Un informe denuncia el “colapso” del sistema para solicitar protección internacional

en Gipuzkoa Zehar-Errefuxiatuekin asegura que “hay quienes desisten tras semanas intentando obtener cita telefónica”

Diario de noticias de Gipuzkoa, , 10-10-2024

El procedimiento de solicitud de protección internacional está generando más de un quebradero de cabeza en Gipuzkoa. Todos los lunes por la tarde se abren cupos para conseguir la ansiada entrevista. Se ofrecen 40 citas semanales, y la queja generaliza es que “el teléfono está colapsado”, según denuncia Zehar-Errefuxiatuekin en su último informe, titulado Deshabitadas, un recorrido entre el despojo y las fronteras.

La solicitud de protección internacional es una competencia estatal del Ministerio de Interior. Para muchas personas solicitantes de asilo, el paso más inmediato tras llegar a Gipuzkoa es iniciar el trámite para obtener el estatuto de persona refugiada. El compás de espera, sin embargo, puede llegar a ser exasperante. “Nos hemos encontrado casos en los que tras semanas intentando obtener la cita de esta manera, la persona, finalmente desiste”, aseguran desde Zehar-Errefuxiatuekin, organización que presenta esta tarde en Bilbao su nuevo informe, en el que denuncia la normalización y legitimación del uso de la violencia en la gestión de las fronteras.

Euskadi registró el año pasado 6.153 solicitudes de protección internacional, 2.067 más que en 2022, el máximo histórico registrado hasta el momento en la comunidad autónoma, según un informe de Ikuspegi, que constata que un 93,1% de la población vasca se muestra a favor de la acogida.

“Se han suprimido las antiguas colas en la calle, pero no ha mejorado el sistema. Las colas ahora son invisibles: telefónicas y online”
Zehar-Errefuxiatuekin

El colapso del sistema, sin embargo, provoca que pasen los días, las semanas, los meses y “la desesperación aumente” entre las personas solicitantes de asilo, según viene observando esta entidad social que les presta atención de manera directa. El mal funcionamiento es común en los tres territorios vascos. “Disponemos de tres sistemas diferentes, los tres igual de ineficaces. Se han suprimido las antiguas colas en la calle, pero no ha mejorado el sistema. Las colas ahora son invisibles: telefónicas y online”, detalla el informe.

“Incertidumbre y ansiedad”
El sistema para solicitar protección, lejos de facilitar las cosas, genera “incertidumbre y ansiedad” a las personas usuarias, por lo que la frustración y la falta de oportunidades se convierten en una muralla infranqueable. Y lo que es peor, añade Zehar-Errefuxiatuekin: el sistema “desinforma y, en ocasiones, desincentiva”.

El informe refleja que en marzo de 2024 un centenar de migrantes iniciaron huelgas de hambre en tres centros de acogida estatales de Madrid y Cádiz para protestar contra las dificultades para pedir asilo en el Estado. El Defensor del Pueblo registró en un solo día un centenar de quejas por esta razón. Pese a ello, según la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, “persistieron los graves problemas identificados en el acceso al procedimiento de asilo”.

Euskadi registró el año pasado 6.153 solicitudes de protección internacional, 2.067 más que en 2022, el máximo histórico registrado hasta el momento
Se da la circunstancia de que la escasez y la imprevisibilidad de las citas previas para solicitar asilo alimentan además un mercado irregular de compraventa de citas, invisibilizando las necesidades de protección y provocando la indefensión de miles de personas.

Según recoge el documento, la sugerencia de acudir a la Oficina del Defensor del Pueblo para presentar quejas en estos casos “resulta igualmente infructuosa”, ya que las recomendaciones sobre este tema de parte de la Defensoría son “igualmente desoídas” por la administración competente.

Con todo, el acceso a la cita no es la única barrera con la que se encuentran las personas solicitantes de protección internacional. Zehar-Errefuxiatuekin constata bajas tasas de reconocimiento, falta de estudio de casos de manera individualizada y, a todo ello, se une el alto número de solicitudes que aún esperan respuesta.

Denegación como respuesta
El número de solicitudes pendientes de resolución en 2023 aumentó en un 56% con respecto al año anterior, con 191.095 personas a la espera de una decisión de la que dependen sus vidas. Muchas de ellas recibirán la denegación como respuesta. De hecho, el Estado se convirtió el año pasado en el país más restrictivo de la UE en el reconocimiento de la protección internacional para las personas refugiadas, con una tasa de respuestas positivas del 12%.

A este respecto, el equipo jurídico de Zehar-Errefuxiatuekin trata de orientar sobre este procedimiento, aclarando dudas “para que las personas vayan con cierta confianza”. Esta organización explica que es importante recordar las fechas, revivir su historia “por dura que sea”, preparar pruebas cuando sea viable. “De eso va a depender muchas veces el proceso. Es precisamente por esto que es difícil hacerlo en solitario. El hecho de que no haya claridad en los tiempos de las citas y entrevistas en policía dificulta y complica esta tarea de acompañamiento, haciendo más dura la entrevista y el proceso en su conjunto”, asegura la entidad.

Se abre a partir de ahí un compás de espera durante el cual hace falta un techo bajo el que dormir. El Gobierno central se encarga del sistema de acogida, es decir, de la cobertura de necesidades básicas de las personas solicitantes y beneficiarias de protección internacional y temporal que carecen de recursos económicos. Este sistema cuenta con una red de recursos y servicios, y se lleva a cabo con la colaboración de entidades sociales, como, por ejemplo, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado o Cruz Roja.

En Euskadi existen recursos públicos para las personas que no disponen de esa red de acogida o que aún no han podido acceder al programa de acogida estatal. Son, en todo caso, “insuficientes y con requisitos cada vez más restrictivos”, según recoge el documento.

El sistema se ha visto “desbordado” en los últimos años. El Gobierno Vasco, atendiendo a las necesidades de las personas que se quedaban sin plaza en el sistema estatal de asilo, abrió los centros de Larraña Etxea, en Oñati, y Zuloaga Txiki, en Tolosa. Este último cuenta también con el apoyo del ayuntamiento de la localidad. Desde Zehar-Errefuxiatuekin gestionan las 130 plazas de ambos centros que dan respuesta a la situación de las personas atendidas en los tres territorios.

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