El escándalo entre españoles que avergüenza al balonmano: «Me llamó chino de mierda»
El entrenador del Kielce, Talant Dujshebaev, y el del Wisla, Xavier Sabaté, casi llegan a las manos en un derbi polaco que tuvo 21 exclusiones y en el que Jorge Maqueda mordió a un rival
Diario Vasco, , 16-10-2024Las imágenes han dado la vuelta al mundo, y la lamentable trifulca vivida en el derbi polaco de balonmano entre el Wisla Plock, entrenado por el español Xavier Sabaté, y el Kielce, dirigido por el también español Talant Dujshebaev, saltó fuera de las pistas para continuar con la tensión vivida el domingo en los micrófonos de Cadena Ser y COPE. El duelo de la primera división de Polonia estuvo marcado por la violencia tanto dentro como fuera de los terrenos de juego, además de escupitajos e insultos racistas.
Según informa la prensa deportiva polaca, durante el duelo, que enfrentó a dos de los equipos más en forma de la competición, ambos conjuntos practicaron un juego duro que llevó al árbitro a imponer 21 exclusiones de dos minutos y a sacar una tarjeta roja y otra azul. Todo ello con la participación del Jorge Maqueda, una de las estrellas de Los Hispanos, que fue el detonante tras morder hasta en tres ocasiones a su rival Terzic.
Tras la expulsión del jugador español, todo se complicó en la cancha, y los dos entrenadores se enzarzaron en la zona técnica hasta el punto de llegar a los insultos y a las manos. Xavier Sabaté acusó a Talant Dujshebaev de agarrarle del cuello y escupirle incluso dijo que no era la primera vez, mientras que en contra, el del Kielce dijo que le había lanzado insultos racistas como «puto chino de mierda».
«Todo tiene un límite. Después del partido el entrenador rival delante del delegado me escupió. Esto es inaceptable. No es la primera vez que ocurre algo así y no puedo aceptarlo», señaló Sabaté. Unas palabras a las que Dujshebaev respondió durante la pasada noche tanto en El Laguero de la Cadena Ser como en el El Partidazo de Cope. «A mí que me digan ‘chino de mierda’ me duele aunque haya a gente que le divierta. Puede ser que después haya perdido los papeles, pero me sentó mal. Él sabe que me hace mucho daño juzgarme por mi color o por mis rasgos. He tenido que aguantar esto desde los 16 años y huir de lugares por soportar actitudes como esta y yo no soy chino, yo soy de Kirguistán, soy de mi país y a mí esto me duele. Sabaté lo ha hecho premeditadamente», dijo.
La reconciliación ni se produjo en los medios radiofónicos ni se rebajó la tensión. «Perdí los papeles, lo reconozco, pero no escupí a nadie. Me dice que le cojo del cuello cuando le pongo una mano en el hombro, al final que él tenga su interpretación. Creo que nunca me va a dar la razón y yo tampoco a él», dijo el mítico exjugador del Ciudad Real. «Se ve claramente en las imágenes cuando me dice hijo de puta, te voy a matar. Como está todo en un proceso judicial, se verá todo. Condeno plenamente el racismo, nos decimos cosas que no debíamos decirnos, no he tenido ningún problema… niego categóricamente que le haya llamado ‘chino de mierda’. Jamás le digo ningún comentario racista y eso es lo que peor llevo, que me acusen de racista. Voy a llevar este proceso hasta el final», argumentó por su parte Sabaté.
Dos versiones completamente contrarias y de las que no se conoce quién dice la verdad al 100%, aunque cierto es que ambos reconocieron que la imagen que dejaron para los aficionados tanto del balonmano como el deporte en general es inaceptable. «Los entrenadores no tenemos por que ser amigos. Hay que respetarse. En los partidos se dicen cosas que no se quiere. He cometido un error muy grande en este partido y me tengo que disculpar ante la afición. Mi error es entrar a la provocación. Que me llame Judas durante los partidos… me da igual, pero que diga cosas de mi madre no lo acepto», espetó Sabaté. «Cualquier persona que me llama chino de mierda, hijo de puta… el primer gesto que me sale es tirar saliva. La he cagado 20.000 veces en mi vida y ayer también. He entrado al trapo, la he cagado y pido perdón a todos los que lo han visto», aseguró Dujshebaev.
El Wisla Plock se impuso al Kielce por 29-25 en un partido demasiado accidentado que vivirá el encuetnro de vuelta ya en 2025. Todo apunta a que los ánimos seguirán encendidos.
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