El Gobierno pedirá a la UE activar el pacto migratorio en el 2025 sin consenso nacional
El PP, Junts y Vox encabezan la oposición a una reforma de la normativa nacional
La Voz de Galicia, , 11-10-2024Con las ultraderechas ganando terreno en Europa, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comunicó ayer en el Congreso de los diputados que solicitará a la Comisión Europea adelantar la aplicación del Pacto Migratorio para que sea instaurado en el verano del 2025 en lugar de un año después con objeto de que la redistribución de migrantes a nivel comunitario no se vea afectado por políticas más duras de estos partidos. Un anuncio que volvió a dividir al Congreso.
PSOE
«No seremos padres de la xenofobia». Para el presidente del Gobierno, la actuación de Bruselas debe ser un ejemplo a seguir para Madrid. Y consciente de que los apoyos parlamentarios no le favorecen, Sánchez apeló al sentido de Estado del PP para captar su sí a la reforma de la ley de migración española. «Seamos claros: no podemos exigir a Europa una solidaridad que no mostramos nosotros mismos», expresó. Sánchez se justificó alegando que «los españoles somos hijos de la migración» y «no seremos padres de la xenofobia».
PP
Un anclaje en el no. En su intervención parlamentaria, Alberto Núñez Feijoo criticó que el Gobierno no tiene «ningún plan para la migración» y puso como condición para volver a negociar con el Ejecutivo tras abandonar la mesa la semana pasada solicitar «la ayuda que le ofrecido la Unión Europea». Además el líder de los populares propuso que el acuerdo suscrito entre su partido y el Ejecutivo canario se adopte a nivel estatal ante las risas de Sánchez.
Vox
«Colaborar con islamistas». El líder de Vox, Santiago Abascal, no abandonó la bandera antimigratoria, uno de sus principales reclamos electorales, para asegurar que el Ejecutivo «colabora con islamistas» para «estimular la inmigración ilegal. Zanjó su rechazo a la posición de Sánchez invitando al presidente a que ubique a los desplazados «en su casa, si es tan filántropo».
Sumar
Aplauso a la «valentía». El portavoz parlamentario de Sumar, Iñigo Errejón, aplaudió la «valentía» del líder socialista por haber «cogido el toro [de la inmigración] por los cuernos» y alineó la postura de su partido con su socio de coalición porque lo contrario invitaría al «racismo» que supuso acoger a refugiados ucranianos y no a otros.
Podemos
Racismo de Estado. Por las palabras de la líder de Podemos, Ione Belarra, se desprende también el rechazo al acuerdo migratorio por ser «utilitarista», «racista» y «paternalista». En la formación morada, consideran que el Ejecutivo compra los discursos de la bancada de las derechas en materia de migración.
PNV y EH Bildu
Racismo y Estado. Por parte de Bildu, Mertxe Aizpurua justificó el apoyo al Gobierno porque los migrantes «son y deben ser parte de nuestra sociedad». El PNV, sin embargo, fue vago en su postura y Aitor Esteban, su portavoz parlamentario, pidió que se tratara como una cuestión de Estado. Una especie de sí pero con matices.
Erc y Junts
Ataques y obviedades. El líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, cargó contra PP, Vox y Junts y les acusó de predicar su «racismo» con «mentiras», además de «hipócritas». Junts, desde hace tiempo instalado en el rechazo al reparto de migrantes, obvió el debate para centrarse en asuntos domésticos.
Coalición Canaria y UPN
No se habla del tema. Cristina Valido, representante de Coalición Canaria, criticó que no se hablara en la sesión plenaria de inmigración tanto como de agendas propias. Alberto Catalán, de UPN, abrazó la tesis del PNV.
El diputado del BNG en el Congreso, Néstor Rego, hizo hincapié en su intervención parlamentaria en que el Estado debe concentrar más esfuerzos en atajar los flujos migratorios en los países de origen. En su discurso, pudo «insistir en la necesidad de atajar las causas de las migraciones forzadas, de caminar para una nueva visión de las relaciones internacionales basada en la paz, en la solución pacífica y diplomática de los conflictos, en la cooperación para el desarrollo de todos los países sobre la base de sus potencialidades y en impulsar políticas que garanticen la sostenibilidad global». Además, dijo que el Estado debe organizar la distribución de desplazados, así como financiar «programas de integración social, lingüística, educativa o laboral de las personas acogidas».
Orbán acusa a los migrantes de elevar los casos de homofobia y machismo
En el marco de las ideas radicales que criticó ayer Sánchez se encajó el discurso del presidente de Hungría, Viktor Orbán, ante la Eurocámara. La presidencia europea rotatoria corre a cargo del líder del Fidesz y busca imitar el modelo migratorio de la primera ministra Italiana, Giorgia Meloni, que desea abrir campos de detención para migrantes en Albania.
«Tenemos que construir centros de detención fuera de la Unión Europea (UE). Esta es la única solución, el resto son una ilusión. Porque los migrantes irregulares, una vez entran en Europa, es imposible echarlos», destacó ayer el mandatario húngaro, que además señaló que la creciente llegada de migrantes de África y Oriente Medio —aunque principalmente estos escogen países árabes como destino— ha creado una ola social en Europa que «lleva al antisemitismo, al aumento de la homofobia y de la violencia contra las mujeres», aunque no existe ningún dato que respalde la tesis de Orbán.
Fallos del sistema
También certificó el dirigente, ampliamente criticado por los Veintisiete por sus posturas prorrusas, que «el sistema de asilo europeo simplemente no funciona y, por ello, algunos países han establecido controles en sus fronteras y quieren salirse de estas políticas». Orbán se refirió a Polonia, que siempre se ha mostrado favorable a una línea mucho más dura que la vigente en cuanto a migración para no acoger a ningún desplazado, y a Alemania, que recientemente acrecentó sus controles fronterizos para frenar la llegada de migrantes.
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