Desde Estrasburgo llega un varapalo para el Gobierno Meloni y para los políticos. El Consejo de Europa considera que «el discurso público italiano es cada vez más xenófobo», y también acusa a las fuerzas del orden de racismo. La primera ministra, Giorgia Meloni, reaccionó de inmediato: «Merecemos respeto, no injurias».

La Comisión contra el racismo y la intolerancia del Consejo de Europa, organización intergubernamental de la que forman parte 46 Estados europeos, con sede en Estrasburgo, constata con «seria preocupación» que en los últimos años los discursos políticos en Italia han adquirido un tono «fuertemente divisivo y antagónico», en particular hacia los refugiados, los solicitantes de asilo y los inmigrantes, los ciudadanos italianos de origen migratorio, los gitanos y las personas LGBTI. El informe, actualizado hasta 2024, y publicado hoy, cita sobre todo al vicepresidente Matteo Salvini, líder de la Liga.

La Comisión advierte que en Italia las fuerzas del orden seleccionan o identifican, a la hora de realizar controles o investigaciones, sobre todo a las personas de la comunidad romaní y las de origen africano. «Las autoridades no parecen ser conscientes de la magnitud del problema y no han considerado la existencia de esa selección racial como una forma potencial de racismo institucional», por lo que pide a Italia un estudio completo e independiente».

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Ángel Gómez Fuentes | Corresponsal en Roma
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Al Consejo de Europa ha respondido Giorgia Meloni con una firme defensa de las fuerzas del orden: «Nuestros cuerpos policiales están integrados por hombres y mujeres que, cada día, trabajan con dedicación y abnegación para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos, sin distinción».

Esta censura se produce en un momento delicado para el Gobierno Meloni, que debe afrontar un conflicto institucional, con un duro enfrentamiento entre la magistratura y el Ejecutivo por los centros para retención de inmigrantes en Albania. El clima es de claro nerviosismo, como lo confirma el cambio de agenda de Meloni con la cancelación de la rueda de prensa prevista para esta mañana.

El ‘Corriere della Sera’, primer periódico del país, es pesimista: «La sospecha es que el conflicto que ha estallado por los centros de Albania, pero que se viene incubando desde hace meses, podría desembocar en algo más. ‘Sottovoce’, lo que se avecina no es el diálogo invocado por el presidente de la República, sino una crisis entre poderes del Estado con resultados traumáticos».

Sobre el relanzamiento de los centros de Albania sigue habiendo muchas dudas que afectan a la interpretación de las normas. Incluso algún constitucionalista, como el profesor Antonio D’ Andrea, considera que Mattarella podría no firmar el decreto ley aprobado por el Gobierno en la tarde del lunes para evitar el naufragio del modelo Albania.

Apoyo en la UE
Meloni cuenta con el respaldo que muchos otros dirigentes de la UE han otorgado a su plan, o al menos han dado a entender que estarían dispuestos a intentar algo similar. Incluso la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que Bruselas «extraería lecciones» del plan de Meloni en Albania, mientras «se exploraban posibles formas de avanzar en lo que respecta a la idea de desarrollar centros fuera de la UE».

La primera ministra mantiene su línea dura: «Seguiremos trabajando incansablemente para defender nuestras fronteras y restablecer un principio fundamental: sólo se puede entrar a Italia legalmente, siguiendo las normas y procedimientos establecidos».

La declaración se produjo tras ser detenidos en la región de Calabria, al sur del país, 13 miembros de una peligrosa organización transnacional dedicada a la entrada ilegal de inmigrantes en Italia a través de la ruta del Mediterráneo oriental. «Es una prioridad absoluta añadió Meloni luchar contra quienes explotan el deseo legítimo de las personas de encontrar condiciones de vida más favorables para engordar sus ganancias».

Para que no haya dudas de su determinación en la lucha contra la inmigración irregular, Meloni escribió en las redes sociales: «Mientras tengamos el apoyo de los ciudadanos, seguiremos trabajando con determinación, con la frente alta, para aplicar nuestro programa y ayudar a Italia a crecer, ser fuerte, creíble y respetada. Se lo debemos a los italianos, a quienes nos eligieron y a quienes, a pesar de no habernos votado, esperan que hagamos bien nuestra tarea. A trabajar, sin parar, sin miedo».

Meloni celebró hoy el segundo aniversario de su llegada a Palacio Chigi, sede de la presidencia del Gobierno, dirigiendo un mensaje a los italianos: «Estoy satisfecha con los resultados y objetivos que hemos logrado para Italia en estos dos años y también soy consciente de cuánto trabajo queda por hacer. En estos años hemos devuelto a Italia una centralidad en la escena internacional».