Los chistes racistas en el mitin de Trump desatan la polémica a una semana de las elecciones

El cómico que abrió su acto de campaña en Nueva York, Tony Hinchcliffe, describió Puerto Rico como “una isla flotante de basura en el océano”

La Vanguardia, Javier de la Sotilla, 29-10-2024

Los desafortunados chistes de un cómico invitado al mitin de Donald Trump en el Madison Square Garden de Nueva York, y la retórica xenófoba y agresiva que se desprendió de la treintena de intervenciones posteriores, han provocado un terremoto político a una semana de las elecciones de Estados Unidos.

Algunos hablan de la sorpresa de octubre, ese lugar común en la jerga política americana que hace alusión a un evento inesperado que puede cambiar el curso de unos comicios. Otros recuerdan que a Trump nada le pasa factura, como la filtración en octubre del 2016 de una grabación en la que decía que “puedes hacer cualquier cosa” con las mujeres cuando eres famoso, incluso agredirlas sexualmente y “agarrarlas del coño”.

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Entre bromas estereotipadas contra los negros, los judíos, los palestinos y los latinos, un comentario de Tony Hinchcliffe, que describió Puerto Rico como “una isla flotante de basura en el océano”, es especialmente sensible para la campaña de Trump, que no tardó en desmarcarse y señalar que “no representa su punto de vista”. Aunque Puerto Rico es un Estado asociado sin derecho a voto en EE.UU., su diáspora es significativa en Pensilvania, el Estado que envía más representantes al Colegio Electoral de los siete llamados a decantar estos comicios.

Más de 600.000 habitantes de Pensilvania, de una población de 13 millones, tienen orígenes puertorriqueños. En el 2020, Joe Biden ganó a Trump por tan solo 80.000 votos, y las encuestas más recientes muestran ahí un empate técnico a 48% entre el republicano y la demócrata Kamala Harris. La comunidad se despertó ayer indignada por estos comentarios, que también propiciaron el respaldo explícito a Harris de estrellas mediáticas como los cantantes puertorriqueños Bad Bunny y Ricky Martin, o Jennifer López, cuyos padres nacieron en la isla caribeña.

Los demócratas se han lanzado en tromba a asociar el chiste con la campaña de Trump. “No fue un accidente”, señaló la congresista Alexandria Ocasio Cortez, también descendiente de puertorriqueños, que se pasó la mañana comentando la polémica en las principales cadenas de televisión. “Estos mítines están planificados y este lenguaje fue revisado por la campaña de Trump. Habló en nombre de la campaña. Transmitió lo que significan los latinos para Trump, como una parte sin valor e innecesaria de EE.UU.”, dijo en la CNN, donde recordó las palabras que pronunció en el mismo acto Stephen Miller, asesor de inmigración de Trump durante su mandato, que afirmó que “Estados Unidos es solo para los estadounidenses”, un lema usado con frecuencia por el Ku Klux Klan.

Kamala Harris, candidata demócrata
“Fue más de lo mismo, quizás más vívido de lo normal. Trump pasa todo el tiempo alimentando el odio y la división”
La vicepresidenta Harris señaló que lo que ocurrió en el Madison Square Garden “no fue ningún descubrimiento, fue más de lo mismo, quizás más vívido de lo normal”. La demócrata afirmó que Trump “pasa todo el tiempo intentando que los americanos se señalen unos a otros, alimentando el odio y la división, y por eso la gente está cansada de él”. Por su parte, el presidente Biden dijo, cuando se dirigía a votar en Wilmington (Delaware), que el acto en general fue “simplemente vergonzoso” y añadió que “es algo que no está al alcance de ningún presidente, pero es a lo que nos hemos acostumbrado. Por eso estas elecciones son tan importantes”.

En un discurso de campaña en Filadelfia, la ciudad más poblada de Pensilvania, el expresidente Barack Obama recordó a los asistentes que la campaña de Trump “está hablando de vuestros vecinos, vuestros amigos y compañeros de trabajo. Son americanos, son personas, y esa es la razón por la que estas elecciones no deberían ser ajustadas. Hay una regla de oro: si alguien no te respeta, si no te ve como un conciudadano con los mismos derechos, no deberías votarle”.

La reacción de la campaña de Trump –poco acostumbrada a recular ante ningún escándalo– distanciándose de los comentarios de Hinchcliffe después de que estallara la polémica en las redes sociales y tras las publicaciones de varias estrellas mediáticas puertorriqueñas, sugiere un reconocimiento del impacto que podría tener en su ambición presidencial. Sin embargo, ninguno de la treintena de oradores que siguieron este monólogo de apertura del mitin reprochó las palabras del cómico.

Marco Rubio, senador republicano
“Puerto Rico no es basura, es la casa de conciudadanos americanos que han hecho grandes contribuciones a nuestro país”
Varios republicanos lo hicieron un día después, como el senador de Florida Marco Rubio, que dijo que “Puerto Rico no es basura, es la casa de conciudadanos americanos que han hecho grandes contribuciones a nuestro país”, o el senador Rick Scott del mismo Estado, que publicó en X que “no es gracioso ni es cierto”.

Las imágenes que dejaron las seis horas de mitin en Nueva York –con unos 20.000 asistentes jaleando la promesa de Trump de “pena de muerte para cualquier inmigrante que mate a un americano”, admirando la “ley y orden” del siglo XVIII, cuando la esclavitud era legal, o tachando a los demócratas del “enemigo interior”, a los periodistas del “enemigo del pueblo”, y a los inmigrantes indocumentados de “animales”– llegan una semana después de que el ex jefe de gabinete del republicano, John Kelly, lo calificara de “fascista” y dijera que admiró el liderazgo de Adolf Hitler durante su mandato.

Donald Trump, candidato republicano
“Kamala y su campaña dice que todo el que no vote por ella es un nazi. No soy nazi, soy lo opuesto a un nazi”
El candidato demócrata a la vicepresidencia, Tim Walz, comparó el evento en Madison Square Garden con una congregación de nazis que tuvo lugar en el mismo estadio en 1939, en el que la Federación Germano Estadounidense reunió a 20.000 personas en un acto que ensalzaba el “americanismo” con saludos nazis y esvásticas a lado y lado de la figura de George Washington, el primer presidente del país.

Tump contraatacó ayer en un mitin en Atlanta (Georgia): “Kamala y su campaña dice que todo el que no vote por ella es un nazi. Somos nazis. Hace años, mi padre me dijo que nunca usara esa palabra”, recordó, “no soy nazi, soy lo opuesto a un nazi”. Después dijo que “esta retórica probablemente ha provocado dos intentos de asesinato contra mi” y dijo que Harris “es una fascista” y “una persona con un bajo coeficiente intelectual”.

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