Al contribuyente italiano le cuesta 18.000 euros el traslado de cada inmigrante a Albania

Una buque militar transporta al país balcánico a 16 bangladesíes y egipcios rescatados en el Mediterráneo en un viaje que costará más de 250.000 euros

La Voz de Galicia, D. Menor ROMA / COLPISA INTERNACIONAL, 16-10-2024

Los diez migrantes bangladesíes y seis egipcios que viajan a bordo de la nave Libra de la Marina italiana tras ser rescatados frente a la isla de Lampedusa, van a tener el dudoso honor de ser los primeros inquilinos de los dos centros de internamiento para extranjeros que el Gobierno de Roma ha construido en Albania. Allí está previsto que lleguen este mismo miércoles.

Como anunció el pasado sábado el ministro de Interior, Matteo Piantedosi, los dos campamentos ya están plenamente operativos con cinco meses de retraso y pese a la controversia que ha rodeado su apertura. Proyectados con el objetivo de que tengan un efecto disuasorio para los migrantes que tratan de llegar a Europa cruzando el Canal de Sicilia, acogerán solo a los migrantes varones que no estén en situación de vulnerabilidad y provengan de países considerados seguros, adonde las autoridades italianas tratarán de repatriarlos. El resto (mujeres, niños y hombres originarios de naciones en peligro) seguirán siendo desembarcados en Italia.

Las organizaciones humanitarias denuncian la posible violación de los derechos fundamentales de los desplazados que suponen estos centros, mientras que los partidos de la oposición de izquierdas critican además su precio: 800 millones de euros. A ese dinero hay que sumar lo que le cuesta a la Marina Militar llevar hasta el puerto albanés de Shengjin a los inmigrantes desde el canal de Sicilia, donde tienen lugar los rescates.

El viaje de unas 500 millas marítimas que realiza la nave Libra, con capacidad para transportar 80 marineros y 200 pasajeros, cuesta entre 250.000 y 290.000 euros, según los cálculos del diario La Repubblica. A los contribuyentes italianos, por tanto, les va a salir por unos 18.000 euros el transporte a Albania de cada uno de los 16 migrantes que el buque militar lleva a bordo.

«Un camino valiente e inédito»

Ajena a las críticas tanto de carácter político como humanitario, la primera ministra, Giorgia Meloni, defendió el martes su proyecto estrella para tratar de frenar la inmigración irregular durante una comparecencia en el Senado. Lo calificó como «un camino nuevo, valiente e inédito, que respeta perfectamente el espíritu europeo y que tiene todo a favor para ser recorrido también con otras naciones de fuera de la Unión Europea».

La mandataria italiana consideró que con esta iniciativa Italia da un «buen ejemplo». No es la única en pensarlo: sus declaraciones en la Cámara Alta de Roma llegaron en el mismo día en el que Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, se mostraba dispuesta a «explorar la posibilidad» de que la UE cuente con centros de gestión para los migrantes y solicitantes de asilo fuera del territorio de los Veintisiete.

La bendición de Von der Leyen al modelo Albania no podía llegar en un día más apropiado para los intereses de Meloni.

Centro de internamiento en el puerto albanés de Shengjin.
Centro de internamiento en el puerto albanés de Shengjin. Florion Goga | REUTERS

Además del centro de internamiento en el puerto albanés de Shengjin, con capacidad para 200 personas y donde se realizará la identificación y el control sanitario de los migrantes, Italia ha construido un segundo campamento en la localidad de Gjadër, a unos 20 kilómetros de distancia. Ambos están situados en la zona norte del país balcánico.

El centro de Gjadër tiene tres áreas. La primera, considerada de acogida, cuenta con 880 plazas, de las que ahora mismo están disponibles menos de la mitad. Hay además una zona destinada a los migrantes en espera de ser repatriadas a sus naciones de origen, con capacidad para 144 personas, y un recinto penitenciario para 20 reclusos.

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