El colectivo de voluntariado Kaleko Afari Solidarioak (KAS), que cada día reparte más de 250 cenas calientes en Donostia, busca ya un nuevo enclave para seguir manteniendo su labor en tres puntos de la ciudad, tras conocer que el Ayuntamiento ha prohibido desde este jueves los repartos en Egia por «problemas de seguridad». La red de voluntarios teme que las ubicaciones de la plaza de la Constitución en la Parte Vieja y Anoeta vivan el mismo destino.

En una rueda de prensa en la que contaron con el apoyo de más de este jueves tras los enfrentamientos que el lunes se dieron en este mismo punto entre la Er-tzaintza y varios de los vecinos que se concentraron para protestar ante la falta de seguridad que perciben, y que a la postre significó la decisión municipal de suspender estas cenas solidarias.

Tres portavoces recordaron que desde noviembre de 2020 KAS comenzó a ofrecer estas cenas, que abarcan a «más de 300 personas» sin hogar, muchas de ellas «jóvenes y migrantes». Durante este tiempo, se han reunido «cuatro o cinco veces con responsables y técnicos de Servicios Sociales del Ayuntamiento», a los que han pedido «una solución integral para las personas en situación de calle», y que se garantice «el derecho a la alimentación» que pasaría por la creación de «un comedor social», para el que se han ofrecido a colaborar. La respuesta consistorial, según KAS, ha sido informar de los recursos municipales existentes y rechazar sus sugerencias. De hecho, censuraron al Ayuntamiento porque «no nos ha notificado» oficialmente la suspensión de las «más de 100 cenas» en Egia, más allá de la comunicación «de voz» que les trasladaron agentes de la Guardia Municipal el lunes.
KAS denunció al movimiento ‘Loquenotecuentandedonosti’, que a través de canales de Instagram y Telegram «reivindican la seguridad en Donostia, y tienen a KAS en el punto de mira», relacionándoles «con la inseguridad». En este sentido, los representantes declararon que «es muy preocupante que actitudes racistas, xenófobas y fascistas como las que están surgiendo en la ciudad tengan tanto peso en la decisiones políticas y en el Ayuntamiento como para tomar la decisión de prohibir las cenas en Egia».

Crítica a Martin Ibabe
La red de voluntarios avanzó que «vienen momentos muy oscuros porque es muy probable que esas prohibiciones se vuelvan a repetir». Y criticaron que «es muy grave» que a la hora en la que daban las cenas en Egia «esté preparado semejante dispositivo policial» para garantizar que no se permitirá «una labor social como es dar un plato caliente a personas que no tienen nada más para comer».

Asimismo, negaron que la semana pasada la Policía se incautara de «machetes, cuchillos, pastillas y drogas» en el entorno de la cena de Egia. «Eso es mentira, eso no ha ocurrido aquí».

De forma «contundente», aseguraron que «nunca han buscado la confrontación» y empatizaron «con las personas» que han sufrido «situaciones de violencia». Y recordaron que «esa falta de seguridad no la sufren sólo ciertas personas en la ciudad, sino que también la estamos sintiendo personas de colectivos como KAS, que trabajamos con estos jóvenes migrantes, y que también la están sufriendo desde hace unos meses estos jóvenes, de una manera mucho más cruenta».