¿Todavía es racista la industria de la moda?

Un día después de que se anunciase que la próxima exposición del Costume Institute del MET explorará la historia del dandismo negro, la supermodelo Joan Smalls ha denunciado públicamente a un alto ejecutivo de la agencia IMG por haberle dirigido comentarios racistas

La Vanguardia, Raquel Fernández Sobrín, 14-10-2024

Cuando se habla del sistema de la moda, a menudo se olvida que, además de su estructura organizativa, sus procesos de producción y su calendario, también se hace referencia a sus usos y costumbres, a las normas no escritas y rara vez reconocidas que rigen los comportamientos de quienes trabajan en la industria. En 2020, el movimiento Black Lives Matter puso de manifiesto que la moda, como tantos otros sectores, había sido un espacio de comportamientos sistemáticamente racistas por parte de marcas, diseñadores y publicaciones.

Anna Wintour, la mujer que dirige Vogue con mano de hierro desde 1988, se vio obligada a pedir perdón y reconocer que no había hecho suficiente en términos de diversidad y representación. En otras palabras, tuvo que admitir que su revista, publicada en un país en el que más del 40% de la población es de color, había sido siempre muy blanca.
Por eso, el anuncio de la nueva exposición del The Anna Wintour Costume Center, también conocido como Costume Institute, del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, que se titulará Superfine: Tailoring Black Style (en español, Impecable: la confección del estilo negro) y explorará la historia e influencia del dandismo negro, alegró a muchos y sorprendió a pocos. La gala que inaugurará la exposición, inspirada en el libro de Monica L. Miller de 2009, Slaves to Fashion: Black Dandyism and the Styling of Black Diasporic Identity, contará con la autora como comisaria invitada, se celebrará el 5 de mayo de 2025 y estará copresidida por Colman Domingo, Lewis Hamilton, A$AP Rocky, Pharrell Williams y Wintour. LeBron James será el presidente honorario y Louis Vuitton, el empleador de Pharrell, el patrocinador principal.
Con ella, Wintour, que cumple 75 años en noviembre entre rumores de una posible jubilación (está a poco más de un año de convertirse en la editora de Vogue que ha estado en el cargo más tiempo, un mérito que hasta ahora ostenta Edna Woolman Chase, que la dirigió durante 38 años, de 1914 a 1952), perpetúa la serie de medidas que ha ido tomando para preservar su legado. En la recién estrenada serie de Disney+, In Vogue: The 90s, se dedica un tiempo considerable al estilo negro, abordando la popularidad de Tommy Hilfiger en esa comunidad o los Lo Lifes que robaban en tiendas y vestían Polo Ralph Lauren, aunque esos temas no fueron reflejados en la revista en aquel momento.

La editora está tratando de que su aportación a la historia de la moda no sea catalogada de racista, haciendo, además, un favor a todos los miembros de la industria que han perpetuado comportamientos que sí lo son. El problema es que no es fácil eliminar lo que está arraigado y que los esfuerzos evidentes de Wintour por cambiar las cosas no son suficientes. Sólo un día después del anuncio, la modelo Joan Smalls volvía a poner de manifiesto las situaciones racistas que las personas de color todavía sufren en la industria.
Mediante dos publicaciones en Instagram, la puertorriqueña de 36 años manifestó estar “profundamente preocupada y ofendida” por un comentario racista que, según se alega, fue dirigido a ella por un directivo senior de IMG Models, la agencia que empezó a representarla en 2009 y que gestiona las carreras de Claudia Schiffer, Bella Hadid y Hailey Bieber, entre otras. Calificó la situación de “inaceptable”, que “no tiene lugar en las interacciones profesionales”, y exigió una “investigación completa” del incidente y “acciones disciplinarias apropiadas”.

El comentario en cuestión, “puertorriqueña tonta”, tiene más de insulto que de comentario. “Me niego a ser víctima de discursos de odio y a permitir que comportamientos tan dañinos continúen persistiendo con tanta audacia en privado“, continuó Smalls. También recordó un incidente vivido al principio de su carrera, cuando otro agente presuntamente empleó la palabra ”nigga“, una expresión altamente ofensiva y racialmente cargada, para asegurar que Karl Lagerfeld no contrataría a alguien de color para su campaña. ”Ya no puedo tolerar quedarme callada ante el odio y la discriminación dentro de una industria que afirma ser inclusiva y de mente abierta", añadió.
En 2011, Smalls pasó a la historia al convertirse en la primera modelo latina imagen de Estée Lauder a nivel global, y desde entonces ha subrayado la falta de diversidad en la industria siempre que ha tenido ocasión. En junio de 2020, comprometió la mitad de sus ganancias anuales al movimiento Black Lives Matter y criticó a la industria por su reacción a las protestas: “Esta industria que se beneficia de nuestros cuerpos negros y marrones, de nuestra cultura como inspiración constante, de nuestra música y nuestras imágenes para sus visuales, ha evitado abordar estos problemas“, aseguró. ”Son parte del ciclo que perpetúa estos comportamientos conscientes. Nos han defraudado continuamente con su insensibilidad y falta de tacto, y con las disculpas de control de daños de ‘lo haremos mejor’".

Entre las personas conocidas que han mostrado su apoyo a la modelo están su compañera Candice Swanepoel (“Las mismas personas intentaron impedir que fuéramos amigas porque tú te defendías y señalabas su comportamiento sospechoso; no querían que yo hiciera lo mismo…”), Ricky Martin (“Levanta la voz y sé fuerte, Joan. ¡BASTA! Enséñales una lección”) y Linda Evangelista.

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