El proyecto Bida-Lan para impulsar la inserción laboral de personas con baja empleabilidad aún está cerrando su edición 2023-2024 y «la semana que viene tenemos una primera reunión para empezar a preparar la de 2025-2026», anunció ayer el director general de Proyectos Estratégicos de la Diputación, Koldo Peciña. El ente foral ha dispuesto el 85% del coste del programa que ha superado los 420.000 euros a lo largo de estos dos últimos años.

Esta edición de Bida-Lan se ha distinguido de los primeros precedentes del programa en su formato. No en el fondo, ni en los objetivos, pero sí en la forma. Esta versión se ha construido a partir de una metodología de trabajo en red en un grupo con instituciones, entidades del tercer sector y centros formativos y nacido de la Mesa de Cualificación e Inserción Laboral del Pacto por el Empleo de Irun – Irun Ekintzan. Para el año próximo, dos nuevos socios han comunicado su interés en sumarse.

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personas con perfil ‘poco empleable’ (jóvenes sim cualificación, mayores de 45 con desempleo de larga duración, perceptores de ayudas, personas en riesgo o situación de exclusión social…) han recibido formación en residuos urbanos y limpieza viaria, técnicas básicas de alojamiento, administración polivalente, pescadería y fontanería. 66 ya han encontrado trabajo, pero desde Bidasoa activa apuntan que la cifra aumentará en los próximos meses.

Con este nuevo modelo, la esencia de Bida-Lan no ha cambiado, aunque sí se han ampliado hasta 246 los personas que han participado en esta edición, más del doble que en la anterior. «Pero sobre todo, trabajar en red nos ha llevado a ver las cosas de otra manera, a no hablar de ‘mi usuario’», apuntaba Elisabete Iriarte, de la Fundación Secretariado Gitano. «Ni el usuario es mío, ni la oferta de trabajo es mía», añadía Elena Fraile, de la Fundación Emaús. «A los usuarios, después de un diagnóstico, les hemos dicho, si ha hecho falta, ‘el nuestro no es el mejor itinerario para ti’. De la misma manera, cuando nos llegaba una oferta, la compartíamos con el resto de agentes de la red para tomar la decisión entre todas. Funcionar así sólo es posible cuando nos sentamos todas en la misma mesa y nos ponemos cara», aseguraba.

Además de Secretariado Gitano y Emaús, han participado en este Bida-Lan Irungo La Salle, la Asociación Pedagógica y los ayuntamientos de Irun y hondarribia a través de la agencia de desarrollo comarcal, Bidasoa Activa. «Es muy importante destacar el trabajo que hace la agencia», comentó Mar Romo, de Irungo La Salle. «Es un trabajo que no se ve, que luce poco, pero que es imprescindible para que podamos conseguir el objetivo: generar oportunidades para las personas».

En muchos casos se trata de gente en situación de máxima vulnerabilidad, «gente que necesita algo más que inserción laboral», advirtió Toñi García, del Centro Pedagógico Mendibil. «Tenemos perfiles de gente que duerme en la calle, que come cuando viene al centro y nosotras le ofrecemos. A veces nos sentimos un poco solas en esa tarea y por eso un programa como éste, en el que compartes con otras entidades y sientes cerca a Bidasoa activa y a la Diputación, nos reconforta». Afirmó que más allá de la empleabilidad que aporta el programa «es difícil aportar soluciones inmediatas» y Romo coincidió asegurando que «Bida-Lan es un proyecto que responde a un enorme reto social y hace trabajo de fondo. Los resultados de verdad se notarán a medio plazo».

La vicepresidenta de Bidasoa Activa, Estitxu Urtizberea incidió en que el foco se ha puesto «en comunidades sistemáticamente discriminadas» y la presidenta de la agencia, Nuria Alzaga, aportó los datos, con más de 110 contrataciones entre las últimas dos ediciones «e irán a más en los próximos meses. Pero no nos conformamos. Trabajamos en la edición 2025-26 bajo la premisa de que todo se puede mejorar».