Feijóo espera a que escampe sin cortar cabezas y reorientando el señalamiento hacia el Gobierno
Hecho el acto de contrición por su error, el PP se lanza a la ofensiva para «no hurtar el debate sobre la barbaridad» del recorte de condenas a los presos etarras
Diario Vasco, , 10-10-2024Interpelado por el riesgo de que la argucia del Gobierno para colar de matute la rebaja de las penas a los presos de ETA acabe estallándole a su partido por el dislate de no haberse percatado de las intenciones de sus rivales en toda la tramitación parlamentaria, Alberto Nuñez Feijóo se plantó este miércoles en el Congreso con la convicción de que, de perdidos, al río. O lo que es lo mismo: hecho el acto de contrición ante las víctimas, la militancia y el conjunto de la opinión pública por «el error injustificable», el líder del PP ha optado por activar la artillería pesada para «no hurtar» a la ciudadanía el debate de fondo y que se fije en la luna que esta es otra concesión de Pedro Sánchez a EH Bildu a cambio de su apoyo y no en el dedo; es decir, el patinazo de los populares.
Feijóo llegó a la comparecencia de Sánchez sobre la crisis migratoria en Canarias forzada por su propio partido resuelto, al menos de momento, a no cortar cabezas pese a la dolorida sensación en las víctimas de estar a la intemperie y la desazón en algunos casos teñida de revanchismo, apuntan en Génova que ha suscitado el desaguisado de puertas hacia dentro. Poco importa que el rechazo de los populares a la reforma legal promovida por el Gobierno resultara baldía en último término, toda vez que Sánchez tiene los votos para sacarla adelante. «Te puedes equivocar en otro asunto, pero en este no», constatan en el equipo de Feijóo. No, porque los populares convirtieron la lucha contra ETA en ADN político; no, porque la banda les asesinó a una docena de concejales; y no, porque fue el Ejecutivo de Mariano Rajoy el que frenó la reducción de condenas hace una década.
Después de que el contenido de la reforma gubernamental y el despiste del PP reventaran informativamente el lunes, la dirección del partido se decantó por «colectivizar» la culpa: Feijóo se disculpó en persona con la presidenta de la AVT, Maite Araluce, al tiempo que los suyos distribuían entre la afiliación el vídeo en el que reconocía la gravedad del error evitando adoptar ningún castigo «no vamos a actuar contra los eslabones más débiles de la cadena con los tres diputados que dejaron pasar la norma en todos sus trámites en el Congreso Rafael Benigno Belmonte, María Jesús Moro y José Manuel Velasco. Pero el despropósito ha dejado tocada la solvencia del grupo parlamentario que comanda Miguel Tellado, integrante del ‘núcleo gallego’ del líder, y, por extensión, la credibilidad como alternativa del partido. «Hay que cambiar la conversación pública», justificaba ayer un cargo de los populares tras la decisión de Feijóo de transformar el pleno sobre inmigración en un altavoz contra los beneficios a los terroristas.
El peso de Ermua para el líder
Los populares arrostran el eventual peligro la sobreactuación porque están persuadidos de que, admitido el desliz, lo que no pueden hacer es esconder «la barbaridad» cometida, a su juicio, por el Gobierno. Frente a un Vox que también se ‘comió’ el proyecto de ley y que ayer se inclinó por pasar de soslayo por la polémica, Feijóo introdujo un intencionado homenaje a alguien tan emblemático como la hermana de Miguel Ángel Blanco acogiendo en su bancada a la hoy senadora y antes diputada con una cerrada ovación y confrontando su imagen con un Sánchez que desgranaba a esa hora su discurso sobre inmigración. Ermua no es un lugar más para el líder del PP: dio cobijo en Galicia a otra concejala bajo amenaza en el municipio vizcaíno, copado de inmigrantes llegados de su tierra a mediados del siglo XX.
Génova arrostra el riesgo de sobreactuación: «Esto penalizará a Sánchez. No vamos a dejar pasar la foto de ‘Txapote’ en libertad»
Feijóo reorientó luego el pleno al asunto que estaba en las portadas de la prensa pero no en el orden del día, una estrategia que remató Tellado exhibiendo las fotografías de los cargos socialistas asesinados, lo que soliviantó a quienes compartieron los segundos ‘años de plomo’ en Euskadi bajo el terror etarra. Génova aguarda a que escampe con otro convencimiento, este más a largo plazo, para argumentar su ofensiva a campo abierto: «Esto acabará penalizando al Gobierno, porque no vamos a dejar pasar la foto de ‘Txapote’ en libertad», anticipan.
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