“En Trintxerpe al final ha reventado la convivencia porque han tocado a nuestra gente”
Cientos de vecinos se concentran a diario para denunciar la “creciente inseguridad” en el distrito pasaitarra
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 17-10-2024El local de la discordia permanecía cerrado a cal y canto este miércoles en Trintxerpe, pero el malestar de la ciudadanía por los diversos incidentes que han protagonizado sus moradores no cesa, y un día más, cientos de vecinos se han vuelto a concentrar para denunciar la “creciente inseguridad” que se respira en el distrito en las últimas semanas, tras varios robos y distintos altercados en la zona.
Estos días atrás se han vivido momentos de mucha tensión en la calle Araneder, un callejón que discurre paralelamente a Euskadi Etorbidea, la arteria principal de Trintxerpe. En el local tenía su oficina un vecino de Gros fallecido recientemente que había habilitado este espacio también como lugar de esparcimiento. Tras quedar en desuso, ha permanecido ocupado durante las últimas semanas, en las que se han sucedido los acontecimientos.
El pasado viernes, un equipo de fútbol del barrio fue a entrenar a un campo cercano y al regresar los jóvenes comprobaron, en vestuarios municipales, que les habían desaparecido pertenencias, entre ellas la ropa y sus móviles. “Al parecer, la localización de algunos teléfonos señalaba a este mismo lugar”, explica una vecina de la zona, apuntando con su índice a una puerta cerrada con cadena, junto a una ventana de cristales rotos. Se trata de la entrada a la que ha sido hasta ahora la morada de los presuntos autores de estos hechos delictivos.
Imagen del local, cerrado con una cadena, de la calle Araneder de Trintxerpe que hasta ahora había sido ocupado.
Imagen del local, cerrado con una cadena, de la calle Araneder de Trintxerpe que hasta ahora había sido ocupado. J.N.
A unos metros, unos operarios del Ayuntamiento de Pasaia tomaban esta mañana medidas para colocar unos postes de vía metálicos sobre la calzada. Este mismo lugar ha sido en los últimos días escenario de encendidas protestas. “Salí a la calle y encontré a todos los chavales aquí en plena bronca, dispuestos a entrar. Había habido otros altercados previamente, y a partir de ahí comenzó la movilización ciudadana”, explica la mujer. Desde el pasado fin de semana las protestas ciudadanas se suceden. El domingo más de 300 personas se concentraron frente al local, y las movilizaciones diarias no han cesado desde entonces. “En Trintxerpe al final ha reventado la convivencia porque han tocado a nuestra gente, pero el mismo problema se viene repitiendo en otras muchas zonas de la ciudad”, denuncia una vecina visiblemente molesta.
Siete arrestos
El robo a los jóvenes fue la gota que colmó el vaso, pero el punto de inflexión que tensó la cuerda de la convivencia hasta prácticamente romperla se produjo el martes de la semana pasada, 8 de octubre, cuando varios testigos alertaron de un riña tumultuaria entre los propios moradores de ese mismo local. Siete personas fueron detenidas acusadas de tomar parte en la pelea con palos, cazuelas y armas blancas, dos de las cuales resultaron heridas.
“Por mucho que sea una pelea entre ellos, te sientes cohibida e insegura, y a nadie le gusta que ocurra algo así en el barrio. A partir de ahí empezamos a hacernos cargo de la situación”, explica otra vecina consultada, que ha participado este miércoles en la movilización.
El Ayuntamiento de Pasaia muestra su “profunda preocupación por los graves acontecimientos” de los últimos días y señala estar trabajando para encauzar “este grave problema de convivencia”. La junta de portavoces reunida el martes acordó los pasos a dar. Entre otras actuaciones, ha reforzado los recursos preventivos municipales junto con la Ertzaintza, “actuando de manera urgente y coordinada” con el Departamento de Acción Social, la Guardia Municipal y el Grupo de Resolución de Conflictos (GRC).
Durante los últimos días se han mantenido reuniones con todas las partes implicadas. En una declaración institucional firmada el miércoles, los grupos con representación en el Ayuntamiento señalan que “en Pasaia no tienen cabida los actos o comportamientos violentos, vengan de quien vengan”, y piden que las protestas vecinales se hagan de manera pacífica y respetando el marco legal.
Chavales “sin propósito de vida”
Vecinos consultados por este periódico reconocen la labor que viene desarrollando tanto la Guardia Municipal como la Ertzaintza. Pero a renglón seguido no ocultan su preocupación por la inseguridad que dicen sentir. “Si vas desde aquí, Trintxerpe, a la zona de la Herrera a coger el Topo, depende de a qué hora lo hagas el miedo siempre está presente. Igual no te hacen nada, pero hemos visto tantas veces increpar a la gente que al final se crea una incertidumbre tremenda".
Otra vecina retoma el hilo de la conversación. “Hay chavales en situación de calle para los que la vida parece haber perdido sentido. No tienen miedo a entrar en un conflicto, y nosotros sí valoramos la vida. Es una situación que nos da miedo, sobre todo, por nuestras hijas. Cuando era joven, si venía de marcha a las tres de la mañana desde la Parte Vieja a casa, podía subir el Alto Miracruz tranquilamente andando. Ahora casi te casi miedo hasta coger el autobús nocturno porque tienes que atravesar ciertas zonas andando para llegar a casa”, señala.
“No me siento con libertad. Parece que las mujeres tenemos que ser siempre el colectivo más vulnerable. Tengo la impresión de estar retrocediendo en cuanto a derechos, y no es una cuestión de racismo. Aquí, en Trintxerpe, las concentraciones las están secundando personas de muchas nacionalidades que vienen con sus banderas. Sólo pedimos libertad de movimientos”, reclama.
Un distrito con un carácter muy marcado
Trintxerpe sabe bien lo que es vivir en convivencia entre personas de diferentes lugares de procedencia. Aunque históricamente ha sido un barrio de San Pedro, en la actualidad es más bien un distrito que ha sabido labrarse un carácter muy marcado, a lo que sin duda ha contribuido la emigración. A Trintxerpe se la conoce desde hace años como la ‘quinta provincia gallega’, tras los años del boom de la industria pesquera. En la actualidad sigue siendo el más populoso de los cuatro distritos pasaitarras.
“Todos hemos sido emigrantes. Aquí en Trintxerpe hay vecinos de muchas procedencias, gallegos, portugueses. Vinieron también durante una temporada muchos africanos a la escuela náutica y se integraron en la sociedad. Vemos a muchos hindúes en fruterías, y es algo que enriquece a la sociedad. Pero lo que no queremos es delincuencia”, defienden.
“No hay que relacionar la delincuencia con racismo. No tiene nada que ver. No aceptamos que nos tachen de xenófobos y racistas. Lo que hace falta es que los políticos resuelvan el problema. Estamos hartos de robos a mayores y niños, y al final el pueblo se ha puesto en pie”, resume un vecino.
Los grupos con representación en el Ayuntamiento de Pasaia señalan en ese sentido ser conscientes de que su principal tarea y responsabilidad es “garantizar el bienestar” del vecindario “así como la seguridad e integridad física de cualquier persona”.
Asumen el “profundo malestar y enfado de las vecinas y vecinos”, e insisten en que las protestas “absolutamente respetables” se lleven a cabo “de manera pacífica y respetando el marco legal”. Reiteran en ese sentido que “en Pasaia no tienen cabida los actos o comportamientos violentos, vengan de donde vengan”.
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