Cuatro de los dieciséis migrantes deportados a Albania regresan a Italia

Dos de ellos, originarios de Bangladés, son menores y los otros, egipcios, se consideran personas vulnerables, por lo que no podían ser internados

Diario Vasco, , 18-10-2024

No cesa la polémica por la apertura de dos centros de internamiento para inmigrantes en Albania, construidos por el Gobierno italiano para intentar que tengan un efecto disuasorio entre quienes tratan de llegar a Europa occidental cruzando el Mediterráneo. A la posible violación de los derechos fundamentales de estas personas, según las organizaciones humanitarias, y al elevado coste del proyecto (800 millones de euros), se une la mala identificación del primer grupo de desplazados. De los 16 migrantes que fueron el miércoles desembarcados por la nave ‘Libra’ de la Marina Militar italiana en el puerto de Shengjin, al norte del Estado balcánico y donde se encuentra el primero de los centros, 4 han tenido que ser llevados a Italia. Está previsto que desembarquen en el puerto de Brindisi, al sur del país.

Dos de ellos, provenientes de Bangladés, ha resultado que son menores de edad, mientras que hay además dos egipcios adultos que se encontraban en una situación de vulnerabilidad debido a sus precarias condiciones psicofísicas, probablemente por haber sido víctimas de tortura, según la prensa local. Ninguno de los cuatro cumplía así con los requisitos previstos por el protocolo firmado el pasado mes de noviembre por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y su homólogo albanés, Edi Rama, que contempla que en estos campamentos sólo podrán ser internados los varones mayores de 18 años, en buenas condiciones y que provengan de países considerados seguros. Los menores, mujeres, ciudadanos vulnerables o que tengan su origen en naciones no seguras continuarán siendo desembarcadas en Italia, al igual que los migrantes socorridos por las naves de las ONG que operan en el Canal de Sicilia.

Los 12 inmigrantes restantes desembarcados en el puerto de Shengjin se encuentran ya en el centro principal construido por Italia en Albania, situado en la localidad de Gjader, a unos 20 kilómetros de la costa. Les tocará esperar allí durante al menos un mes y sin poder salir de sus instalaciones a que las autoridades italianas dictaminen si pueden ser acogidos en el país o, en cambio, se comienza el proceso para la repatriación a sus naciones de origen. Los 16 extranjeros, miembros de un grupo más amplio, fueron rescatados el pasado domingo por la Guardia Costera italiana frente a las costas de Lampedusa, situada en el centro del Mediterráneo, y llevados luego a bordo de ‘Libra’. En el proceso para decidir quiénes serían transportados a Albania colaboraron algunas agencias de la ONU con experiencia a la hora de determinar qué personas se encontraban en situación de vulnerabilidad.

Los migrantes enviados a Albania no podrán salir durante al menos un mes de las instalaciones mientras Italia decide si pueden ser acogidos en el país o deben ser repatriados a sus lugares de origen
Para Meloni el hecho de que por fin haya arrancado el llamado ‘modelo Albania’ para tratar de frenar la inmigración irregular, aunque haya sido con más de cinco meses de retraso respecto a los tiempos previstos inicialmente, supone un motivo de orgullo que convierte a su país en un «ejemplo a seguir» por otras naciones europeas. De hecho, la primera ministra italiana promovió este jueves una reunión informal en Bruselas junto a sus homólogos de Dinamarca y Países Bajos para presentar esta «solución innovadora» con la que hacer frente a las migraciones. Además de los primeros ministros de estos tres Estados, también participaron los líderes de Austria, Chipre, Grecia, Malta, República Checa, Polonia, Eslovaquia y Hungría, así como representantes de las instituciones comunitarias.

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