Obama entra en campaña y llama la atención a los hombres negros: “No veo la misma energía que cuando me presenté”
El expresidente centra su discurso en Pittsburgh en advertir sobre la amenaza de Donald Trump y lo retrata como un multimillonario alejado de la gente común: “¿Creéis que ha cambiado alguna vez un pañal?”
La Vanguardia, , 11-10-2024A 26 días para las elecciones, el efecto Barack Obama ha vuelto para dar un nuevo impulso a la campaña presidencial de Kamala Harris, que, entre huracanes y escaladas en Oriente Medio, ha perdido parte del entusiasmo que caracterizó sus primeras semanas. El expresidente ha hecho su primera aparición en la campaña con un discurso dirigido a una audiencia de afroamericanos en Pittsburgh, la segunda ciudad más poblada del estado más decisivo de los comicios, Pensilvania, pues es el swing state que reparte más votos (19) para el colegio electoral.
Minutos antes de desplegar su oratoria desde el atril, ha tenido una charla informal con un grupo de jóvenes votantes negros, en la que se ha puesto serio para “contar algunas verdades”. Se ha referido a una encuesta del mes pasado que muestra que más de un 25% de los hombres afroamericanos de menos de 50 años, un sector tradicionalmente demócrata, tiene la intención de votar a Donald Trump: más que cuando compitió hace cuatro años contra un hombre blanco de Scranton, Joe Biden.
“Todavía no hemos visto el mismo tipo de energía y participación en todos los barrios y comunidades que cuando yo me presenté. Ahora, también quiero decir que eso parece ser más pronunciado entre los hermanos”, ha dicho, refiriéndose a los hombres de su color de piel. “Se os están ocurriendo todo tipo de razones y excusas (para no votar a Harris). Tengo un problema con eso, porque en parte me hace pensar que, bueno, simplemente no estáis sintiendo la idea de tener a una mujer como presidenta, y estáis buscando otras razones para ello”.
El expresidente sigue siendo, 12 años después de abandonar la Casa Blanca, la figura más popular entre los demócratas. Una encuesta de YouGov publicada el mes pasado muestra que el 93% de los demócratas tiene una opinión positiva y que el 53% de los estadounidenses le votaría si pudiera presentarse a estas elecciones, algo prohibido por la Vigesimosegunda Enmienda a la Constitución, que establece el límite en dos mandatos.
Ahora quiere usar esa capacidad de influencia para persuadir a un grupo crucial de la población, los afroamericanos, que en el 2020 hizo presidente a Biden con el 92% de sus votos y que volverá a ser imprescindible para una victoria de Harris el 5 de noviembre.
Barack Obama, expresidente de EE.UU.
“Por un lado, tenéis a alguien que creció como vosotros y entiende vuestras luchas; por el otro, a alguien que os ha despreciado”
“Por un lado, tenéis a alguien que creció como vosotros, os conoce, fue a la universidad con vosotros, entiende vuestras luchas, y el dolor y la alegría que se derivan de esas experiencias”, ha insistido. “Y en el otro lado, tenéis a alguien que ha mostrado constantemente desprecio, no sólo por las comunidades, sino por vosotros como personas”.
Tras esta conversación, se ha dirigido al escenario en la Universidad de Pittsburgh, donde le esperaban unas 4.500 personas eufóricas. En un contundente despliegue de carisma, con toques de humor y seriedad, se ha enfocado en criticar al expresidente Trump, a quien ha retratado como un multimillonario alejado de la gente común: “¿Creéis que Donald Trump ha cambiado alguna vez un pañal?”, ha preguntado, desatando las risas del público.
“Si a Trump no le importa que una turba ataque a su propio vicepresidente, ¿creéis que le importáis vosotros?”, ha dicho, recordando el desplante a Mike Pence cuando el 6 de enero del 2021 no accedió a sus presiones para bloquear la certificación de la victoria de Biden y los asaltantes gritaban que había que “colgarlo”. “Pensilvania, no necesitamos cuatro años más de esto. No necesitamos cuatro años más de arrogancia, torpeza, fanfarronería y división. Estados Unidos está listo para pasar página”.
“Esta es la elección en estos comicios: no solo tiene que ver con las políticas, tiene que ver con los valores, el carácter. Así que, no importa si estas elecciones os hacen sentir emocionados, asustados o esperanzados, no os quedéis sentados esperando que todo salga bien. Levantaos del sofá y votad”, ha insistido, alzando la voz hacia el final de su discurso.
Durante 45 minutos, sus palabras se han dirigido más a atacar al expresidente que a alabar a Harris, aunque también ha recibido sus elogios. Ha criticado especialmente el lenguaje autoritario del republicano, al que ha comparado con Fidel Castro por sus largos discursos, en los que últimamente se pierde y tiene más lapsus que de costumbre: “Con Trump, lo que tenemos son mensajes en (la red social) X, todos en mayúsculas, diatribas y desvaríos sobre descabelladas teorías conspirativas, discursos interminables, una ensalada de palabras… Es como Fidel Castro, hablando sin parar”.
También le ha echado en cara su discurso fatalista contra la inmigración, causante de todos los problemas del país: “Si desafías a Trump a que elabore y enumere sus políticas, se refugiará en una única respuesta. (Su candidato a vicepresidente) J.D. Vance hace lo mismo, no importa cuál sea el tema: vivienda, sanidad, educación, pagar facturas; su única respuesta es culpar a los inmigrantes”.
“Necesitamos un presidente que realmente se preocupe por resolver problemas y mejorar vuestras vidas, y eso es lo que hará Kamala Harris”, ha concluido el expresidente, asegurando que la vicepresidenta “tiene un plan para mejorar vuestras vidas”.
Este ha sido el primer discurso de Obama en campaña, pero no su primera aparición en defensa de Harris desde que anunció su candidatura. Durante la convención demócrata que la coronó como candidata demócrata en Chicago, en un momento de gran ilusión en el partido tras la renuncia de Biden a su intento de reelección, le pasó el testigo de su lema: “Yes, she can”. En su discurso en Pittsburgh, y en su charla con los jóvenes afroamericanos, ha vuelto a invocar el entusiasmo con el que en el 2008 logró traspasar la barrera partidista para convertirse en un político generacional.
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