Madrilgo Gortetik
Sacudirse el acoso
Bien sabe la izquierda que enfrente le aguardan jueces beligerantes, oposición incendiaria, corrupción putrefacta, inmigración desbordada y rebelión mediática como principales arietes
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 21-10-2024Asoman los presupuestos. Bala de oro del sanchismo. Salvoconducto para mantenerse 1.000 días más en el poder. Otra prórroga, a modo de sinónimo de fracaso negociador y de pérdida de la mayoría, induciría a la legislatura hacia un calvario insufrible. Ahora, enfangada la vida política y periodística en una atmósfera irrespirable a lo largo y ancho de la M-30, bien sabe la izquierda que enfrente le aguardan jueces beligerantes, oposición incendiaria, corrupción putrefacta, inmigración desbordada y rebelión mediática como principales arietes. Ante semejante hostigamiento, solo les cabe un golpe de efecto demoledor, el modo de sacudirse el acoso. Las cuentas como única panacea. Una vez conseguidas seguiría el ruido, pero su eco sonaría menguante, sin hacer mella. Fundamentalmente porque no habría razón parlamentaria para una alternancia que quedaría muy tocada. Otra cosa bien distinta es que el ventilador de los corruptos ahora señalados convenga en una bomba de relojería. Y puede ocurrir.
Junts se aviene, por fin, a razones. Esa derecha catalana, a la que incita Rufián con aviesa mordiente cada vez que puede por situarse demasiadas veces junto al PP y a Vox como en el espinoso asunto de los inmigrantes, vuelve al redil negociador. Ha hecho efecto el guiño socialista de la comisión de investigación sobre los papeles del CNI en el atentado islamista de Barcelona. Nadie duda de que, a cambio, verá colmado el botín de sus exigencias. Eso sí, para distraer esta decisiva muestra de entreguismo complaciente con los presupuestos, la correa de transmisión de Waterloo mantendrá externamente sus diatribas. En unos casos secundará la reprobación del Congreso al ministro Puente, en otras ninguneará el alcance real de la financiación singular pactada a favor de Illa y, puntualmente, el verbo ácido de Míriam Nogueras atizará a Sánchez por la escasa compensación del Estado a la aportación catalana. Ladran, luego cabalgamos, vendrán a decir en La Moncloa con el objetivo cumplido.
Sánchez ansía una válvula de escape. Demasiadas sombras le acosan. Las corruptelas asociadas a Ábalos le deben corroer en sus ratos de soledad. Aquel valedor que le encumbró hasta negociar su presidencia nunca dejó de gastar demasiado ni de divertirse en el límite. El mismo al que llamó para reconciliarse, hablar de las listas al Parlamento europeo y al Congreso y compartir escenarios venideros cuando Koldo estaba ya en el radar de la UCO aparece ahora como una amenaza andante para demasiados ministerios y la cocina de Ferraz. Nadie descarta que cuando el exministro sienta las clavijas prietas y advierta cerca el precipicio accione el ventilador solo o en compañía de otros. Quedan muchas piezas de la investigación por aparecer. Ya se sabe que muchas veces aparecen –incluso seleccionadas–cuando más efecto causan. La duda radica en saber hasta dónde alcanzará la onda expansiva de unos cuatreros ambiciosos sin límites que, desde luego, tenían franqueado el paso con absoluto libertinaje para seguir perpetrando sus fechorías.
El quebradero judicial
Se desgañitaba Aitor Esteban comprometiendo a Sánchez en la búsqueda de salidas solventes a la peliaguda problemática de la vivienda. Esfuerzo baldío. Justo entonces brotaba desde los escaños de siempre el ruido, en este caso acompañado de fruición desatada, por la inédita irrupción del Supremo contra el Fiscal General del Estado por haberse equivocado en desenmascarar la patraña confabulada por Miguel Ángel Rodríguez en favor del evasor fiscal que convive con la presidenta de la Comunidad de Madrid. Nunca un bulo tan descarado tuvo mayor premio. Puntualmente, supone una fraudulenta recompensa política de la que Díaz Ayuso se pavoneará ante Génova y que a las primeras de cambio ya exprime con su habitual lenguaje despiadado en la Asamblea de Madrid, secundada por el alborozo de sus devotos.
Así las cosas, Sánchez solo sueña con los presupuestos. Posiblemente los necesite más que en ninguna otra encrucijada. Las pesadillas le asaltan y cada vez son más ruidosas. Por ejemplo, sale malparado en su conjurado empeño de desacreditar las actuaciones heterodoxas del juez Peinado. La última bofetada recibida resuena por la contundencia de la unanimidad del fallo, e incluso por el alcance de ese voto particular que le atribuye un uso indebido de la ley. Un acoso sin tregua en las pesquisas sobre las gestiones nada éticas y apenas punibles de Begoña Gómez.
(Puede haber caducado)