Julia Shersheneva Directora de Ikuspegi - Observatorio Vasco de Inmigración

“La sociedad vasca considera que las personas de origen extranjero están cada vez más integradas, aunque les traslada la responsabilidad de integrarse”

Diario de noticias de Gipuzkoa, P. Montes, 17-10-2024

Julia Shersheneva, al frente de Ikuspegi – Observatorio Vasco de Inmigración desde 2019, estudia el impacto de la inmigración en la sociedad vasca. Shersheneva analiza los cambios sociales y demográficos de las últimas décadas y afirma que la inmigración extranjera en Euskadi “ha aumentado de un 3% del total de la población a un 12,4%”. “Estos ocupan puestos en sectores donde la mano de obra local es insuficiente y su labor en el ámbito de los cuidados y el servicio doméstico es fundamental, ya que permite a muchas familias vascas conciliar mejor y favorece la participación laboral de las mujeres autóctonas, contribuyendo al crecimiento económico”, revela.

Ikuspegi lleva años analizando la realidad migratoria en Euskadi. ¿Cuáles son los principales cambios en la composición demográfica y cultural de Euskadi que han observado en los últimos años?

En estas dos décadas ha habido muchos cambios sociales y demográficos, y entre ellos, uno de los más significativos es el aumento de la diversidad cultural en la sociedad. Por un lado, la inmigración extranjera ha aumentado de un 3% del total de la población a un 12,4%. Además, las procedencias de las personas migrantes se han ido diversificando. Si antes los flujos migratorios procedían sobre todo de Europa y África, hoy en día el origen que más inmigración aporta es América Latina: siete de cada diez personas que llegan a Euskadi son de origen latinoamericano. Es importante subrayar también que la pérdida de población total se ha podido compensar gracias a la llegada de personas de fuera.

“El tiempo hace su trabajo y el hecho de conocer cada vez mejor a las personas migradas, convivir, trabajar y estudiar con ellas genera espacios de confianza”
El mercado laboral es una de las áreas donde se siente fuertemente la presencia de la inmigración. ¿Qué impacto ha tenido la diversidad en el tejido laboral de la CAV y qué desafíos u oportunidades identifica en este ámbito?

Las causas por las que las personas deciden cambiar de residencia y migrar suelen estar ligadas al ámbito laboral. De hecho, la inmigración laboral es la modalidad más común que podemos encontrar en la CAV. Una prueba de ello es la propia evolución de los flujos migratorios: cuando la economía va bien, las llegadas de fuera se intensifican y cuando hay una crisis económica se detienen o incluso descienden. La aportación de la inmigración a la economía es muy importante. Por un lado, porque se insertan en aquellos nichos laborales en los que hay dificultades para cubrir puestos con la mano de obra local. Pero, por otro lado, es importante destacar la aportación de las personas migradas en el sector de cuidados y servicio doméstico, que tiene una relación directa con el crecimiento económico porque posibilita solucionar el reto de conciliación que tienen muchas familias vascas y, entre otras cuestiones, aumentar la actividad laboral de las mujeres autóctonas.

¿Cuáles son los principales retos relacionados con la diversidad cultural y migratoria que debe abordar la sociedad guipuzcoana en el corto y mediano plazo?

A corto y medio plazo, diría que uno de los retos más importantes es la gestión de la diversidad en el ámbito educativo. Por otro lado, la convivencia es otro ámbito prioritario a tratar. Es cierto que muchos de los estereotipos y prejuicios han ido desapareciendo, sin embargo, queda mucho trabajo por delante.

“Muchos de los estereotipos y prejuicios han ido desapareciendo, sin embargo, queda mucho trabajo por delante”

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Uno de los temas recurrentes en la conversación sobre inmigración es la integración. ¿Cómo evalúa el nivel de integración de las personas migrantes en Euskadi? ¿Qué aspectos deben mejorarse para lograr una convivencia más inclusiva?

La integración de la inmigración siempre ha despertado mucho debate social. Hay muchas formas de ver la integración (desde la perspectiva social, laboral educativa, etc.) pero la que más preocupación suscita es la cultural. En realidad, la sociedad vasca considera que las personas de origen extranjero están cada vez más integradas en la sociedad, aunque el enfoque desde el que se aborda la integración tiende más al modelo asimilacionista. Es decir, se traslada la responsabilidad de integrarse a las personas migrantes casi en su totalidad, mientras que hay una consideración de que la población autóctona no tiene por qué hacer esfuerzo por su parte. Sin embargo, la integración percibida, es decir, la valoración que hacen las propias personas de origen extranjero, es muy alta. En este sentido, esta integración subjetiva o autopercibida elevada no siempre coincide con la percepción que tiene la sociedad vasca. Uno de los obstáculos más importantes a la integración es el rechazo social y los prejuicios que muchas veces actúan como barrera de cara a una convivencia real e inclusiva.

¿Cómo abordan el rechazo a la inmigración y qué estrategias considera efectivas para fomentar una mayor comprensión y cohesión social?

El fenómeno de la inmigración extranjera sigue siendo nuevo para la sociedad vasca, que ha pasado de ser población que migra a ser una población que recibe flujos migratorios de fuera. El tiempo hace su trabajo y el mero hecho de conocer cada vez mejor a las personas migradas, convivir, trabajar y estudiar con ellas genera espacios de confianza. Sin embargo, no es suficiente porque todavía hay muchos rumores y prejuicios que circulan en la sociedad y para erradicarlos hace falta trabajo comunitario. Muchas veces se habla de una especie de sirimiri de información veraz y objetiva que va calando a la sociedad. Por otro lado, es muy importante reducir espacios de impunidad en los que el discurso xenófobo y de rechazo intenta reforzar una imagen negativa de la inmigración y suscitar miedo. Hace falta una apuesta firme por la igualdad y convivencia, a todos los niveles: a nivel social, político, e interpersonal.

¿Qué papel cree que juegan las escuelas y los centros educativos en la promoción de la interculturalidad en Euskadi? ¿Cuáles son las áreas de mejora en este sentido?

Diría que el ámbito educativo es un espacio clave para generar bases para la igualdad y una convivencia real. Son espacios en los que se aprende a vivir en diversidad de una manera natural y no forzada. Es por ello que existe una responsabilidad tan elevada en generar espacios respetuosos y promover valores de igualdad entre las futuras generaciones. Uno de los obstáculos para ello es la segregación socioeconómica que hay en el sistema educativo y que es, en realidad, previo a la llegada de la inmigración. Por otro lado, es importante subrayar la necesidad de ofrecer una formación más amplia sobre la diversidad y su gestión en el ámbito educativo a las y los futuros maestros, ya que hoy en día es insuficiente.

“No creo que el aumento de la diversidad haya tenido un cambio significativo en la construcción de la identidad vasca”
Euskadi tiene una historia rica en términos de identidad cultural vasca. ¿Cómo cree que la creciente diversidad está influyendo en la percepción y evolución de esta identidad?

No creo que el aumento de la diversidad haya tenido un cambio significativo en la construcción de la identidad vasca. Es cierto que la sociedad vasca ya tiene una diversidad intrínseca en términos identitarios. Creo que hoy en día el reto en este sentido sería ver cómo se articula la identidad de los y las descendientes de personas migradas y cómo serán percibidas por parte del resto de la población.

Mirando hacia el futuro, ¿cómo ve la evolución de Euskadi en términos de gestión de la diversidad cultural? ¿Qué papel jugará Ikuspegi en ayudar a moldear esta evolución?

Desde Ikuspegi no solemos hacer conjeturas respecto al futuro porque basta con que haya una crisis o cualquier acontecimiento social o político significativo para que no se cumplan. Sin embargo, está claro que la movilidad humana es un fenómeno estructural y muy ligado a la existencia de las desigualdades económicas a nivel internacional, así como la inestabilidad social y política en los países emisores de inmigración. A esto hay que sumar el ciclo económico de los países receptores, de tal manera que mientras el ciclo económico sea favorable, las personas migrantes seguirán llegando. En este sentido, el papel de Ikuspegi es ofrecer información objetiva acerca del fenómeno migratorio y monitorizar su evolución para, por un lado, alimentar la estrategia de la lucha contra estereotipos con datos contrastados, y, por otro lado, generar diagnósticos de la realidad que ayuden a enfocar mejor las políticas públicas y reviertan en un cambio social real.

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