San Sebastián

Unas 2.000 personas protestan en Donostia contra «el racismo» tras el cese de las cenas solidarias en Egia

Los colectivos y organizaciones que se han adherido a la manifestación de esta tarde piden al Ayuntamiento «que deje de castigar a los migrantes y empiece a poner los medios para acabar con la pobreza»

Diario Vasco, Macarena Tejada San Sebastián, 28-10-2024

Bajo el lema ‘Elkartasunari debekurik ez’ (No a prohibir la solidaridad), alrededor de 2.000 de personas se concentraron este domingo en Donostia «contra el racismo y el fascismo». Tras un conato de enfrentamiento entre vecinos de Egia y miembros de la asociación Kaleko Afari Solidarioak (KAS) el pasado lunes, el Ayuntamiento de San Sebastián prohibió las cenas solidarias que cada día repartían voluntarios de KAS en Egia. Como respuesta a este cese, decenas de colectivos y entidades han sumado fuerzas para denunciar lo ocurrido y pedir al consistorio de la capital guipuzcoana que «deje de señalar a los migrantes como enemigos y empiece a señalar a los agentes que provocan la pobreza estructural y las causas de la migración», así como «que deje de castigarles y de prohibir la solidaridad».

En una marcha que salió de la plaza Blas de Otero y terminó en el Boulevard, los presentes aseguraron que «las actitudes racistas, clasistas y fascistas se han intesificado en las últimas semanas en Donostia» y «las manifestaciones más extremas de esta tendencia han sido las que se han producido en Trintxerpe y en Egia». En este último caso, insistieron, «los reaccionarios han difundido una falsa acusación de que las cenas solidarias son un problema de seguridad». Se referían así a los que participaron en la concentración no autorizada del lunes y que han vuelto a convocar otra para hoy en Iztueta (Egia).

Para los convocantes de la manifestación, la prohibición de estas cenas «no hace sino fortalecer el racismo y el clasismo, que el Ayuntamiento obedezca de la noche a la mañana a la reivindicación fascista alienta a los reaccionarios. Ha sido el fascismo el que ha impedido que las cenas se celebren con tranquilidad». Según ellos, «la policía no es parte de la solución, sino parte del problema». Por eso, defendieron, hay que «luchar por mejorar las condiciones de vida de las personas que han tenido que migrar huyendo de la pobreza y que se han encontrado con una discriminación extrema a la hora de llegar a Euskal Herria».
Ximon Aranburu fue una de las personas que participó en la protesta como miembro de un colectivo, aunque también se sumaron muchos particulares. «En los últimos diez días ha habido un gran auge de la criminalización hacia el colectivo empobrecido», lamentó. «Y es indispensable señalar al Ayuntamiento como agente que está reforzando las ideas reaccionarias», dijo, y tachó de «problemáticas» las manifestaciones convocadas los lunes en contra de estas cenas solidarias. «Buscan criminalizar a los sectores más empobrecidos».

Entre los asistentes se encontraba la miembro de KAS Edurne Erkizia, que defendió que entre las personas que acuden a sus repartos «hay gente como aquí, quien se porta mal y quien no. Y si hay que juzgar hay que juzgar solo a esos. ¿Por qué voy a dejar de dar de cenar a noventa personas cuando las que la lían son quince? ¿Y voy a decidirlo yo?», se preguntó. «No voy a juzgar a nadie para darle de cenar, porque si no nos ayudamos entre nosotros… Ahora lo necesitan ellos, pero otro día podemos ser nosotros. Y también nos ayudarán. Hay muchos chicos que vienen a cocinar conmigo y ayudan a los otros, explicándoles cómo lo han vivido ellos. Todos somos personas, da igual el color o de dónde venimos».

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