FUTUROS IMPERFECTOS

Las gafas del miedo

La Vanguardia, Màrius Carol, 18-10-2024

El escritor italiano Antonio Scurati, que ha escrito tres obras imprescindibles para entender la figura de Benito Mussolini y la irrupción del fascismo, presenta estos días en la Feria del Libro de Frankfurt su esperado cuarto volumen, titulado La hora del destino. En un encuentro con la prensa dijo una frase que todos deberíamos interiorizar: “Cuando escucho un discurso político, me fijo en si está apelando a mi miedo o a mi esperanza”.

El escritor Antonio Scurati, hace unos años en una entrevista con La Vanguardia
Xavi Jurio
En tiempos de más ruido que ideas­, más insultos que propuestas y más amenazas que iniciativas, Scurati nos recomienda no fiarnos de aquellos que predican con el miedo como argumento. Hace veinte siglos el historiador romano Tito Livio ya lo advirtió: “El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son”. Pero la tendencia de los políticos es ponernos las gafas del miedo para ver la realidad distorsionada. Más tarde aparecería Maquiavelo para aconsejarle al príncipe que, “cuando uno tiene el poder, es mucho más seguro ser temido que amado”.

Scurati recomienda fijarse si los discursos políticos apelan al miedo o a la esperanza
El miedo es el medio más efectivo de control sobre los colectivos por parte de las élites y, en este sentido, es la herramienta más utilizada por estrategas y políticos para persuadir o manipular a los ciudadanos y conseguir su voto en las urnas. La derecha impulsa el miedo a la inseguridad, a la inmigración o a los comunistas y la izquierda estimula el temor a perder la democracia, al retroceso en los derechos y al fascismo. Solo hace falta dar una ojeada a la prensa del día para darnos cuenta tras qué discursos se refugian el PP y el PSOE para restar credibilidad a sus rivales y poner en valor los planteamientos propios.

Pero, como advierte Scurati, deberíamos perder el miedo al miedo y quedarnos con los discursos que nos ofrecen esperanza y que son capaces de seducirnos en positivo. El intelectual italiano avisa de que en Europa­ hay fuerzas políticas que no han roto sus vínculos con los populismos del siglo XX, que nos llevaron al enfrentamiento y al desastre. Es como si la memoria se hubiera convertido en un cementerio y los fantasmas del pasado aprovecharan la situación para salir amenazantes de sus tumbas.

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