Gipuzkoa se enfrenta a un problema de calado en la atención de personas en situación de exclusión social, la mayoría de ellas inmigrantes. La demanda de atención ha ido en aumento en los últimos años y es en la capital guipuzcoana donde recae la mayor parte de la «presión», según afirma el Ayuntamiento de Donostia, que reclama «corresponsabilidad» y «solidaridad» al resto de municipios en el reparto de los recursos destinados a este fin, como pueden ser pisos de acogida, servicios de atención diurna o centros para pasar la noche.

Desde hace unos años, gran parte de los recursos de los que dispone el territorio se concentran en Donostia. Para hacer frente a este «desequilibrio» de las atenciones y que el reparto sea más equitativo, el Consistorio donostiarra ha solicitado la creación de una mesa permanente para trabajar la exclusión en Gipuzkoa y en la que estén implicadas todas las comarcas. Está previsto que la primera reunión tenga lugar a finales de este año.

Actualmente los centros y servicios que ofrece Donostia para aquellas personas que se encuentran en una situación de emergencia social están «completos». «Aunque hay mucha rotación, se llenan siempre. Se encuentran desbordados y el presupuesto, que es municipal, no es ilimitado», advierte a este periódico la concejala delegada de Servicios Sociales, Acción Comunitaria y Barrios, Mariaje Idoeta. «Todas estas personas, en su mayoría hombres procedentes de Argelia y Marruecos, terminan concentrándose en Donostia pudiendo ir a otras comarcas, pero a falta de recursos…», expone, mientras explica cómo los datos no paran de aumentar. «Este año está siendo una bomba y estamos ya en una presión en la ciudad que no damos abasto. El verano concretamente ha sido una locura, solo contando el servicio de atención diurna Hestia, se han atendido a 807 personas del 1 julio hasta el de 16 septiembre, esto es, unas 323 personas la mes. Todos los recursos están a tope y sigue viniendo gente», una situación que también achaca a la situación geográfica del municipio, al igual que Irun, por la cercanía con la muga. «Recibimos a mucha gente que viene de paso. Este año desde el 1 de enero hasta el 30 de septiembre se han atendido a 1.474 personas, un 22,3% más que el mismo periodo del año pasado», destaca la concejala. De hecho, la cifra de personas o unidades convivenciales atendidas no ha dejado de aumentar desde 2018, cuando el servicio municipal de urgencias sociales (SMUS) atendió a 1.046 personas.

«Estamos dando recursos de un presupuesto municipal, de los impuestos de los donostiarras, a todo el territorio», cifra que alcanzó los 3,3 millones de euros en 2023, más los 2,9 millones destinados a la mejora de estos servicios.

«No hay plazas»
Si se atiende al grado de cobertura de los servicios dirigidos a personas en situación de vulnerabilidad en Gipuzkoa, actualmente hay comarcas que no disponen de ninguna plaza en atención diurna (centros que ofrecen alojamiento para personas sin hogar); tampoco los municipios de más de 20.000 habitantes como Arrasate, Eibar y Hernani. Igualmente ocurre en los servicios de acogida nocturna o pisos tutelados, donde escasean las plazas o ni siquiera las ofertan. En este sentido, Idoeta remarca que «hay municipios importantes» en cuanto a población «como para que puedan empezar ya a trabajar en los recursos de exclusión. No los tienen porque ni siquiera los han creado».

La propia Diputación ha establecido como «prioridad» acabar con el desequilibrio que existe en cuanto a la oferta dirigida a este colectivo. «Esta primavera nos entregaron el ‘Mapa 2024-2030 de los Servicios Sociales’ de la Diputación foral de Gipuzkoa, una hoja de ruta a seguir, y en el propio documento ya se habla de esto. Dice concretamente que ‘en el ámbito de la inclusión social, avanzaremos en la desconcentración de la red de atención a las personas en situación de exclusión, mejorando su distribución en el territorio, evitando y reduciendo la concentración actual de personas y recursos en Donostia’».

Sin embargo, Idoeta se pregunta qué va a pasar estos seis próximos años. Esta «preocupación» ha llevado al Consistorio donostiarra a solicitar la creación de una mesa permanente «técnico-política» para trabajar el tema de la exclusión en el territorio. «Hemos pedido que cada comarca dé el nombre de un técnico y un político para trabajar este tema en la mesa a nivel territorial. Es necesario e importantísimo que haya una valoración técnica y luego una decisión política». Idoeta realizó esta petición en la pasada mesa interinstitucional de Eudel celebrada en julio, y ya se están dando los primeros pasos. «La mesa se está formando y algunos ya hemos dado nombre del técnico y el político que va a trabajar en ello. La idea es que los ayuntamientos vayan trabajando para distribuir esta carga o concentración de personas en Donostia».

No obstante, la concejala de Servicios Sociales, Acción Comunitaria y Barrios subraya la dimensión de «un problema a nivel mundial». «Tenemos un problema de migración, la gente cada vez se mueve más. También estamos trabajando esto con el Gobierno Vasco porque Acción Social queda corto. Aquí tendría que entrar Trabajo, Extranjería, Vivienda, etc.»