Sánchez-Garnica: Actualmente se ve a inmigrantes como delincuentes, igual que en siglo XX

Sánchez-Garnica: Actualmente se ve a inmigrantes como delincuentes, igual que en siglo XX

El Diario, Jose Oliva , 17-10-2024

Barcelona, 16 oct (EFE).- La escritora Paloma Sánchez-Garnica, ganadora del Premio Planeta con la novela ‘Victoria’, ambientada en el Berlín de posguerra, los EE.UU. de la segregación racial y el macartismo, y los gulag soviéticos, cree que “se pueden establecer paralelismos con la actualidad porque se ve a los inmigrantes como posibles delincuentes”.

‘Victoria’, que estará en las librerías a principios de noviembre, narra la historia de unas jóvenes del Berlín derrotado en la Segunda Guerra Mundial que, por diferentes circunstancias, acaban en el sur racista de los Estados Unidos y la Unión Soviética de Stalin.

En una entrevista con EFE, Sánchez-Garnica señala que el lector podrá encontrar en el libro un espejo con la actual situación que vivimos en el mundo: “Ahora se identifica a los inmigrantes como posibles delincuentes y entonces los negros eran también esos posibles delincuentes”.

El macartismo, continúa la autora madrileña, no fue un fenómeno exclusivo de Hollywood, “se desarrolla por el miedo de la población, el pánico dirigido al comunismo, que era visto como el enemigo, y el poder utilizó ese miedo para su propio beneficio”.

A su juicio, el trasfondo de todo esto es que “en 1945 Estados Unidos arroja las dos bombas atómicas en Japón y se convierte estratégicamente en el poder, y cuando en 1949 la URSS lanza su primera bomba atómica los norteamericanos se dan cuenta de que tienen el mismo sistema que el desarrollado en el proyecto Manhattan, y eso les lleva a pensar que hay espías metidos en el Gobierno, en el proyecto Manhattan, en la Comisión Atómica, lo que da pie a la persecución, que había empezado en Hollywood en 1947”.

Ese miedo que se instala en la sociedad, añade, es a otro nivel el mismo que se ha instalado en la sociedad actual, y que “también está un poco en el origen de la política de la cancelación, que si dices algo que no es políticamente correcto, te señalan, te excluyen y puedes pasarlo muy mal, como ya sucedió con el macartismo, que dejó a personas inocentes sin trabajo y excluidos socialmente ellos y sus familias”.

Aunque en ‘Victoria’ haya espías, no cree la autora que se trate de una novela de espías: “Sucede en el momento en el que tiene su auge el espionaje porque Berlín se convierte en el lugar más peligroso del mundo y con más espías por metro cuadrado, durante los primeros quince años de la Guerra Fría”.

El interés de Sánchez-Garnica era “mostrar cómo se fraguó la Guerra Fría, pero no a nivel de la gran historia sino a nivel de los personajes más cotidianos, de los berlineses que estaban allí, de los ocupantes de las potencias aliadas, los vencedores, de cómo vivieron ese momento”.

Posteriormente, la novela lleva a esos personajes fuera de Berlín, donde tendrán otras vivencias, si bien arrastran cada uno su mochila.

El propósito inicial, dice la autora, era contar esos quince años del “Berlín ocupado, seccionado, dividido, pero sin el muro, y ahí ver cómo se movían los berlinenses, observar el sector oriental soviético y como la trizona se convierte en una dentro de la República Federal Alemana”.

La historia de la novela pone también negro sobre blanco la idea de Estados Unidos, que siempre se veía como la cuna de la libertad y de los derechos.

Sin embargo, cayó en manos de la autora el experimento Tuskegee, “un estudio clínico llevado a cabo entre 1932 y 1972 en la ciudad de Tuskegee (Alabama), por el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos”, en el que 600 aparceros afroamericanos fueron estudiados para observar la progresión de la sífilis si no era tratada.

Recuerda Sánchez-Garnica que estos experimentos se hicieron poco después de que con el fin de la Segunda Guerra Mundial se revelara la experimentación nazi en seres humanos, lo que provocó cambios en el Derecho internacional y que en 1947 los aliados occidentales aprobaran el Código de Núremberg para proteger los derechos de las personas sometidas a ensayos clínicos.

Con todo, las dos hermanas protagonistas verán rotos sus sueños “después de ver una sociedad racista, pacata, con todas sus grietas, en el caso de Estados Unidos, o con el gulag y la liberación de presos tras la muerte de Stalin, en el caso de la Unión Soviética”.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)