Inmigración, ultras y ETA
El País, , 15-10-2024El pasado miércoles, mientras arrancaba en el Parlament el debate de política general en el que Sílvia Orriols abocó la culpabilidad de casi todos los males sobre los inmigrantes, el Congreso de los Diputados iniciaba un debate solicitado por el PP para hablar de inmigración. Y a la misma hora, en Estrasburgo, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, exponía sus prioridades para el semestre en que preside la Unión. Propuestas que van en dirección contraria a los acuerdos comunitarios en cuestiones como inmigración o Ucrania. Y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, que pertenece al mismo grupo que el PP de Feijóo, rebatió las propuestas del premier húngaro. Para Orbán, como para Abascal y Orriols, la causa de la inmigración que llega a Europa no son unas guerras y una miseria similar a la que empujó hace un siglo a millones de europeos a emigrar, sino un plan de poderes ocultos para destruirnos.
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Sílvia Orriols, diputada de Aliança Catalana, en el ParlamentÀlex Garcia
Hasta hace cinco años se decía que España era una excepción, al ser uno de los pocos estados de la Unión en los que la ultraderecha no tenía representación. Y se afirmaba que el sentimiento xenófobo estaba menos arraigado que en otros países de nuestro entorno. Ciertamente, Vox no irrumpió en el 2019 con el no la inmigración, sino sacudiendo otro sentimiento identitario: “España se rompe”, con Ortega Smith ganándose su cuota de telediario, ejerciendo de acusación en los tribunales. Recordemos que Vox surgió en el 2014 de exdirigentes del PP como Abascal o Vidal-Quadras que acusaban a Rajoy de no defender la unidad de España y someterse a supuestas concesiones que Zapatero habría pactado con ETA. Y tras el gol que se metió el PP en la votación sobre convalidación del tiempo de prisión cumplido por etarras en otros países, Feijóo convirtió la sesión solicitada para hablar de inmigración y un reparto de menores que el PP rechaza en un ataque al Gobierno, al que acusa de claudicar ante ETA. Y es que sobreactúa, ya que lo que le preocupa a Feijóo es la amenaza de Abascal de tumbarle los presupuestos en las comunidades que gobierna gracias a Vox.
En el Parlament, Vox no se mostró distante con Aliança, pese a que quiera romper España
En el Parlament de Catalunya, en cambio, Vox no se mostró distante con Aliança, pese a que quiera romper España. Aliança se negó a votar a favor propuestas de Vox cuyo contenido dijo que asumía por estar redactadas en castellano. En cambio, Vox sí votó cuatro propuestas de resolución de Aliança. Aliança Catalana y Vox, más allá de su rechazo a la inmigración, tienen una característica propia de la extrema derecha más autoritaria: el caudillaje de su líder, que puede tomar decisiones que desconciertan a la militancia sin que sean cuestionadas. Así, el pasado 18 de agosto, el Ayuntamiento de Ripoll inauguró un monumento de homenaje a las víctimas de los atentados del 2017 al que Orriols invitó a asistir a los responsables de la Guardia Civil y la Policía Nacional en el Ripollès, cuerpos que aceptaron acudir pese a que Orriols da verosimilitud a las teorías conspiranoicas sobre el papel de la Policía Nacional y el CNI por su relación con el imán de Ripoll. Y para sorpresa de muchos, tanto la alcaldesa como el resto de los concejales de Aliança aplaudieron efusivamente a los agentes mientras realizaban la ofrenda. Vox también tiene funcionamiento autocrático, como vimos el miércoles cuando Abascal se desprendió de Rocío Monasterio, o en julio, cuando ordenó que dimitieran los consejeros y todos los cargos de Vox de las seis comunidades en las que gobernaba con el PP y dejó en la estacada al centenar de militantes que sólo hace año dejaron sus empleos para asumir un cargo público.
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