Giorgia Meloni y Ursula von der Leyen se reunirán este jueves junto a, al menos, otros ocho primeros ministros para tratar “soluciones innovadoras” en inmigración. Y esto incluye los centros de acogida fuera de las fronteras de la Unión Europea.

Será antes de que comience el Consejo Europeo que desde este jueves tiene lugar en Bruselas, y la cita estaba inicialmente impulsada por Italia, Dinamarca y Países Bajos. Pero la presencia de la presidenta de la Comisión Europea refuerza de manera muy significativa la reunión. Tanto, que en Bruselas se considera que es una suerte de cumbre paralela a la que también se podría sumar Alemania.

Polonia, Austria, República Checa o Grecia son otros de los países que se prevé que estén presentes, por lo que la mezcla de orientaciones y sensibilidades políticas será, además, muy relevante. El impulso a las denominadas “soluciones innovadoras”, frase que utilizó la presidenta de la Comisión el martes, es evidente, así como la capacidad que ha tenido la primera ministra Meloni para atraer y diseñar junto a Von der Leyen la reunión.

Desde los organizadores se apunta que no se debe entender como una forma de oposición al resto de países, y en la Comisión tratan también de normalizar la asistencia de la presidenta. Pero se antoja evidente que la realidad no es exactamente esa. Porque en la cita, los países asistentes sí fijarán posiciones conjuntas que luego defenderán en el Consejo Europeo. Y Von der Leyen, por su parte, podría haber optado por esperar al inicio de la cita oficial para abordar la cuestión. En cambio, ha querido estar presente en la cumbre paralela.

Todo el proceso se ha precipitado desde que el martes la Comisión hiciese pública la carta que, en la previa del Consejo Europeo, la presidenta envió a los 27 países miembro de la UE. Este documento, explican en la capital comunitaria, está basado en las peticiones que ya en mayo hicieron 15 países a Von der Leyen para que explorase nuevas opciones y, también, los centros de acogida. “Es una mayoría de países”, añaden en Bruselas, y la realidad es que cada vez más países se exigen o se acercan restricciones a los movimientos migratorios.

¿Ruptura con Sánchez?
El Gobierno de España, mientras tanto, mantiene su rechazo a los centros de acogida que ya manifestó el pasado martes y no estará presente en la cumbre paralela, según confirman fuentes del Ejecutivo.

Este episodio amenaza con suponer una fractura en las excelentes relaciones que existen entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y Von der Leyen. Y en una cuestión muy sensible. En Moncloa aseguran que no les preocupa no estar en esa fotografía, y añaden que cada país puede hacer lo que considere.

Fuentes diplomáticas españolas inciden, además, en que los centros no son la solución adecuada para hacer frente a la inmigración ilegal. Primero, porque consideran que no está claro que sea posible implantar los denominados hubs en terceros países y, segundo, porque aseguran que no será efectivos. “No reducirían la llegada de inmigrantes”, añaden.

La postura española es la del “componente preventivo”, “trabajar con los países de origen y en tránsito para evitar llegadas, tratas y mafias”, explican. Y ponen en valor la necesidad de recibir inmigración legal, que el Gobierno apoya estos movimientos y que, además, el país necesita recibir mano de obra y fuerza laboral.