Las cuatro emes
La Vanguardia, , 14-10-2024Sigo con verdadero interés y cierto alivio las medidas que el Govern del president Illa va a tomar para aminorar la inseguridad que domina Barcelona. Se trata, como recogía una extensa información de La Vanguardia de finales de septiembre (28/IX/ 2024), de ampliar el número de juzgados para frenar la reincidencia de los carteristas, una plaga que, como la de los piojos en las cabezas escolares a principio de curso, necesita de remedios de urgente contundencia.
La inseguridad es hoy por hoy la principal preocupación de los barceloneses según la encuesta de los Servicios Municipales de Barcelona, realizada entre enero y abril de este año. Un problema que sobrepasa el del difícil acceso a la vivienda y el de las molestias ocasionadas por el turismo.
La inseguridad –produce vergüenza e indignación constatarlo– ha convertido a Barcelona en la ciudad española con mayor tasa de robos y en la segunda europea, detrás de Bruselas, si los datos no están equivocados –ojalá lo estén–, en batir tal récord.
foto XAVIER CERVERA 21/07/2024 guardia urbana i mossos d esquadra al moll de mestral Reobertura del Port Olimpic amb una gran festa ciutadana per donar-lo a conèixer La festa va des de les 10 del matí a les 9 de la nit A les 11.30 hi ha la visita de l’alcalde i l’acte institucional Punt de trobada: Moll de Mestral del Port Olímpic Des de les 10 i fins a les 21 h, el Port Olímpic acollirà tallers i jocs infantils, espectacles i concerts en la que serà la primera oportunitat per als barcelonins i barcelonines de gaudir dels més de 20.000 m2 d’espai públic recuperats per a la ciutat.
Xavier Cervera
Si a usted, en un metro, un autobús o en plena calle, a cualquier hora, no le han robado, seguro que conoce a alguien a quien le ha tocado esa lotería cotidiana.
A mí en Barcelona me han asaltado, blandiendo una navaja, dos veces y robado otras siete, algo que no me ha pasado en ninguna otra ciudad del mundo. Ni en México DF, Bogotá, Caracas o Buenos Aires, con fama de inseguras.
De un tiempo a esta parte, oímos avisos, en el transporte público, en el aeropuerto o en la estación de Sants, sobre la necesidad de controlar nuestras pertenencias. Una advertencia que se agradece, pero que suena inquietante y, por tanto, desagradable. Implica que nos miremos los unos a los otros con desconfianza. ¿Será un ratero el tipo que se acaba de sentar a nuestro lado? ¿Debemos agarrar el bolso como si fuera la única tabla de salvación que tenemos, pasajeros en el hundimiento del Titanic ? ¿Será esta muchacha de apariencia desvalida con pinta de inmigrante una ladrona peligrosa? ¿Mejor nos alejamos, por si acaso?
La Generalitat se plantea como prioridad el aumento de médicos, maestros, mossos y magistrados
Muchas personas echan la culpa de los robos a la inmigración masiva. Desconozco qué tanto por cien de ciudadanos procedentes de otros países han sido detenidos por la Guardia Urbana, que es la que suele encargarse de tales menesteres, cuando un delincuente es cogido con las manos en la cartera ajena. Pero como servidora de ustedes defiende el derecho de los ciudadanos del mundo a buscarse un lugar bajo el sol para mejorar sus condiciones de vida, me gustaría saber si es verdad que la población inmigrante comete más delitos que la autóctona, como apuntan algunos. Y, aun si así fuera, tendríamos que concluir que se necesita un cambio urgente en las leyes que autoricen a los inmigrantes a conseguir un puesto de trabajo mucho más rápidamente de lo que hoy por hoy exige la legislación y no se vean abocados a la delincuencia.
La petición de Illa al Gobierno central sobre la necesidad de una justicia más dinámica, que permita conocer además la reincidencia de los delincuentes –ahora los jueces la desconocen–, parece que ha encontrado eco. Cuesta creer que, a pesar de los avances informáticos, hasta la fecha no hay una base de datos asequible para saber si un ladrón es o no reincidente, algo que, según el ministro Bolaños, en los próximos meses será subsanado. También será atendida, para paliar el colapso judicial, la petición del nuevo Govern de aumentar el número de jueces en Catalunya.
Parece y debemos congratularnos de ello, que la Generalitat se ha planteado, como prioridad de su línea de actuación, el aumento de médicos, maestros y mossos. Las tres emes, a las que, ahora a partir del mes pasado, tras el acuerdo o preacuerdo con Bolaños, hay que incluir una cuarta, la eme de magistrados.
Cuatro emes, pues, para que los ciudadanos nos sintamos mejor atendidos. No en vano nos preocupamos por la sanidad, la educación y la seguridad. No obstante tales prioridades no podrán llevarse a cabo sin presupuestos.
Sin presupuestos, las cuatro emes se convertirán en marías, las asignaturas ridículas o sin apenas importancia en los currículums escolares. O algo peor, las asociaremos a una palabra muy usual, que empieza por eme. A veces caemos en la tentación de pensar que a los políticos les importamos una eme. Ojalá que con Illa no sea así.
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