Más hispanos que votan a Trump

En las campañas electorales los hispanos reciben una atención muy prioritaria por parte de todos, pues se erigen como un bloque crucial de votantes indecisos en una época de partidismo muy arraigado y enconado

El País, Matthew Mendez Garcia, 15-10-2024

La temporada de campañas electorales estadounidenses ha comenzado, y los candidatos de los dos principales partidos políticos, demócratas y republicanos, están ocupados identificando los diferentes bloques de votantes que serán cruciales para conseguir la presidencia. La enorme diversidad racial, étnica, religiosa y geográfica hace que las campañas ganadoras rara vez puedan permitirse renunciar por completo a los votos de un grupo demográfico. En torno a algunos grupos de votantes, como los cristianos evangélicos blancos o los gays y las lesbianas, no hay una seria disputa entre ambos partidos; pero otros grupos, como los hispanos, reciben una atención muy prioritaria en la campaña demócrata y también en la de Trump. La razón es que ese grupo se ha erigido como un bloque crucial de votantes indecisos en una época de partidismo muy arraigado y enconado.

Es posible que eso sorprenda debido al largo historial latino de preferencia, en conjunto, por los candidatos demócratas. Desde que la categoría panétnica se empezó a usar oficialmente de forma generalizada en el censo estadounidense en 1980, la mayoría de quienes se identifican como hispanos han apoyado a los candidatos presidenciales demócratas, lo que fue evidente incluso en los arrolladores resultados presidenciales republicanos de 1980, 1984 y 1988, en los que el candidato presidencial demócrata recibió, respectivamente, un 56%, un 61% y un 69% del voto hispano. Los candidatos republicanos obtuvieron en esos mismos años un 35%, un 37% y un 30% de los votos. La tendencia en todas las elecciones presidenciales siguió la misma tendencia; y los demócratas obtuvieron siempre una cuota superior a un 55% del voto hispano, con unos máximos históricos alcanzados en 1996 y 2012, cuando los presidentes demócratas en ejercicio Bill Clinton y Barack Obama obtuvieron un 72% y un 71%. (Todos los datos proceden del análisis de encuestas a pie de urna del Centro Hispano Pew.)

¿Lealtad partidista?
El éxito de los candidatos presidenciales demócratas entre una mayoría de votantes hispanos llevó a algunos a confundir la elección del voto con la lealtad partidista. La campaña presidencial del 2004 revelaría que es posible persuadir a un grupo considerable de votantes hispanos para que se decanten por candidatos republicanos si esos candidatos los interpelan de forma directa con mensajes culturalmente respetuosos y centrados en los temas que ellos consideran más destacados. George W. Bush aumentó su porcentaje de votos entre los votantes hispanos porque convenció a una parte de ellos con sus posturas en asuntos de moralidad y seguridad nacional. Casi una cuarta parte de los votantes latinos parecen ser firmes partidarios del Partido Republicano a nivel presidencial.

Un partidario del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sostiene un cartel que dice
Un partidario del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, durante un mitin para su reelección en el Centro de Convenciones de Las Vegas, Nevada, en 2020.ETIENNE LAURENT / EFE
En términos de partidismo, se puede pensar que los votantes hispanos están formados por tres grupos: los demócratas y los independientes que votan sistemáticamente a los demócratas, los republicanos y los independientes que votan a los republicanos; y un grupo susceptible de ser convencido que incluye a los independientes y a aquellos cuyo apego al Partido Demócrata es más bien débil. Quienes tienen lealtades partidistas están muy afianzados en las coaliciones de su partido y tienden a ser votantes frecuentes, mientras que los votantes susceptibles de ser convencidos tienen más probabilidades de ser votantes nuevos o poco sistemáticos. De ese grupo obtuvo la campaña de Trump apoyo en las elecciones del 2020; y en ese grupo espera crecer en las elecciones de noviembre.

El relativo éxito de Trump entre los votantes hispanos sorprendió a algunos expertos, que creyeron de modo erróneo que los hispanos eran votantes demócratas leales y que sentirían rechazo por la retórica racista y xenófoba dirigida contra los inmigrantes mexicanos en la campaña electoral del 2016 y, en las elecciones del 2020, por las políticas restrictivas de su gobierno en materia de inmigración. Esos expertos albergaban sobre los votantes latinos suposiciones que no eran ciertas y se equivocaron al suponer que el aplastante 71% de votos del presidente Obama en el 2012 era una señal de lealtad partidista duradera. Aunque sigue habiendo cierta controversia sobre el porcentaje exacto, se entiende en general que Trump recibió en torno a un 28% del voto latino en el 2016, con lo que superó el resultado de Mitt Romney en el 2012. Las elecciones del 2016 podrían considerarse una vuelta a la media, ya que la cuota de Trump del voto hispano se acerca a la media del 30% lograda por los candidatos presidenciales republicanos desde 1980. De hecho, entre los votantes latinos, 2016 fue una elección media, ya que la candidata demócrata Hillary Clinton obtuvo un 66% del voto latino, cifra comparable a la cuota de voto del 68% de Barack Obama en 2008.

Durante la última década, los hispanos se han hecho más acomodados y se han convertido en uno de los grupos de empresarios de más crecimiento, lo que contrasta con la falsa imagen de inmigrantes de bajos ingresos
No fue hasta las elecciones del 2020 cuando un candidato republicano logró avances significativos que podrían señalar una tendencia real. Según la Encuesta de Votantes Validados del Centro de Investigaciones Pew, Donald Trump obtuvo un 38% del voto hispano, una ganancia de diez puntos porcentuales respecto al 2016, lo que significa que Biden solo obtuvo un 59% del voto latino. Su porcentaje es como el de John Kerry en el 2004 y solo ligeramente superior al 56% de Jimmy Carter en su desastroso intento de reelección en 1980. Resulta sorprendente para algunos que un candidato como Trump haya sido capaz de ponerse a la altura de la marca más alta de Reagan en 1980 (37%) y el máximo histórico de George W. Bush (40%) en su logrado intento de reelección del 2004. Al igual que Reagan y Bush, Trump cosechó los beneficios de la titularidad en el cargo y también logró convencer a los votantes hispanos más maleables. Pero hubo otros factores exclusivos del 2020 relacionados con el entorno nacional y los cambios en el electorado hispano que explican ese año el relativo éxito de Trump con dichos votantes y las oportunidades que tiene con ellos en el 2024.

¿Cómo es el electorado hispano?
El electorado hispano es diverso, ya que la categoría es un significante panétnico diseñado para abarcar a personas de más de 20 países y territorios, y diferentes orígenes raciales, clases socioeconómicas y generaciones de inmigrantes. Es también el bloque electoral de más rápido crecimiento del país, con una estimación de 36,2 millones de votantes con derecho a voto en el 2024, según el Centro de Investigaciones Pew. Además, ya no se cree que esa población esté confinada sobre todo a regiones como el suroeste, el sur de Florida o las grandes ciudades del noreste. Son verdaderamente nacionales, ya que constituyen al menos el 10% de la población de veinticuatro estados y el distrito de Columbia. Además, la población es más diversa que nunca en términos de origen nacional; y las mayores llegadas de colombianos y venezolanos han cambiado el equilibrio electoral en lugares como Florida. Es también una población muy joven, con una edad media de 29,5 años en el 2021, frente a la media nacional de 37,8 años.

La diversidad de esa población ofrece a Donald Trump una oportunidad no solo de mantener sino también de aumentar su apoyo entre los votantes hispanos. Aunque no conseguirá hacerse con la mayoría, sin duda podría seguir recortando el apoyo demócrata entre ese bloque. Resulta improbable que se haga con la mayoría del voto hispano nacional, pero no cabe duda de que puede obtener ganancias espectaculares en determinados estados.

La economía, que siempre ha importado a los votantes latinos, está en primer plano y algunos no solo recuerdan sus éxitos en los años de Trump, sino que se los atribuyen activamente
Un estado en el que ya ha tenido un gran éxito es Florida, donde el bloque tradicional de republicanos cubano-estadounidenses se ha complementado con nuevos votantes inmigrados, como venezolanos, colombianos y nicaragüenses. El éxito de Trump en Florida, sobre todo en el condado de Miami-Dade, se debió a que estos votantes no solo respondieron positivamente a su amplia campaña de propaganda sino también a su condena del socialismo. La retórica de Trump y algunos medios sociales en español vincularon eficazmente esa etiqueta a Biden y al Partido Demócrata, lo que los perjudicó entre esos votantes.

Factor economía
Trump ha ganado terreno entre los latinos en todo el país a medida que la población ha ido creciendo y madurando políticamente. El Partido Demócrata sigue siendo el partido preferido entre la mayoría de ellos, pero la forma en que los hispanos ven las cuestiones políticas ha experimentado ligeras variaciones. Durante la última década, los hispanos se han hecho más acomodados y se han convertido en uno de los grupos de empresarios de más rápido crecimiento. Eso contrasta con la falsa imagen popular de los hispanos como inmigrantes de bajos ingresos, sobre todo, y receptores de ayudas públicas. Ese dañino estereotipo ocultó otra razón por la que algunos hispanos votaron a Trump en el 2020: la economía. Los años de Trump fueron especialmente prósperos, ya que la economía estadounidense por fin repuntó tras la lenta recuperación del gobierno de Obama. Durante ese tiempo, los latinos aumentaron sus ingresos de forma generalizada y abrieron nuevos negocios. La pandemia de la covid pondría fin al auge económico; y los protocolos de seguridad establecidos por los estados y fomentados por el gobierno federal tendrían un efecto perjudicial para los latinos. Sus negocios no solo se vieron obligados a cerrar, sino que muchos perdieron el empleo, dada la gran cantidad de hispanos que trabajan en el sector servicios.

Aunque la crisis de la covid ha terminado y no desempeñará un papel directo en las elecciones del 2024, los votantes todavía están conmocionados por la inflación surgida tras la pandemia. El aumento del coste de los bienes básicos ha empañado la recuperación económica (técnicamente sólida) que ha experimentado Estados Unidos durante el último año. La inflación ha provocado una sensación de pesimismo entre algunos votantes latinos, que se encuentran recordando los años de bonanza del gobierno de Trump. La economía, que siempre les ha importado, está en primer plano y algunos votantes no solo recuerdan sus éxitos en los años de Trump, sino que se los atribuyen activamente. Esta creencia de que Trump es mejor para la economía ayuda a explicar por qué el estado de Nevada, que desde el 2008 respalda a los demócratas en las elecciones presidenciales, tiene hoy a Donald Trump por delante en las encuestas. Una evolución tan sorprendente se debe en gran medida al descenso del apoyo entre los votantes latinos del estado, donde una mayoría es mexicano-estadounidense.

Cuestiones como la economía, la sanidad y la educación figuran sistemáticamente entre los principales temas para los votantes latinos, mientras la inmigración no suele aparecer en los cinco temas más citados
Son los votantes hispanos susceptibles de ser convencidos quienes ven a Trump de modo más favorable en lo económico, el tema más destacado de estas elecciones. Muchos de esos votantes se diferencian de los votantes partidistas porque es más probable que sean votantes poco frecuentes. Se trata de individuos que no acuden de forma constante a las urnas en las elecciones y que tienen vínculos más débiles o inexistentes con los partidos políticos. También es mucho menos probable que esos votantes se sientan motivados por los asuntos que mueven a los votantes más partidistas, que tienden a ser culturales o existenciales. Es más probable que se muevan sobre todo por factores económicos y es menos probable que vean las noticias o se movilicen por ataques de carácter partidista. En respuesta a ello, la campaña del presidente Biden y el Partido Demócrata se ha dirigido directamente a los votantes latinos con mensajes que reconocen las dificultades de la inflación y los planes para combatirla.

La inmigración
Como ya se ha mencionado, los temas destacados en los momentos electorales pueden influir en la elección del voto de esos votantes hispanos susceptibles de ser convencidos. La economía pesa en la mente de los votantes, pero la inmigración y la frontera sur también importan e ilustran otra equivocación fundamental sobre los votantes hispanos: que son votantes de un solo tema. La opinión generalizada es que a los latinos les preocupa más la inmigración que a otros votantes y que eso influye en gran medida en su voto. No es así, puesto que los politólogos han descubierto que cuestiones como la economía, la sanidad y la educación figuran sistemáticamente entre los principales temas para los votantes latinos en todos los ciclos electorales, y que la inmigración no suele aparecer entre los cinco temas más citados por ellos.

Puede que la dura retórica de Trump sobre la inmigración y su apoyo a las políticas no lo perjudiquen ante los votantes latinos, pero tampoco lo ayudarán mucho. Las encuestas han demostrado que los votantes latinos son menos propensos que otros estadounidenses a decir que la inmigración actual conduce a la delincuencia y apoyan mucho menos la promesa de Trump de aumentar las deportaciones. De hecho, una encuesta reciente de Equis ha puesto de manifiesto que las políticas diseñadas para ayudar a los cónyuges inmigrantes de ciudadanos estadounidenses a conseguir un estatus legal son populares y pueden aumentar el apoyo a los demócratas; esto es especialmente cierto entre los mayoritarios votantes latinos de habla española. Con todo, el hecho de que esa retórica no perjudique necesariamente a Trump entre los votantes con capacidad de ser convencidos demuestra que el tema de la inmigración no es el más importante para los latinos y que no todos los latinos, ni siquiera los inmigrantes latinos, se sienten atacados por esa retórica.

El perfil de los votantes latinos ha cambiado drásticamente, y ha pasado de ser un grupo considerado como un electorado demócrata fiel a otro con una cantidad considerable de indecisos. Eso ha hecho que ambos partidos políticos presten más atención a ese grupo demográfico, y refleja hasta qué punto el país se ha vuelto más latino. Los votantes latinos indecisos, desde Pensilvania hasta Nevada, contribuirán a decidir el próximo presidente de Estados Unidos; y por ello, las campañas se dirigirán a ellos y pondrán de manifiesto toda la diversidad de ese bloque electoral.

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