista y nada patriota a la vez: el segundo artículo de nuestra Constitución vincula la unidad de España al principio de solidaridad entre sus comunidades, pero los gobiernos del PP han preferido dar la espalda a Canarias cuando, ahora más que nunca, es necesario el compromiso. Un compromiso que se corresponda con la política integral de inmigración que viene desarrollando el Gobierno de España. Así lo consideran muchas ONG, que son conscientes de que ahora el principio humanitario sí es el punto de partida de las políticas migratorias. Así lo acreditan algunos gobiernos subsaharianos al mostrar, por primera vez, su disposición a establecer convenios de repatriación. Así lo demuestra la Unión Europea que ha comenzado a involucrarse asumiendo, también por primera vez, que es urgente una política migratoria común. Y así lo reflejan los ayuntamientos que cuentan hoy con recursos económicos para la integración que superan en 23 veces los de la legislatura anterior.
Sabemos que en materia migratoria no es poco lo que se ha hecho en estos dos últimos años, pero es más lo que queda por hacer. Y sabemos, también, que la inmigración ha pasado de ser una cuestión coyuntural a estructural, que vamos a convivir con ella y a disfrutar de la enorme riqueza cultural y prosperidad económica que genera. Quizá habrá quien se conforme con poner el énfasis en el sistema de distribución territorial de las personas que llegan a Europa al margen de la ley. Pero hace falta mucho más. No basta con seguir garantizando el orden, el concierto y la equidad en la distribución del flujo migratorio, asegurando que quien entre irregularmente salga de inmediato. El reto está más allá aún de la buena gestión. Está en la raíz, en luchar contra las causas de las migraciones: guerras, dictaduras, pobreza… Ese es el verdadero desafío que, como dice José Luis Rodríguez Zapatero, marca la altura moral de una sociedad.
Pedro Zerolo es responsable de Inmigración del PSOE.
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