El comisario de Getxo niega haber dado órdenes «racistas» contra la delincuencia
Frente a las acusaciones de haber mandado «acosar» a magrebíes, el mando policial dice que solo quería «reconducir» la situación en una zona del municipio
El Correo, , 25-10-2024El comisario de la Policía Local de Getxo, Tomás Santín, acudió este jueves a la comisión de Ciudadanía para dar explicaciones por la información publicada por este periódico en septiembre en la que varios agentes le acusaban de dar ordenes para «acosar» a magrebíes y llevar a cabo «identificaciones arbitrarias» para solucionar el incremento de inseguridad y robos con violencia que sufre el municipio. EH Bildu y Elkarrekin Podemos habían solicitado su comparecencia.
Santín detalló uno de los episodios que dio lugar a las quejas, una reunión que, según los uniformados, terminó «a gritos» por su parte y en la que exigió identificar y detener a migrantes. El comisario relató cómo un día «a las 19.55 horas» estaba en la plaza Satistegi y vio a dos jóvenes que se estaban metiendo «una raya de cocaína» por lo que llamó a los agentes y posteriormente se dirigió al cercano parque de María Cristina. Allí se encontró a un grupo «sospechoso» y requirió al jefe de servicio y a los de investigación. Decomisaron hachís y marihuana.
«Habitualmente no voy a los briefing, pero en este caso, al día siguiente creía que tenía que ir para reconducir una situación, que es para lo que me pagan», prosiguió Santín. «No estábamos cumpliendo el objetivo de que haya tranquilidad en una zona concreta de la que nos están avisando los vecinos», añadió. Reconoció, en este sentido, que preguntó a cada uno de los agentes si llevaría a sus padres o a sus hijos a esa parte del parque. «Ninguno me dijo que sí, a pesar de que es precioso, y eso ¿qué significa?», preguntó. «Somos policías y la ciudadanía nos está diciendo que algo pasa, que nos pagan para que estén seguros. Por eso, les dije que cuando trabajasen no vinieran de paseo, que hicieran labores de policía. Ninguno se quejó y el resultado fue que al día siguiente se volvió a requisar droga», aseguró. «Nuestra labor principal es la seguridad, hay que salir de los coches y que la gente no diga ‘no llevo a mis hijos a este sitio o al otro’», insistió.
Su relato contrasta con el de los agentes, que sostienen que la exigencia de «acosar» a magrebíes era una práctica habitual y que la «gota que colmó el vaso» fue el referido briefing la reunión que se celebra al inicio de los turnos por la mañana para concretar las actuaciones del día. Insisten en que no era la primera vez que se les solicitaban actuaciones injustificadas con el objetivo de rebajar los niveles de delincuencia.
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El jefe de la guardia urbana desgranó en la comisión cómo trabaja el cuerpo local y aseguró que en su objetivo de ser una «policía de proximidad» apuesta por «korrikas», patrullas a pie de calle, «que no son para quemar calorías sino para atajar la delincuencia». Para justificar que las ordenes no son racistas, mencionó que «hay un punto en Algorta al que va un colectivo que tiene unas necesidades en referencia al comedor social y no nos ponemos a realizar identificaciones. Vamos a los lugares a los que nos dicen los vecinos y el 36% (de las identificaciones) se hace en base a denuncias», recalcó.
El responsable policial aseguró que los agentes trabajan con «perfiles delictivos no discriminatorios». «Cada delito tiene un componente, no es lo mismo el que roba con violencia que en un domicilio o en los abrazos solidarios. Son las propias víctimas las que nos dicen las características». Para subrayar su argumento comentó que «si se tuviera sesgos racistas, se identificaría a las personas de color negro en referencia a vendedores ambulantes que están en las terrazas y no es así. No porque sean de otro color, de otra raza o de otro sexo»», añadió.
La concejala de Policía, Keltse Eiguren, que acompañó al comisario en su contestación a EH Bildu pidió «no hacernos trampas al solitario». «Quién nos está robando en las calles, pregunta a cualquier vecino. Tendrán que ser las personas que coincidan con esos perfiles a los que se identifique. Los poderes públicos tenemos la obligación de distinguir entre lo que es prevenir un delito y lo que es una discriminación y me reafirmó en que la Policía de Getxo lo hace al amparo de la normativa», afirmó.
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