Política de inmigración: Sánchez frente a Meloni

Esta política tiene como destinatarios a aquellos que quieren acceder por medios ajenos a los legalmente establecidos y que están a merced de las mafias criminales que hacen su negocio lucrándose de su necesidad

La Razón, Jorge Fernández Díaz, 18-10-2024

Hasta ahora la política migratoria de la UE descansaba sobre el trípode de tres principios: cooperación con los países de origen, cooperación con los países en tránsito y estricto control de las fronteras de los países de destino. Esta política tiene como destinatarios a aquellos que quieren acceder por medios ajenos a los legalmente establecidos y que están a merced de las mafias criminales que hacen su negocio lucrándose de su necesidad –auténtica o no–, prometiéndoles un futuro mejor en otros países. La política de Italia con Georgia Meloni se sustenta en esos mismos criterios añadiendo el método «Albania» ante la evidencia de un desbordamiento de la inmigración irregular en la zona del Mediterráneo central procedente del West Sahel africano, y que tiene en Libia fundamentalmente su corredor de acceso a Lampedusa y la misma península italiana.

Precisamente fue a partir del derrocamiento del anterior dictador Muamar el Gadaffi con especial participación de Francia, cuando ese canal se ha visto desbordado por el tráfico de migrantes a causa de su inestabilidad política. Meloni quiere hacer efectiva esa «cooperación en origen» fomentando estrechas relaciones con dichos países por medio de sinergias positivas con todos ellos. Está aplicando el conocido como plan Mattei –político italiano ya fallecido– de ayudar a África a desarrollarse abandonando toda política de explotación colonial de la que varios Estados europeos han sido y son destacados representantes. A su vez se ha centrado en combatir con todos los medios legales y posibles a su alcance a las mafias criminales traficantes de seres humanos que ahora han añadido el tráfico de drogas como financiador de su negocio criminal. También se ha implicado en convencer de esa política a la ONU, con su intervención en la Asamblea General el mes pasado –cuando Sánchez afirmó que «actualmente el mayor peligro para las democracias en el mundo son los bulos y el lodazal de las mentiras de los pseudo medios», sic–, ante la indiferencia de los escasos asistentes a su intervención. Por su parte el método «Albania» pretende dar respuesta a la incapacidad actual de limitarse a «redistribuir» por otros países o zonas del país receptor el elevado número de ellos, y al mismo tiempo quitar «ilusiones» ficticias a los inmigrantes explotados por esas mafias. Además, pretende tener controladas las naves de las ONG sobre las que recaen sospechas de estar trabajando en conexión con los traficantes de seres humanos. El plan de Sánchez se limita a seguir recibiendo migrantes y redistribuir por las CCAA a cuantos colapsan El Hierro o Ceuta.

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