Orban entona en el Parlamento Europeo su "Make Europe great again" y Metsola pide moderación a los ultras: "Esto no es Eurovisión"

Presenta en el Parlamento las prioridades de su presidencia del Consejo Europeo y culpa a la inmigración "del aumento de la violencia contra las mujeres, el antisemitismo y la homofobia"

El País, , 10-10-2024

Un comienzo parafraseando a Mario Draghi y los problemas de productividad que sufre la Unión Europea, y un final al estilo de su admirado Donald Trump y adaptando su célebre eslogan a Europa. “Make Europe great again”, esto es, ‘Hagamos de nuevo grande a Europa’, que es el eslogan de su presidencia de turno del Consejo Europeo.

Viktor Orban ha presentado este miércoles en el Parlamento las prioridades del mandato europeo de Hungría con un discurso en el que ha arrancado señalando los problema económicos de la UE, pero en el que no ha querido dejar pasar la oportunidad para cargar contra la inmigración. Cargar de nuevo, porque ya lo hizo ayer en la rueda de prensa que ofreció en Estrasburgo. Aunque en este ocasión ha ido incluso más allá.

“El sistema de asilo de la Unión Europea no funciona. La inmigración lleva a un aumento de la violencia contra las mujeres, homofobia y antisemitismo”, ha afirmado en un argumento que ha empleado para tratar de reforzar su petición de centro de detención fuera de las fronteras europeas.

“La migración genera mucha carga, sobre todo en las fronteras exteriores de la UE. Hay que apoyarlas de manera suficiente. Sin centros fuera de nuestra frontera no vamos a poder controlar la migración. Porque una vez que entra alguien dentro de nuestra frontera, es imposible echarlo fuera”, ha apuntado. Esta es una de las grandes apuestas de Orban, una petición recurrente en sus intervenciones y uno de sus objetivos en la presidencia de turno del Consejo Europeo.

En esta visión, además, no está solo ni mucho menos, porque países como Austria, Eslovenia o Países Bajos comparten la visión antimigración de Orban. Y otra buena muestra de que tienen muchos apoyos es que al terminar sus discursos los gritos y los aplausos se han disparado en el Parlamento. Tanto es así, que la presidenta Roberta Metsola ha tenido que pedir moderación. “Eso no es Eurovisión”, ha dicho, a lo que ha añadido que “esto no es la Casa de Papel” cuando un bloque de eurodiputados de La Izquierda han comenzado a cantar el himno antifascista Bella Ciao.

Aumento de la productividad y transición
La dureza de su cierre de discurso y polarización que ha provocado en el Parlamento, en donde también se han oído abucheos, ha hecho que el mencionado comienzo económico haya quedado totalmente en un segundo plano. Y eso que en ese ámbito también ha lanzado ideas relevantes. Como por ejemplo, que la transición verde no puede reducir todavía más la productividad europea.

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“No pensemos que por sí sola la transición verde va a resolver los problemas de competitividad” o hay que tener cuidado de que “la descarbonización no acabe destruyendo empleos”, ha dicho. Y esto es algo que está muy presente en la capital comunitaria, y es precisamente una de las razones por las que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha nombrado a Teresa Ribera vicepresidenta de Competencia y Transición Verde.

De esta manera, la todavía vicepresidenta española será la responsable de que la descarbonización y la transición verde se haga de manera que la economía europea no sólo no se queda más atrás respecto a EEUU y China, sino que sea capaz de cerrar la brecha que en los últimos años no ha hecho más que ampliarse.

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