La próxima Comisión Europea, que comenzará a andar previsiblemente en diciembre, tiene el foco puesto en el desafío que supone la migración irregular a la Unión Europea (UE). La presión de los Estados miembros como Alemania que ha impuesto controles aleatorios en sus fronteras ha obligado a Bruselas a actuar. La jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, mandó el lunes a la noche una carta a los Veintisiete en la que abre la puerta a la creación de centros de detención de migrantes fuera de la UE, una propuesta que nace a petición de varias capitales europeas.

En su misiva, la política alemana defiende que la actuación conjunta de la UE «ha demostrado ser efectiva» para frenar las llegadas irregulares al bloque y anima a acelerar la puesta en marcha del Pacto de Migración y Asilo. «De este modo tendremos el marco legal que nos permitirá responder de forma efectiva a este desafío», destaca. El pacto, cuyas negociaciones se cerraron en junio, entrará en vigor en 2026. Esto, unido a que los debates para su implementación estarán en manos de la presidencia del Consejo Europeo, que recae hasta final de año en Hungría y después en Dinamarca dos países no muy interesados en impulsar este pacto, hacen temer que la puesta en marcha se retrasará más de lo debido.

En este contexto, Von der Leyen se muestra abierta a «explorar soluciones innovadoras» para frenar las llegadas irregulares al bloque y asegura que la Comisión Europea se ha comprometido a revisar para el año que viene el concepto de «terceros países seguros». «Debemos explorar posibles vías respecto a la idea de crear centros de retorno fuera de la UE, especialmente a la vista de la nueva propuesta legislativa sobre devoluciones». Y pone como ejemplo el ‘modelo Meloni’ de la primera ministra italiana, que quiere crear un centro de detención en Albania. «Con el inicio del protocolo Italia-Albania, seremos capaces de aprender de esta experiencia en la práctica», señala Von der Leyen.

Reformar la legislación actual
La carta de la Comisión demuestra el giro europeo en el endurecimiento de la política migratoria, algo que ya se demostró con la nominación del consevador austríaco, Magnus Brunner, para el puesto de comisario de Migración. Von der Leyen ve prioritario crear alianzas con terceros países para reducir el número de llegadas a Europa, así como avanzar en una política común de retornos. «Esta política solo será efectiva si los que no tienen el derecho a quedarse en la UE son devueltos de forma efectiva. Actualmente solo el 20% de nacionales de terceros países son devueltos», insiste la alemana. Aboga, igualmente, por la devolución rápida de aquellos que suponen una amenaza para la seguridad nacional, para lo que ya trabaja en una propuesta en coordinación con los Estados miembros.

La portavoz de Interior del Ejecutivo comunitario, Annita Hipper, ha detallado este lunes que afrontar el desafío migratorio es una «prioridad» de Bruselas y que el bajo número de devoluciones «deja claro que hace falta seguir progresando». En ese sentido ha asegurado que la carta de Von der Leyen abre la posibilidad de «cooperar con países socios», una vía sobre la que «reflexionarán» los Estados miembros en el Consejo Europeo de esta semana en Bruselas.

Ya en mayo, quince países europeos pidieron la creación de centros de retorno fuera de Europa para acelerar las devoluciones a los países de origen. Recientemente, fuentes diplomáticas confirmaron que existe un «consenso general» entre las capitales sobre la necesidad armonizar el sistema de retornos, aunque destacaron que la idea se encuentra aún en una fase embrionaria. Hipper ha detallado este martes que la legislación europea actual «no permite llevar a cabo devoluciones a un tercer país que no sea el de origen» por lo que Bruselas está estudiando cómo reformar la directiva sobre deportaciones para poder crear centros para los migrantes cuyas solicitudes son rechazadas por la UE, en los que deberían esperar hasta ser devueltos a sus lugares de origen.