El acusado del crimen de Vecindario alega que es inocente: «Yo no lo maté»

Los hechos sucedieron el pasado 24 de diciembre de 2021 en Vecindario, Gran Canaria | La fiscal reclama una condena de 15 años por un delito de homicidio y la acusación particular ejercida por la familia del fallecido pide una pena de 25 años por asesinato

Canarias 7, Efe Las Palmas de Gran Canaria, 24-10-2024

El acusado de haber asesinado a martillazos a un ciudadano marroquí de 38 años la tarde del 24 de diciembre de 2021 en Vecindario (Gran Canaria), Ubay A.A., ha afirmado este miércoles al Jurado que es inocente y que su única intervención en los hechos fue quitarle el arma homicida al hombre que lo atacó: «Yo no lo maté», ha proclamado.

El procesado, que se negó a declarar ante la Guardia Civil y durante la instrucción judicial de la causa, porque ya lo daban como culpable por sus antecedentes penales ya ha cumplido otra condena por homicidio, ha manifestado que ha esperado tres años para poder hablar al Jurado de la Audiencia de Las Palmas y contar lo que ocurrió y que encuentren a los culpables de la muerte de Abdelkarim Arifi; según su versión, tres hombres que le dieron una paliza.

«No soy racista» y «no estuve más de 30 segundos en el lugar de los hechos», ha asegurado el acusado, cuya versión, sin embargo, no ha sido creída por la fiscal Marisol Vidal, que reclama una condena de 15 años por un delito de homicidio, ni por la acusación particular ejercida por la familia del fallecido, que pide una pena de 25 años por asesinato.

El imputado, que solo ha contestado a las preguntas formuladas por su abogado y el Jurado, ha señalado que se «quedó blanco como un papel» cuando esa Nochebuena se personó en el puerto de la Guardia Civil de Vecindario, porque un vecino le dijo que agentes habían estado en su casa, y le comunicaron que estaba detenido «por asesinato».

Ya entendió entonces que estaba condenado, ha dicho Ubay A.A., quien sostiene que no se ha querido investigar a los culpables y que aún puede identificar al hombre que lo hizo, que ese día llevaba un pantalón vaquero rojo y una camisa blanca.

Esos tres hombres fueron quienes le propinaron la paliza al fallecido, al que tampoco conocía, según ha indicado, y de quien los menores que se encontraban en el lugar de los hechos decían que era un ladrón, ha apuntado.

Así mismo, ha recalcado que no conocía ni a los individuos que dieron la paliza al ciudadano marroquí ni a los menores que se encontraban allí, en su barrio «de mierda» donde le ha tocado vivir, «es lo que hay», ha recalcado.

Ha explicado que la herida que presentaba en el dedo pulgar de la mano derecha se la hizo cuando quitaba el martillo al hombre que mató a Abdelkarim Arifi y ha señalado al Jurado que, cuando llegó a casa, dejó la herramienta en un cubo que había en el rellano de la puerta de su vivienda porque «no tenía nada que esconder».

También ha aclarado a preguntas del Jurado que no auxilió a la víctima porque no pidió ayuda y parecía que tenía prisa por irse: «Sabía que bien no estaba, pero como se levantó (del suelo) pensé que estaba más preocupado en irse que en que lo curasen».

En su derecho a su última palabra, la magistrada Victoria Rosell ha accedido a su petición para descubrirse el torso y mostrar que los tatuajes que lleva los tiene en la espalda y el brazo derecho y no en el izquierdo, ya que, según la defensa, uno de los testigos dice que la persona que llevaba el martillo ese día tenía uno en el brazo izquierdo.

Tanto la fiscal como el abogado de la acusación particular, Alfonso Dávila, expresaron su negativa a la petición del acusado por considerar que esos tatuajes se los ha podido hacer en estos tres años.

Además, en sus conclusiones finales, la fiscal ha indicado al Jurado que el testigo lo que dijo es que llevaba el cuerpo tatuado y, en cualquier caso, ha insistido al Jurado en que existe prueba suficiente contra el procesado, al igual que el abogado de la acusación, por lo que han demandado un veredicto de culpabilidad, frente a la inocencia mantenida por la defensa.

En esta sesión del juicio, también han intervenido varios peritos, entre ellos las tres médicos forenses que practicaron la autopsia, que han concluido que la víctima presentaba golpes de pelea en la cara y en una mano, pero que las de entidad eran dos que recibió en la cabeza y que le provocaron un traumatismo craaneoncefálico y otra por la espalda, que le perforó el pulmón, y que son compatibles con el arma homicida.

Según las peritos, las dos heridas de la cabeza fueron mortales y es posible que el primer golpe que recibió fuera por la espalda.

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