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La idea de crear centros de detención para migrantes fuera de la Unión Europea (UE) que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se mostró abierta a discutir en la última cumbre europea, fue el foco de un encendido debate este miércoles en la Eurocámara. La comisaria de Igualdad, Helena Dalli, intervino en nombre del Ejecutivo comunitario ante el pleno del hemiciclo en Estrasburgo, donde defendió la postura de Bruselas, que defiende una solución común y europea ante la migración irregular. «Las capitales reclaman nuevas alternativas como las de estos centros y la Comisión las explorará en su propuesta para una nueva directiva de devoluciones, que se elaborará en la primera mitad del nuevo mandato», prometió Dalli.

La creación de estos centros de detención genera gran controversia dentro del bloque y su legalidad ha sido cuestionada por los tribunales italianos e ingleses, tras el envío de migrantes desde Italia a Albania y la propuesta del Reino Unido para enviar migrantes irregulares a Ruanda. Con todo, quince países de la UE defendieron en mayo la necesidad de explorar «soluciones innovadoras» a la migración irregular y pidieron crear este tipo de centros de detención fuera de la UE, una opción que España rechaza tajantemente.

El debate dentro de la Eurocámara también estuvo muy polarizado. El eurodiputado Tomás Tombé intervino en nombre de los populares europeos (PPE), el grupo mayoritario en la Eurocámara, y dio la bienvenida a la propuesta de la Comisión. «Hace falta una respuesta europea común. El Pacto de Migración y Asilo es el primer paso, pero necesitamos una nueva directiva de devoluciones y explorar ideas como los centros de deportación», aseguró.

Por su parte, la socialdemócrata Iratxe García tuvo duras palabras para la propuesta de Von der Leyen, que calificó como «una vergüenza». «La deportación de migrantes por parte de Italia es ilegal y Von der Leyen debe retirar su propuesta ilegal de centros de deportación. La UE tiene que garantizar los derechos fundamentales», destacó. En el turno de respuesta, la comisaria Dalli subrayó que en el diseño de los centros de devolución «se tendrá una especial atención al respeto de los derechos humanos y nos aseguraremos de que la ley internacional se respeta en todos los casos. Tenemos que ser justos, pero firmes en materia migratoria», añadió.

Estas explicaciones no fueron suficientes para el grupo de los Verdes, que acusaron a la Comisión de «permitir que los Estados miembros evadan sus responsabilidades» con la creación de estos centros. «No hay que dejarse arrastrar por los discursos populistas y debemos actuar en línea con los derechos humanos. Esto no ataja el problema», defendió la eurodiputada Tineke Strik.

Mano dura

Los grupos de Patriotas por Europa del que forma parte el partido de Viktor Orbán y el de Europa de las Naciones Soberanas pidieron más mano dura. «La Comisión no se ha enfocado en las fronteras exteriores y ha sido un error», sostuvo la eurodiputada Kinga Gál. Los Conservadores y Reformistas (ECR), de los que forma parte la formación de Giorgia Meloni, también se mostraron partidarios de los centros de detención y de «gestionar la migración antes de que llegue a Europa». «Es lo que hace Italia de forma efectiva y lo que el resto hasta ahora no han logrado», destacó el eurodiputado Nicola Procaccini.

Los liberales de Renew, por su parte, criticaron el modelo Meloni por su elevado coste y baja efectividad. «Los migrantes han pasado 48 horas en Albania y se han devuelto a Italia, ¿cómo vamos a estar inspirados con estos resultados?», se preguntó la eurodiputada Valérie Hayer.

Por otra parte, Ursula von der Leyen se desvinculó del acuerdo entre Italia y Albania para la creación de un centro de detención de migrantes. «Se trata de un acuerdo bilateral entre dos países, nosotros solo monitorizamos la situación», se limito a comentar sobre el revés de los tribunales italianos al plan de Meloni. hace apenas una semana, la política alemana que se encuentra en una gira de cuatro días por los Balcanes occidentales y ayer estuvo en Tirana, puso hace apenas una semana como «ejemplo» el protocolo Italia-Albania para la gestión de la migración irregular.