Cayi Suárez vuelve a sus raíces por San Rafael

La secretaria general de Cáritas y oriunda de Vecindario será la encargada de abrir los festejos de su pueblo natal y lo hará desde la mirada de una niña

Canarias 7, , 10-10-2024

Caya Suárez, o Cayi como le conocen en Vecindario, se estrenará este sábado como pregonera en las fiestas de su pueblo natal en honor a San Rafael, a partir de las 20.15 horas. La secretaria general de Cáritas Diocesana de Canarias en la provincia de Las Palmas volverá así a sus raíces, las de sus principios y sus valores, y a la vez a sus recuerdos de infancia, entre tomateros, y también a los de su juventud, trabajando en las bibliotecas populares de barrio y formando parte de las comunidades parroquiales de San Pedro Mártir y de San Rafael. Y ese viaje lo hará con un recorrido través de la mirada de una niña, que llevará a rememorar lugares y vivencias de aquel pasado, que asegura que no hay que olvidar.

Se embarcó en aceptar este reto para mantener en la memoria que «podemos avanzar y evolucionar como sociedad, pero no podemos olvidar qué nos constituyó y configuró como persona». Así, hará un viaje histórico y también musical sobre cómo ha evolucionado Vecindario al mismo tiempo que lo hizo su vida y cómo esos dos avances tienen confluencias, porque le han permitido tener los valores que tiene y haber vivido de cerca realidades de exclusión social, con menores y con jóvenes, pero también el auge de las toxicomanía y la llegada de los primeros inmigrantes. «Fue sentirme que tenía un sentido, como San Rafael ser un peregrino, ser un caminante en la vida, pero con un sentido», apunta Suárez.

Recuerda que bastaba con estar en la calle para ver la realidad, al lado de las personas que son invisibles para la sociedad.

Enriquecimiento
Suárez es de la que creen que la convivencia se tiene que fomentar cada día. «Hemos sido un pueblo construido a sí mismo, solidario, intercultural y diverso y no podemos olvidarnos de eso. Por ese motivo tenemos que volver a recordar de dónde venimos y hacia dónde vamos. Y a veces el progreso y la evolución nos hacen adormecernos en una burbuja y se nos olvidan las raíces», asegura sobre el rechazo a la inmigración.

«Creo que estamos perdiendo una oportunidad de crecer como personas y que lo vemos como un problema y no como una riqueza. La inmigración no es un problema, la hacemos nosotros si no cambiamos la mirada, porque nos estamos perdiendo una gran oportunidad. Tenemos que construir puentes y cimientos para que dé cabida ese enriquecimiento», sostiene. Por ello recuerda que Vecindario se ha construido desde la diversidad y han sabido encajar y convivir en ella.

Rememora que en su juventud, cuando empezaron a llegar personas de otros países, fue un testigo vivo de ver que la migración es un enriquecimiento. Y habla de la migración también interna, porque Vecindario se constituyó con ciudadanos de otros municipios, como su familia, y de los que llegaban de fuera. «Todos nos sentíamos migrantes, no había nadie que no lo sintiera. Los que configuramos Vecindario éramos peregrinos, éramos migrantes y la gente de otros países también, por lo que fue muy sencillo sentirnos que podíamos formar una sociedad», concluye.

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